Análisis de Gaucho and the Grassland. Pastorea con tu vaquero argentino

Un gaucho a caballo arrastrando a un toro, del que amarra sus cuernos empleando una cuerda atada en lazo

Disfruta a tu ritmo este farming sim amigable, bonito y con un buen bigote bajo la nariz en Gaucho and the Grassland

Existe como la broma extendida de que todos los juegos indies que salen son juegos de granjas, pero este no lo es, porque en vez de granjas, debes pastorear y criar tu ganado. Aunque si tuvieses que cultivar calabazas y patatas, tampoco habría queja por mi parte. En este análisis de Gaucho and the Grassland hablaré de sus características y qué lo hace diferente a otros títulos cozy relacionados con la vida en el campo.

Como comentario adicional, me ha hecho gracia conocer qué son los gauchos argentinos de mano de un estudio brasileño (Epopeia Games), cuando yo (española) pensaba al ver los muñecos del juego que eran mexicanos. Perdonad mi completa ignorancia en el tema. Me despistó el bigote y el sombrero.

Menú de creación de personajes en Gaucho and the Grassland, con flechas naranjas y un pasto verde.

¿Qué es Gaucho and the Grassland?

Se trata de un juego donde debes crear tu rancho y cuidar de tu ganado, consiguiendo recursos por el escenario. Estos recursos son la hierba, madera, chatarra… y minerales varios. Con estos recursos y teniendo las recetas necesarias, puedes craftear herramientas y muebles. No es mucho más diferente a otros juegos de farming sim o lo que consideramos «juegos de granjitas» si no fuera porque te acompaña un perro, capaz de desenterrar recursos, no solamente se limita a un accesorio.

Es una tontería, pero añade un toque diferente a un concepto tan sobreexplotado debido al boom generado por el éxito de Stardew Valley. También puedes cabalgar, como buen vaquero, sobre tu caballo y usar cuerdas en forma de lazo para capturar toros salvajes. La mecánica para hacer negocios principalmente pasa por criar animales y venderlos, así que no tiene ese foco común en los juegos del género que consiste en cultivar chirivías.

En este juego, además, hay eventos o historia que exige craftear recursos específicos y conocer la ambientación de los Grassland, que incluye el lidiar con espíritus y otros elementos del folclore argentino. Así que hay gameplay suficientemente variado para evitar que resulte cansino o aburrido.

Primer contacto y mi experiencia

Cuando jugué por primera vez lo hice en mi Steamdeck y apenas había visto unas imágenes del título desde la tienda de Steam. Me llamó mucho su apartado gráfico, porque el personaje era muy caricaturizado y el aspecto en general es muy cartoon. Los colores son muy alegres y saturados, que hacen que el juego resulte acogedor y amigable, algo que invitar a jugar. Por desgracia, antes del lanzamiento solamente pude jugar lo que estaba disponible como demo y se trataba de una versión no tan pulida, por lo que tuve ciertos problemas para entender las mecánicas y sufrí ciertos bugs visuales por usar Steamdeck.

Lo que pensé en su momento es, «esto está muy verde» pero la versión de lanzamiento ha demostrado estar a la altura. Se explica de forma más guiada cómo conseguir cada recurso y te dan las recetas para craftearlos poco a poco, seguidos por el espíritu de tu propio padre. Así que en esa segunda partida, encontré muchísimas más virtudes y creció mi interés por Gaucho and the Grassland.

Por otra parte, algo que al principio me chocó fue, por lo habitual que es en el género, el que no hubiese horarios. Es decir, me puse a recoger recursos, construir y hacer lo que quería, sin tener que estar pendiente de dormir. Me sentó como si me hubieran quitado de la espalda un peso enorme: se acabó las cuentas atrás y el querer maximizar cada día, que tanta ansiedad causaba a tanta gente que no es capaz de disfrutar con esta clase de juegos. Aunque a mí no me supone un problema manejar esa tensión, felicito que Gaucho and the Grassland sea más relajado. Incluso en mi cabeza lo he comparado con un clicker, con esa progresión tan marcada a medida que recoges recursos que se regeneran del escenario.

Decoración y compra de terrenos

En este juego se puede permitir más que en títulos del género, que lo limitan a un único terreno perfectamente señalado y fijo. Aquí hay más áreas repartidas por el mapa que se pueden adquirir y empezar a construir casas y ampliaciones de las mismas. Así como puedes construir más cuadras para tus animales también. No hay una variedad enorme de construcciones, pero sumado a los muebles disponibles, te harán farmear recursos y mantenerte entretenido por bastante tiempo.

Me gusta especialmente que debas gestionar los terrenos disponibles para edificar y que debas adquirirlos si quieres tener casa o ampliarla. No es como las casas de videojuegos que por fuera solo cambia ligeros detalles visuales y por dentro es la mansión del Tío Gilito. Así que debo decir que he disfrutado con la construcción en este juego.

Conclusiones

Debo decir que vale bastante la pena jugar Gaucho and the Grassland si te gusta el género de farming sim. Tanto porque es muy vistoso y bonito como porque es muy amigable con el usuario. El bucle jugable de recoger recursos y craftear engancha y no tiene presiones externas como gestionar el día a día como en títulos como Stardew Valley. Así que me gustaría recomendar este juego y, tras este análisis de Gaucho and the Grasslands, le otorgo 3 cervezas, porque tampoco es un juego que vaya a cambiarte la vida, pero sí te va a entretener unas tardes veraniegas.

Nota: Esta clave ha sido proporcionada por Jesús Fabre para su análisis.

Un gaucho a caballo arrastrando a un toro, del que amarra sus cuernos empleando una cuerda atada en lazo
  • Cozy de verdad, nada de presiones
  • Te acompaña un perrete
  • Gameplay muy simple
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