Sam & Max: Hit the Road

Portada oficial de Sam & Max Hit the Road con los protagonistas viajando en su coche.

Hoy os quiero acercar una aventura gráfica que aún no habíamos tenido el gusto de invitar a la página: Sam & Max: Hit the Road.

¡Corred, insensatos, que esto se acaba!… ¿Habéis visto La historia interminable? ¿Os acordáis de La Nada? Ese ente que lo consumía todo y lo dejaba en nada. Pues La Nada ha empezado a meterse con los emuladores y las ROMs. Corred y recopilad todo lo que podáis, porque esto se acaba. No será inmediato y puede que hasta llegue un Atreyu que pare la extinción y todo quede… en «nada». Aun así, corred.

¿Qué opino de este inicio de extinción de los emuladores? Que lo entiendo. Eso no significa que me guste ni que esté de acuerdo, pero lo entiendo.

Los juegos, mal que nos pese, no son nuestros. Ni tuyos ni míos, por mucho que nos empeñemos en hacerlos nuestros. Y no me refiero a las cajitas que guardas con los cartuchos o discos —esos, evidentemente, son «tuyos»; nótese las comillas—, me refiero a la propiedad intelectual y a los derechos de autor. Aún no son nuestros. No sé cómo estará la legislación respecto a los videojuegos: ¿cincuenta, cien años hasta que sean de dominio público? No lo sé. Sea cual sea la cifra, aún estamos lejos de ver el primer videojuego en dominio público.

Entiendo a los dueños de los juegos, pero no comparto ni estoy de acuerdo con eliminar cualquier posibilidad de jugar a títulos con años a sus espaldas; títulos cuya vida comercial está más muerta que la muerte.

Sam & Max Hit the Road, escena clásica frente a la tienda de Bosco con el coche de policía aparcado.

Pero así están las cosas. Nintendo ha abierto la veda de La Nada y está en cruzada por eliminar cualquier rastro de emulación y «rommeo» en la red. Ha dado su chasquido de dedos. Corred, insensatos, y recopilad todo lo que podáis.

Espero y deseo no ver extinguida la emulación. Hasta que eso ocurra, yo seguiré, poco a poco, con esta sección, enfundado en mi traje de camuflaje térmico —cuando la caló aprieta— para traeros las piezas más preciadas de esta caza.

Hoy he cazado Sam & Max: Hit the Road. Confesión: nunca se me queda en la memoria quién es Sam y quién es Max. ¿Es Max el conejo o el perro? Siempre lo olvido, pero diría que Max es el perro… Pues no, señor: Max es el conejo y Sam es el perro. ¿Seguro? Que sí, hombre, que sí. (Ahora estás abriendo una pestaña en el navegador para comprobarlo… te espero). ¿Ya de vuelta? Lo ves: Max es el conejo.

Esto es un poco lo que le pasa a este juego: no ha calado como debiera en la memoria colectiva. Quienes lo hemos jugado coincidimos en que es un buen videojuego. «Por el amor de Dios, es una aventura gráfica de Lucas; ya solo por ese pedigrí tiene una nota base de 8; el resto le viene rodado como añadidos que engordan su calificación». ¿Qué falla, entonces? No tengo respuesta, amigos; pero Sam & Max suele ser el olvidado de la lista.

—Atención, concursantes: por veinticinco mil pesetas la respuesta… Aventuras gráficas de LucasArts. Un, dos, tres, responda otra vez.
Maniac Mansion, Zak McKracken, Indiana Jones and the Last Crusade, Loom, The Secret of Monkey Island, Monkey Island 2: LeChuck’s Revenge, Indiana Jones and the Fate of Atlantis, Maniac Mansion: Day of the Tentacle, Full Throttle, The Dig, The Curse of Monkey Island, Grim Fandango, Escape from Monkey Island…
—(Suenan las campanas y la sirena de Las Tacañonas). ¡Campana y se acabó!

Sam & Max Hit the Road, escena en la que rescatan a una mujer atada en un sótano.

La presentadora dice: «Os ha faltado Sam & Max: Hit the Road». Y los concursantes responden: «Anda, coño, es verdad: el Sam & Max». Eso nos pasa con este juego: cuando nos acordamos de él, soltamos ese «Anda, coño, es verdad: el Sam & Max».

Una vez leí —no sé dónde— que Lucasfilm hizo un vídeo por algún aniversario del estudio. En él recogían todo el contenido creado por Lucas, sin importar el formato. Todas sus IP de cine y videojuegos estaban presentes. En aquel vídeo fueron desfilando Star Wars, Indiana Jones, American Graffiti, THX, Monkey Island… En fin, todo y de todo; todo el puto mundo estaba en ese vídeo. Los aplausos y felicitaciones llegaron cuando terminó la proyección en la sala de cine del rancho de Lucas. El mismísimo George Lucas estaba allí, sentado con el «director» de aquel homenaje. A George le encantó el vídeo, pero algo faltaba. Se giró hacia el director y preguntó: «¿Y Sam & Max? Os ha faltado Sam & Max…». Supongo que el responsable del vídeo le diría: «Anda, coño, es verdad: el Sam & Max».

Hoy vamos a reivindicarlo desde aquí. La retro-caza va dedicada a esta buena aventura gráfica que suele pasar de puntillas por nuestro recuerdo. Un excelente juego, que no os quepa duda. Os lo acerco para que lo tengáis a buen recaudo en vuestros PC y para que, cuando pase el tiempo y rastreéis vuestras carpetas, os lo encontréis y digáis: «Anda, coño, si tengo el Sam & Max».

Mario Landflyer para Orgullogamers.
¿Seguro que Max es el conejo?

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