El héroe de Kvatch vuelve a Cyrodiil para cerrar los portales de Oblivion. Lo hace con una cara nueva y trayendo lo mejor que nos dio Skyrim. ¿Tendrá suficiente músculo The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered para superar el baremo de Orgullogamers?
Analizar Oblivion es una tarea harto complicada. Por un lado, tienes que contener tu nostalgia, pues los recuerdos traicioneros de lo vivido en Xbox 360 afloran para pellizcarte y ser más indulgente, pero por otro, la ejecución de todo el conjunto funciona como un reloj suizo, aún con sus claros y oscuros. Lo verdaderamente importante es que estamos ante una obra que marcó una época y un género. Un legado al que es imperativo no mancillar con un trabajo mediocre. En este texto vamos a comprobar si The Elder Scrolls: Oblivion Remastered está a la altura de su nombre, o se quedará como otro intento de resurrección sin sustancia, como le pasó a MediEvil o al remake de Final Fantasy VII.

The Elder Scrolls IV: Oblivion revolucionó el género de los RPG de mundo abierto
No puedo entrar en materia sin darle un buen repaso al juego original que da vida a esta remasterización. The Elder Scrolls IV: Oblivion (2006) llegó cuando las consolas de hace 3 generaciones estaban despegando. En concreto, llegó de manera exclusiva para Xbox 360, para hacerlo un año después en la circuitería del Cell de Sony (PlayStation 3). Lo que supuso fue algo que ningún jugador de la época podía prever.
Un mundo abierto sin barreras ni tiempos de carga (a excepción de cuando entrábamos a sitios cerrados) en un entorno completamente 3D, con la libertad de ir a donde queramos, solventar las misiones cuando queramos y construyendo a nuestro personaje como queramos. El juego nos daba unos arquetipos, pero después lo desarrollábamos según nuestra forma de jugar. Por ejemplo, subíamos la habilidad de sigilo andando agachado o nuestro poder con espadas atacando con ellas. Si habéis jugado a Skyrim, esto os sonará, pero en 2006, Oblivion lobotomizó millones de cerebros con esta forma de progresión, pues los juegos antecesores de este (como Daggerfall o Morrowind) no fueron tan conocidos ni accesibles.
Algo que también nos encogió el pecho fue la parte narrativa. Oblivion no utilizaba la forma típica de narrar con cinemáticas, sino que lo hacía a la antigua usanza, mediante chapas y chapas de texto que nos soltaban los personajes que nos salían al paso. Lo bonito de esto era la cantidad de opciones que nos dejaba al aire para hacer, pues lo raro era solventar una misión o recado de la misma manera en diferentes partidas. Así pues, lo orgánico que se sentía viajar a los mandos por Cyrodiil, quedaba plasmado con la cantidad de situaciones inesperadas que se sucedían con los NPC, tanto graciosas como sorprendentes, haciendo de Oblivion una obra de la que uno tardaba muchísimo en aburrirse.
Pero en lo personal, con lo que más me quedé de Oblivion fue su legado musical. Jeremy Soule compuso una barbaridad de banda sonora, respetando melodías tradicionales de la franquicia e instaurando otras nuevas que siguen vigentes en entregas posteriores. Es imposible no escuchar alguno de sus temas y que tu cabeza se vaya a las vastas colinas de Cyrodiil.

Oblivion original VS Remastered: ¿Justifican las mejoras la existencia de esta remasterización?
Como habéis leído, el juego original de por sí era un juego sobresaliente y atemporal: una buena base de la que parte esta remasterización con la que entrar, de manera fácil, en las casas de los millones de fans de la franquicia rolera de Bethesda. Por desgracia, es más típico de lo que parece que el producto falle cuando se trate de remasterizar o remakear una obra de culto, como en este caso. Hay éxitos indiscutibles, como el caso de los remakes de Resident Evil y otros que directamente parecen más un sacacuartos innecesario, tal y como pasó con The Last of Us: Parte 1.
¿En qué grupo se sitúa The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered? Tranquilos, orgullosetes. Por fortuna, yo lo meto en los primeros. Si bien es cierto que no lo catalogaría de un trabajo excelso, pues hay unos manchones en su desempeño que más adelante comentaré, sí lo pongo a la par, en cuanto a mimo y confort a los mandos, con Metal Gear Solid 3: Delta. El remake de la obra de Hideo Kojima hace un lavado tremendo en lo gráfico, pero desde el respeto y con un mimo digno de elogiar. Lo mismo sucede en la remasterización de Bethesda. Los chicos de Virtous han sabido traer a la actualidad el apartado gráfico sin renunciar a su esencia artística y tan personal. Se ve increíble: añaden nuevas texturas, un motor nuevo de luz y más efectos de partículas.
A los mandos también hay muchísimas mejoras. Ya no tenemos esos movimientos tan «clunky» ni animaciones destartaladas que nos arrancarían carcajadas, como pasaba en el original. Todo se percibe más realista y acorde a nuestros tiempos, incluso los menús y el HUD más limpio, mejor señalizado y más intuitivo. Hay mejoras de vida, como que las cerraduras sean más fáciles de percibir cuando hay que darle el toquecillo para abrirlas, o poder echar mano de la brújula, que teníamos en los juegos recientes de Bethesda, para poder orientarnos por el mundo abierto. Todo esto, de verdad, es de 10, pues hacen que un título que, al día de hoy, resultaba muy feo y difícil de tragar, todo un deleite para los sentidos.
Sin embargo, no todo es para celebrar en The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered: el rendimiento es terrible. No sé cómo funcionará en consolas, pero en PC es complicado que funcione fluido, independientemente de tu equipo. En mi caso, como ya he mencionado en otros textos, juego con una RTX 3070 a 2K. He conseguido, gracias a tener el DLSS en rendimiento, que me vaya sobre 35-40 FPS en entornos abiertos, pudiendo alcanzar casi los 90 en cerrados con un preset Alto. He probado todo tipo de configuraciones y el resultado siempre es el mismo. Para poder solucionar este percal, hay que acudir al siguiente punto de este análisis.

Los mods dieron fuerza a Oblivion y también lo harán con su remasterización
Creo que ya es de cultura general saber que jugar a un juego de Bethesda sin mods es como contemplar un jardín sin flores. The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered no necesitaría mods para ser un juego disfrutón de inicio, pero el rendimiento lo lastra demasiado como para pasarlos por alto.
En concreto, con el mod de Ultimate Performance Patch podréis hacer que funcione mucho mejor. No obstante, la amalgama de mods que existe en sitios como Nexus, es una barbaridad, pudiendo trastocar desde el apartado visual hasta el jugable de muchas maneras. Mi recomendación, para hacer la experiencia todavía más redonda, es la siguiente:
- Alternative Start: permite empezar el juego en puntos diferentes de Cyrodiil.
- Ascension Remastered: equilibra la dificultad, mejora la IA de los enemigos y hace las recompensas más justas.
- Carry Weight Modifier: hace que no tengamos límite de inventario.
- Horste Whistle: añade un silbato para invocar a nuestra montura y personalizarla a gusto.
- Uniqueal Spells: mejor los hechizos, otorgándoles propiedades y efectos secundarios.
- Ayleid Reshade: recupera los colores chillones del Oblivion original.
Simplemente tenéis que copiar y pegar esos nombres en el buscador de Nexus y os mostrará el modo para descargar, con su tutorial para instalarlo, tanto si es con su launcher como a mano.
Esto nos abre una puerta adicional para extender la vida útil de Oblivion casi hasta el infinito. Si nunca habéis instalado mods, no tengáis miedo, es súper sencillo con el launcher de Nexus y el propio juego tiene un gestor para modificarlos a placer. La única pega es que esto es una característica exclusiva de la versión de PC y en consolas no se tiene acceso a los mods, pero bueno, puede que en el futuro sí lo tengan, como ya ocurrió con Skyrim o Fallout 4.

The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered evidencia que los shadowdrops son necesarios
La forma de anunciar este videojuego ha sido demencial. Sin comerlo ni beberlo, Bethesda nos lo soltó en un tráiler publicado en redes sociales, diciendo que ya estaba disponible en ese mismo día. Y así fue. El movimiento les salió de perlas, pues el juego ha sido un rotundo éxito en ventas. Algunos dicen que esto no es obra de haber sido un shadowdrop (para los que no estén familiarizados con el término, se les dice a los lanzamientos que saltan a las tiendas en el mismo momento que se anuncian. Nintendo es muy prolífica en esto), sino porque Oblivion es un juego con un gran renombre a sus espaldas que empujó unas ventas que estaban cantadas. No lo niego, pero a mi forma de verlo, ha sido la suma de todo, y creo que de no ser un shadowdrop, no hubiese tenido un desempeño comercial tan redondo.
Tenemos más casos de éxito en este sentido, como ya dije, Nintendo suele meter siempre alguno en sus directos que acaba colapsando la eShop, o el del famoso Shadow of Mordor de Warner, uno de los juegos de El Señor de los Anillos mejor vendidos de todos los tiempos. También hay espacio para fracasos, como el de Hi-Fi Rush, siendo otro shadowdrop de Xbox, esta vez de Tango, obteniendo unos números no lo suficientemente buenos para los de Redmond. Aunque en este caso, creo que el factor Game Pass fue el detonante de su fracaso.
Pero bueno, que me voy por las ramas. Creo que a The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered le ha sentado bien esta forma de lanzarse al mercado. Es un juego enorme, libre, bonito y que nos llega actualizado para que todo hijo de vecino pueda echarle el guante y disfrutarlo al máximo. Una pena lo del rendimiento en PC, algo que, por fortuna, es salvable gracias a los mods.
Sobre The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered
Este análisis ha sido posible realizarse gracias a una clave proporcionada por Ziran.

Director de Orgullogamers y el terror del SEO. Me flipan los JRPG, los Hack & Slash y los juegos con historias inusuales de esas que te dejan roto por dentro. Me encargo de que Orgullogamers no se hunda poniendo parches de cinta adhesiva.

- Visualmente extenuante
- Mejoras de vida muy bienvenidas
- Buen soporte de mods
- El rendimiento en PC es terrible
- El combate se siente un poco anticuado