¿Sucumbir a una infección o sobrevivir día duro tras día? Esto es lo que nos propone SERUM, un juego de supervivencia para mentes curtidas.
Parece que en 2024 los juegos de supervivencia seguirán dando guerra. Tras un PalWorld que me consiguió enamorar hasta las trancas o el resurgir del maravilloso V Rising, nos llega una propuesta novel del estudio Game Island: SERUM, un acercamiento más siniestro y tenso al género de lo que nos venían acostumbrando.
Siendo una artículo de impresiones y el juego debut del estudio, no quiero pasarme de villano dictando las siguientes líneas, pero no puedo negar que la versión en early acces que tenemos aquí le falta mucha tralla para llegar a unos estándares mínimos como para ser una propuesta a recomendar.
No, no te vas a pegar con tu vecinos, aquí se viene a sufrir solo
Una de las cosas que más me parecen interesantes del título es su enfoque tan sólido en la experiencia offline. Me explico, estos juegos suelen caracterizarse por ser aventuras multijugador donde sobrevives a un entorno hostil junto o contra otros jugadores. Un ejemplo potente que os puedo poner sobre la mesa es RUST, pero quitando cosas esporádicas como Green Hell o The Forest, el género se ha sometido a las comunidades online. SERUM va en detrimento de esto, poniéndolos solos en su mundo caótico para que podamos vivir su narrativa de una manera más personal y completa.
En este aspecto tengo que decir que saber sacar a relucir su musculatura. SERUM está muy bien construido para ser disfrutado en solitario, con un mundo que te sabe absorber y meterte de lleno en su ambientación tan fatalista. El juego con el color creo que es capital para estos resultados, bañándonos con un gris tristón que se contrapone con el verde brillante y casi chillón que emana los sueros que dan vida al título. SERUM es un choque de contradicciones desde sus cimientos hasta su techo artístico, pero me gusta que nos demuestre lo sucio e implacable que es a través de nuestras retinas.
No obstante, es un título muy demandante, tanto en lo técnico como en lo jugable. En lo primero, mi equipo con una 3070 RTX ha sudado para mantenerlo a un framerrate estable sin que la torre se calentase como un volcán. Le falta mucho pulido, porque desde luego que visualmente no guarda tanto trabajo detrás como para solicitar un esfuerzo tan demencial de mis componentes. En lo siguiente, SERUM adolece de unas mecánicas muy «clumsy» de golpear con armas en primera persona, interactuar con toda clase de objetos y recoger recursos donde apenas hay un feedback motivante. Quiero decir, no se han currado ni un temblor en la pantalla cuando golpeas y apenas se siente la diferencia de portar un cuchillo de una maza a la hora de atacar. Es un sistema muy básico del cual sospecho que es el que trae de base el motor gráfico que da sustento al juego.
Pasándose de vueltas con la dificultad
Soy más que consciente de que la gracia de estos juegos reside en la dureza de su propuesta. No en vano, vengo de haberle dedicado casi 400 horas a RUST, con lo cual el callo es notorio ante este tipo de géneros. Pero SERUM creo que se pasado de frenada.
Ya para empezar, el «core» nos obliga a jugar bajo los efectos de un contrarreloj, el cual determina nuestro tiempo de vida antes de que una infección acabe con nosotros. Para poder contrarrestarla, deberemos fabricar sueros o limpiar nuestra sangre en una máquina que tendremos en nuestro asentamiento. Aunque de primeras no es algo que nos vaya a condenar la partida cada dos por tres, resulta un reverendo coñazo el tener que depender de ello cada vez que salimos a explorar para recuperar recursos.
Es comprensible que la intención de los autores sea justamente esta: que seamos dependientes, como lo puede ser una persona que tenga que hacerse diálisis cada cierto tiempo, de estas máquinas y medicamentos para poder seguir evolucionando dentro de la experiencia. Algo similar que ya ocurría en Dead Rising, los otros zombis de Capcom, donde en su segunda parte éramos el padre de una pobre niña infectada por el virus zombi, girando nuestro mundo alrededor del acopio de ZOMBREX, el único medicamento capaz de retrasar levemente la transformación. Ya en Dead Rising 2 esto suponía un estrés muy condicionante para el jugador, capaz en muchas ocasiones de hacerle abandonar el videojuego.
Creo que con SERUM esto va desembocar en algo similar. No es entretenido, ni creo que encienda ninguna llama en el jugador, el ser esclavo de un cronómetro para todo. Repito que entiendo la visión de la que partieron sus autores, pero no la comparto. Puede que acabe tornándose en un elemento que lapide el videojuego.
No reinventa la rueda, ni tampoco lo pretende
SERUM no me parece que vaya a tener un futuro muy prometedor si no se ponen las pilas. La idea de darnos un juego de supervivencia diferente, más sucio y enfocado en la experiencia de un jugador me parece atractiva, pero creo que ciertas ideas no son las correctas para hacer de esta propuesta un juego que al menos sea divertido. El depender de un contador de tiempo le rompe con el ritmo demasiado y le falta un pulido demencial en todas las áreas. Lo segundo seguramente acabará resolviéndose con el tiempo, pues está todavía en un desarrollo temprano antes de alcanzar el ansiado estatus gold.
Pero aún a todo, no lo recomendaría. Creo que hay propuestas mucho más seguras de lo que ofrecen y que son más valiosas para invertir nuestro tiempo que en SERUM. El tiempo dirá. Procuraré no cerrarle la puerta del todo por si la fortuna se vuelva a su lado y acabe volviéndose un juego competente; pero no las tengo todas conmigo.
Director de Orgullogamers y el terror del SEO. Me flipan los JRPG, los Hack & Slash y los juegos con historias inusuales de esas que te dejan roto por dentro. Me encargo de que Orgullogamers no se hunda poniendo parches de cinta adhesiva.