Leyendas Pokémon: Arceus es el título más esperado de The Pokémon Company desde su polémico primer tráiler ¿estará a la altura de las expectativas? Se aproximan tormentas…
Año 1999, Pokémon Rojo y Azul acaba de salir en España acompañado de un anuncio televisivo que, a día de hoy, sigue resultando un tanto perturbador. A partir de este lanzamiento, el fenómeno Pokémon acabaría siendo tan pronunciado que a toda una generación se la conocería como: La generación Pokémon.
Viernes 28 de Enero de 2022, Leyendas Pokémon: Arceus acaba de salir al mercado. Los análisis de los medios especializados se han publicado un día antes, los creadores de contenido están «estrimeándolo» desde el mismo momento de su estreno y las redes sociales han colapsado en opiniones en cuestión de segundos.
¿Verdaderamente está a la altura de las expectativas o Leyendas Pokémon: Arceus decepciona? Esta cuestión está en boca de todos y no es para menos siendo uno de los lanzamientos más importantes del año. Así se ha dejado notar en su preventa. Resulta que el mismo día de su lanzamiento, el medio The Video Games Chronicles comunicaba que es el videojuego con más preventas de la historia de la cadena británica Currys y si a esto se le suman las cifras de su preventa, a tres días del lanzamiento, en Amazon (dadas por el usuario de Twitter Ezeral) vemos que parece haber sido todo un éxito de ventas.
En esta casa varios redactores lo hemos jugado, así que, si me permitís, acompañadme en esta pequeña reflexión sobre Leyendas Pokémon: Arceus y en lo que pudo haberse convertido si The Pokémon Company no se conformase con el mínimo permitido.
https://www.youtube.com/watch?v=LTnKLSf_Wtk
El peligro tras los muros
Al comenzar nuestra aventura, el profesor Lavender nos pide ayuda para capturar a los tres iniciales que se han escapado tras al revuelo formado por la grieta espaciotemporal de la que surgimos. Al terminar la misión, el profesor nos felicita por nuestra gran habilidad y, desde ese preciso instante, nos convertiremos en el entrenador prodigio del que todo el mundo cuchicheará. Poco después iremos a villa Jubileo y allí deberemos pasar una terrible y exigente prueba para ganarnos el favor de la Capitana Selene y, así, tener un lugar donde residir mientras averiguamos qué ocurre. Dicha prueba consiste, nada más y nada menos, que en volver a capturar tres pokémon.
Luka, nuestro compañero/rival de turno, nos advierte que si fallamos no seremos capaces de sobrevivir ni una sola noche en el exterior. De hecho, se nos repite, hasta la saciedad, que estas criaturitas tan monas son muy peligrosas y que debemos tener muchísimo cuidado con ellas.
“Son unas criaturas aterradoras, estos Pokémon” – Profesor Lavender
¿Hasta qué punto una criatura diseñada para ser lo más mona posible es algo a lo que debamos temer? Lo cierto es que ni el exterior es un lugar peligroso, ni se nos muestra de esa forma ni es difícil capturar a los pokémon. Tal vez, en esta época, al ser la Poké Ball una herramienta nueva y exclusiva del Equipo Galaxia, les sea muy complicado utilizarlas. O tal vez sea que esta gente tiene menos puntería que una piedra.
Volviendo a Villa Jubileo, allí podremos ir al taller donde comprar y vender materiales para elaborar los típicos objetos de la franquicia; véase pociones, Poké Ball, antídotos y demás objetos típicos de la franquicia. También un salón de peluquería donde podremos modificar nuestro peinado, una tienda de ropa con prendas nuevas, un pequeño redil encargado de cuidar de los Pokémon que capturemos e, incluso, un puestecito cerca del dojo donde realizaremos los intercambios pokémon en caso de estar interesados. Además de la Sede Galaxia, fuente principal de encargos de nuestros superiores. Después de superar la prueba, nuestro principal objetivo será completar la pokédex para ayudar al profesor Lavender en su cometido y así que las personas dejen de temer tanto a estas criaturas. Y, ya de paso, descubrir cómo volver a casa y qué es lo que ha sucedido para que acabásemos allí.
Leyendas Pokémon: Arceus transcurre en una época inspirada en la Restauración de Meiji de Japón, en el siglo XIX, y nos pretende presentar un mundo en el que los seres humanos y los pokémon todavía no han sido capaces de entablar una relación sana entre sí; esa relación de amistad que nos muestra toda la saga hasta el momento. Pero, tras conocer a Nákara, del clan Perla, y escuchar su opinión sobre las Poké Ball y como capturar y encerrar a los pokémon en ellas es tratar a los seres vivos como una pertenencia más, una pregunta viene a mi mente ¿Se habrá atrevido Game Freak a tirar por el camino que muchos fans llevamos años creyendo? ¿Será este título una crítica a la cosificación de los animales?
Ella parece creer, firmemente, que deberían ser nuestros amigos y semejantes, pero también es cierto que tras el primer combate contra Nákara, su opinión cambia por completo y pasa a estar a favor del uso de las Poké Ball. Y con esto la pregunta se responde por sí sola.
No soy capaz de ignorar a mi mente y disfrutar. No puedo apartar las preguntas que me surgen al jugar. ¿Por qué han decidido ignorar una de las cosas más interesantes que tiene la franquicia? No entraré en la torpeza con la que se nos presenta la historia en esta entrega, pero ¿no habría sido fantástico indagar en la historia de la creación de las Poké Ball?
Y junto a ello llegaría de forma natural la era de los entrenadores: una nueva época donde las personas son capaces de dejar de temer a criaturas que lanzan rayos, llamaradas y rugidos y empezar a entenderlas y coexistir. A salir y descubrir que el mundo resulta no ser tan hostil como creían debido al miedo.
Pienso que las Poké Ball podrían haber sido el hilo conductor perfecto para mostrarnos los inicios de todo. Además, Si durante las tres primeras, y largas, horas se nos repite que el mundo fuera de la villa es hostil y peligroso ¿por qué no mostrarnos las especies antepasadas de los pokémon? Esos fósiles que están en cada entrega y que conseguimos y revivimos con suma curiosidad. Sencillamente… No logro entenderlo.
Al mínimo de su potencial
Tras varias horas de vicio ininterrumpido, no he podido dejar de ver el potencial desperdiciado en cada rincón de Hisui. Técnicamente es un desastre: las típicas triquiñuelas utilizadas por los desarrolladores para gastar menos recursos son ineficientes, el cono de visión está mal implementado (como le ocurrió a la streamer Pandarina en pleno directo) y hay popping ya no de pequeños troncos, árboles o Pokémon, sino de montañas enteras. Los bajones de fps no suelen ser tan habituales, pero también se dan. Los dientes de sierra pincelan todo el escenario y estos, encima, parecen estar casi por completo vacíos y carentes de vida. The Pokémon Company tenía la oportunidad perfecta para demostrar que avanzan por un buen camino, pero ha decidido contentarse, de nuevo, con el mínimo posible.
Es maravilloso poder moverse con libertad en un combate y que haya consecuencias si decido interponerme en mitad del área de enfrentamiento. Hay una consecuencia para una acción, el ataque también me golpea a mí. Asimismo, resulta muy satisfactorio pensar en recorrer el mundo que nos ofrece. De igual modo, resulta agradable buscar pokémon concretos y encontrar alguno que, por casualidad, nos haga especial ilusión. Y mola saber, con un simple vistazo, qué tipo de comportamiento sigue, si es de gran tamaño y necesitamos utilizar una Peso Ball o nos basta con una Poké Ball normal.
A ello se le suma el hecho de si resulta mejor huir de los ejemplares enfurecidos de ojos rojos o probar suerte e intentar capturarlos. El nuevo sistema de movimientos nos permite intercambiar habilidades en lugar de vernos obligados a olvidarlas para aprender nuevas. ¡Eso es fantástico! Hasta tiene ciertos detalles como que al derrotar al Usaring alfa, los Tediursa huyen del lugar por temor.
La cuestión, a todo esto, es que el problema viene al cabo de un rato, cuando no vemos más que cuatro pokémon medio arrejuntados que aparecen y desaparecen según la distancia al a que estemos de ellos.
Algunos apartados parecen sin testear
Cuando aparece una equis encima de la cabeza de un Pokémon indica que no pueden ser capturado en ese preciso momento. ¿Cuál es el sentido de esta mecánica si al entrar en combate con él puedes, directamente, lanzarle una Poké Ball y saltarte la restricción? ¿No sería más coherente que tuviésemos que debilitarlo o calmarlo, con alguna baya o fruta, antes de capturarlo?
El comportamiento de los Pokémon se limita a tres variantes: agresivo, el que ataca nada más verte; huidizo, que huye al ser conscientes de nuestra presencia; o, finalmente, pasivo, al que no le importa que estemos junto a él. Nada más, solo eso.
En el redil se dejan ver nuestros pokémon «haciendo vida» alejándose de las típicas cajas de otras entregas. ¿Por qué no ver a los ejemplares salvajes de la misma forma? ¿Os imagináis como sería si viésemos a manadas yendo a beber al río? ¿Y si mirásemos al cielo y viésemos una bandada de Starly? O a un grupo de Shinx alimentando y protegiendo a sus crías de otros depredadores. A los Bidoof ocultando sus huevos para protegerlos.
¿Cuál es la razón por la que al alejarnos de la comodidad de Villa Jubileo no veamos colonias de distintos Pokémon? ¿Por qué no hay especies enfrentándose entre sí por los territorios o la comida? ¿Acaso no existen entrenadores, como nosotros, intentando capturarlos, recogiendo materiales o combatiendo entre sí? ¿Qué motivo hay tras la decisión de dejarnos escoger directamente si queremos o no evolucionar a los Pokémon? ¿No sería más lógico que evolucionasen libremente dado que son, como nos dicen varias veces, criaturas salvajes y peligrosas? Carece de sentido dejarnos esa elección si la Pokédex nos incita a capturar varios ejemplares de la misma especie para completarla.
Ya puestos a incluir mecánicas de recolección de materiales y elaboración de objetos mediante recetas ¿por qué no coger otros elementos de supervivencia como la temperatura, el sueño o el hambre que tan bien viene para videojuegos de este estilo? ¿Veis el potencial del que os hablo? Imaginad querer ir a capturar Pokémon de tipo hielo y tener que subir por la ladera de una montaña, o pasar por un río helado, y buscarnos la vida para conseguir un conjunto que nos abrigue y resguarde del frío. O tener que idear algo junto al Equipo Galaxia para poder bucear y así capturar e investigar los Pokémon en sus hábitats.
De hecho, puestos a pedir ¿por qué no una rama de investigación donde vayamos cumpliendo objetivos de la Pokédex? Tal vez podría estar dividida por los distintos tipos o especies. Una especie de rancho, como el redil, donde cuidar a los Pokémon que capturamos otorgándoles un valor añadido y alejándolos, así, de verse convertidos en un simple número en la Pokédex.
Llegados a los combates contra los Pokémon Señoriales consisten en lanzar, una y otra vez, un objeto para poder calmarlos ¿qué diversión podemos sacar de esta dinámica? Buscar y capturar se hace adictivo, pero reutilizar esa mecánica de esta forma solo lo entorpece. Ni siquiera he necesitado combatir contra el primer pokémon señorial, me ha bastado con esquivar y presionar el botón correspondiente repetidas veces hasta calmarlo. Todo ello denota un temor implícito en Leyendas Pokémon: Arceus, y es el terror por alejarse de una fórmula anticuada y exprimida hasta el desgaste que no les deja evolucionar en su obra.
Hay buenas intenciones, claro, como el detalle del redil o que cada Poké Ball tenga unas características y utilidades distintas, pero se quedan ahí. En intenciones. La fórmula no avanza, parece casi como si en un principio fuese un juego distinto y alguien, presupongamos, les hubiese obligado a volver al mismo camino de siempre.
Conclusión
¿Realmente Pokémon necesita evolucionar su fórmula si, hagan lo que hagan, sus videojuegos son de lo más vendido desde antes de su propio lanzamiento? Como fan acérrimo de la saga considero que sí; obviamente que sí. Las ganancias de la franquicia les otorga unos medios capaces de garantizar unos mínimos de calidad. Se debería aspirar a más, a ser mejor.
Pero poniéndome en el lugar de The Pokémon Company ¿qué necesidad habría de gastar más recursos, planificar mejor y ofrecer un producto distinto si con absolutamente cualquier videojuego que hagamos vamos a sacar muy buen beneficio?
«Los videojuegos de Pokémon han dejado de ser una prioridad. El merchandising de la franquicia mueve mayores beneficios. Los videojuegos son una ínfima parte de esos beneficios.»
Permitidme ser claro: este título es un videojuego que me ha gustado muchísimo, pero no por ello debo ser menos crítico. No es incompatible disfrutar de una obra y criticar todo aquello que, bajo nuestro punto de vista, la hacen flojear. El contexto cambia el significado de las cosas y en esta ocasión, si este videojuego hubiese salido bajo el nombre de otra franquicia y otra compañía, se habría dado un caso parecido o peor que lo ocurrido con Biomutant en su momento. No me ha extrañado encontrar opiniones en las que Leyendas Pokémon: Arceus decepciona a parte del público.
Ni siquiera hemos llegado a tratar la torpeza con la que se nos narra su historia. Tampoco la falta de elección real en los diálogos y cómo nos engaña con falsas, y ridículas, opciones. Una pequeña cosa, The Pokémon Company: los niños no son idiotas; son capaces de muchas cosas y algunas de ellas increíbles.
Leyendas Pokémon: Arceus decepciona. Es un videojuego al que no puedo dejar de mirar con ojos de pena. Posee un potencial gigantesco y espero que sea un paso en el camino adecuado hacia un mundo lleno de posibilidades para la franquicia. Considero que no se nos debe olvidar que debemos ser críticos con todo aquello que disfrutemos. Porque en el consumidor está el poder para que se nos oiga.
Redactor orgulloso y niño viejo. Apasionado de los videojuegos, el cine y One Piece. Escribo en mis ratos libres, hago mapitas de fantasía y reseño libricos en la biblioteca olvidada.
Cualquier jueguico con algo de crafting y un poco de supervivencia me absorbe el alma cual dementor.
Fiel defensor del doblaje al castellano de Control; sí, soy.