Palworld es un buen juego, ¿sí o no? Sometemos a juicio el Pokémon con pistolas

Palworld es un buen juego

La controversia está servida sobre si Palworld es un buen juego o un timo que, contra todo pirognóstico, está encantando a los jugadores.

Cuando fuimos espectadores del primer tráiler del «Pokémon con pistolas» creíamos que Nintendo sacaría a relucir su equipo de abogados para tumbar el proyecto. El título de PocketPair presentaba unas criaturas cuya inspiración rozaba el plagio a la franquicia de Game Freak en situaciones donde el humor más ácido nos levantaba una sonrisa. Estrenándose el pasado 19 de enero en formato early access, muchos se preguntan si Palworld es un buen juego realmente o solo está teniendo éxito gracias a apoyarse en la multimillonaria saga de criaturas de bolsillo de Nintendo.

Muchos se quejan de que están robando assets, de que sus diseños están generados por IA (ya desmentido), de que si copia a todo juego habido y por haber del género survival… Sin embargo, parece que el buen curro de este estudio indie de Japón no solo está frenado a las demandas de Nintendo y a las críticas de los fans más hooligans, sino que también ha conseguido conquistar a la friolera cifra de 7 millones de jugadores solo en Steam.

Para responder a la susodicha pregunta de si Palworld es un buen juego o no, quiero traeros mi humilde experiencia, después de haberle dado más de 30 horas. Me dejo de preámbulos y «allé vamos», como diría Cloud de 1997.

Palworld es un buen juego
Construir grandes factorías, donde tener a las criaturas esclavizadas produciendo de todo, es uno de los mayores alicientes de Palworld frente a la competencia.

Aportando más que copiando al controvertido género de los survivals

Palworld, antes que un RPG de capturar y mejorar criaturas, como podría ser Pokémon y la infinidad de clones que le suceden, es un juego survival. Hablamos de un género donde la base es soltarnos en un mundo abierto muy hostil con un avatar indefenso, el cual tendrá que atender al entorno y sus necesidades más primordiales para poder, como bien dice el género, sobrevivir.

Por citar algunos referentes del mismo, tenemos a Rust o Ark, y es de este último del cual coge la mayoría de «inspiraciones» para su faceta survival. Aunque en Ark tenemos como atractivo sobrevivir a criaturas colosales como dinosaurios, bestias prehistóricas o dragones, una de sus mecánicas consiste en domarlas para que puedan, entre otras cosas, defender nuestras construcciones.

No obstante, Palworld coge esta idea y la lleva mucho más allá, siendo la captura (similar a lo visto en Leyendas Pokémon: Arceus) de pals una de sus mecánicas principales con la que poder desarrollarnos una colección interesante de criaturas, que bien podremos llevar con nosotros para que nos ayuden a enfrentarnos a los distintos peligros que nos asalten o asignarlas a las diferentes bases que podemos levantar en el mundo para que trabajen en ellas.

Aquí pasaríamos a otro de sus núcleos jugables importantes: los automatismos, siendo ya una mecánica inédita y más propia de los juegos de gestión o RTS. Los pals pueden extraer y almacenar recursos por nosotros mismos, construir, desarrollar armas y equipamiento o incluso contribuir la bienestar de las bases, creando fuentes de calor, electricidad o frío cuando toque. Si me preguntáis, creo que Palworld es mucho más que un «Pokémon con pistolas», es un juego que cogiendo de aquí y allá del género survival ha sabido trazar su propia experiencia, siendo un cóctel de mecánicas e ideas que juntas funcionan de maravilla.

Palworld es un buen juego
El combate contra jefes también es interesante gracias a mecánicas como los esquives y lo bien que funciona el gunplay.

Incentivando la exploración mediante una simple cuestión: la curiosidad

Gracias a lo bien desarrollada que está la parte de los automatismos, Palworld nos deja más tiempo que otros survivals para recrearnos en una actividad que nos encanta: la exploración. Y es aquí, donde recogiendo también inspiración de otros títulos clave como Elden Ring o The Legend of Zelda: Breath of the Wild, también sabe brillar.

El mundo de Palworld se abre ante nosotros con un mapa inmenso, lleno de biomas, verticalidad, cuevas y un sinfín de recompensas orgánicas en forma de cofres, frutas de habilidad o mejoras para nuestro personaje que incentivan nuestro esfuerzo de querer subir al pico de una montaña, otear la esquina de un río o llegar a una isla recóndita en medio del océano. Por supuesto, os estoy hablando de un mapa hecho a mano y que no es procedimental, como bien ocurre en los dos ejemplos citados del anterior párrafo.

Es que literal que podremos subir a una zona alta, mirar al horizonte y descubrir algo interesante en la distancia que más tarde podremos alcanzar de distintas formas creativas. Y es que Palworld es un buen juego por cosas como permitirnos usar la criatura que queramos como montura para llegar a sitios complicados, tirar de nuestro equipo fabricado (ala deltas o pistolas gancho, por ejemplo) o simplemente valernos de las habilidades del personaje como la mejora progresiva de su estamina para aguantar más tiempo escalando o nadando.

Por ende, no hablamos de un mundo vacío o repetitivo, sino de uno muy rico y que sabe recompensarnos por transitar por él sin necesidad de ayudas visuales o de la interfaz. Prueba de ello son los desafíos contra pals colosales y las mazmorras, que nos permiten conseguir criaturas más poderosas y con habilidades más destinadas al combate o al trabajo en las bases. Las mazmorras aparecen dentro de cuevas, las cuales están situadas en los mapas en zonas donde sería lógico que se generase una, mientras que los desafíos se encuentran en plataformas que emiten un halo de luz visible a kilómetros.

¿A quién no le puede gustar tener a criaturas tope monas disparando ametralladoras? ¡Viva el «Pokémon con pistolas»!

Vale, Palworld es un buen juego, pero tampoco está exento de problemas

Por supuesto, hablamos de un juego que está en acceso anticipado, por lo que hay tropecientas cosas por pulir, por no hablar del mayor de sus problemas: la falta de identidad. Creo que Palworld tiene un grave problema con esto y es que, en su fuero externo, parece el clásico juego de móviles cutre hecho a base de coger esto y lo otro. No obstante, una vez empapado en su propuesta, la idea es totalmente la contraria.

Creo que si PocketPair hubiese decidido inspirarse menos en Pokémon a la hora de diseñar sus criaturas, apostasen por un estilo artístico anime no tan genérico y presentasen su primera build con animaciones propias en vez de las del motor Unreal Engine, que usan los estudiantes para sus primeros proyectos, el recibimiento no habría sido tan polémico por parte de algunos usuarios. Y es que hasta la interfaz apesta a asset sin trabajo detrás.

Pese a todo, puedo deciros, con seguridad, que Palworld es un buen juego. Y no podría haber tenido mejor punto de partida. Como juego en desarrollo, el contenido que ofrece es inmenso y está muy trabajado. Quiero creer que, con el tiempo y las sucesivas actualizaciones que vaya teniendo, acabe desarrollando un estilo más propio en vez de centrarse tanto en lanzar nuevas criaturas, recetas de construcción y otros contenidos de los que ya está bien servido.

Sea como sea, si decidís gastaros los casi 30 euros que piden en Steam por él, es una buena inversión. Si todavía os genera dudas, siempre podéis pillaros un mes de Game Pass y probar la versión de Xbox en PC. No está tan al día en actualizaciones, pero sigue siendo igualmente maravillosa.

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