The Hookmarine – Analizamos el juego donde recoges basura marina (y es divertido hacerlo)

Un submarino amarillo en un escenario lleno de engranajes y accionamientos gigantes, abajo, sobre una roca, un barril radioactivo.

Análisis de The Hookmarine. El nuevo juego de Elendow y está disponible desde el 29 de noviembre para Steam y a un precio económico.

De pulsar un botón rojo de forma obsesiva en THE BUTTON, Elendow da un paso adelante y nos ofrece una nueva experiencia para nada relacionada, fuera de la viralidad, que resulta más elaborada e interesante. En The Hookmarine llevaremos un submarino cuya forma de propulsión es empleando un gancho y que tiene como objetivo limpiar el océano de barriles tóxicos. En este análisis de The Hookmarine me centraré principalmente en su propuesta y mecánicas, que dan tema del que hablar.

Análisis de The Hookmarine – Cuidado del medioambiente

Es innegable que el cuidado del medioambiente (y el cuidado de los animales) es una temática cada vez más recurrente entre los desarrolladores indies y sigue una moda muy bonita y enriquecedora. Recuerdo con especial cariño haber jugado a Beyond Blue y encontrar que el foco de la historia era el cuidado de los océanos por encima de querer saltar obstáculos o derrotar enemigos. Por otra parte, este enero participé en la financiación de Spilled!, juego donde recoges basura oceánica, porque me atrajo su propuesta. Me enamoró Lost Ember y el cómo trata el fin de una civilización que agotó sus recursos y alimento.

Títulos como los mencionamos, mismamente Terranil, tratan de forma más o menos directa la contaminación de los océanos, el cuidado de los entornos y ecosistemas, así como el equilibrio ecológico. Actualmente esta temática se relaciona con la necesidad de desarrollar una conciencia en el cuidado del medioambiente y, lo que considero un gran punto fuerte, ofrecen mecánicas y una jugabilidad más allá de los juegos de acción. En el caso de este análisis de The Hookmarine, el juego no tiene una reflexión especialmente profunda, pero bebe directamente de estos conceptos.

Captura del análisis de The Hookmarine. El submarino de The Hookmarine yendo a por un barril radioactivo en un escenario con una medusa y dos peces con pinchos. El barril quedó encallado al lado de una salida de gases.

Análisis de The Hookmarine – Mecánica básica

Como bien dice el título del juego a analizar, la mecánica principal es el uso del gancho para desplazarnos. Es la pieza fundamental del título y uno de los grandes motivos para jugarlo. Debemos engancharnos a las rocas y demás elementos para ascender y, a su vez, enganchar barriles para retirarnos del lecho marino. Hasta donde jugué no existe una penalización por dejar un manchurrón radioactivo al hacer chocar los barriles contra rocas, pero es verdad que me hace pensar si de verdad estoy haciéndole algún favor al medioambiente.

Se trata por lo tanto, una forma de jugar que ya habíamos visto en Getting Over It with Bennett Foddy, pero en esta ocasión lo que puede caer es un barril radioactivo y no nosotros. Así que debemos ir avanzando llevando a rastras barriles hasta retirarlos (modo arcade) o avanzar hasta que nos pueda la paciencia con uno solo recorriendo cientos de metros (modo historia).

Es interesante que sea un juego que, dentro de su sencillez, suponga desarrollar cierta pericia y poner a prueba nuestra tolerancia a la frustración haciéndolo más profundo que lo que transmite en una primera impresión. Siendo tan satisfactorio avanzar en el modo historia como frustrante cuando el barril cae 50 metros de una sentada. He sudado, incluso.

Captura del análisis de The Hookmarine. El submarino amarillo está rodeado de medusas gigantes. El barril está sobre una roca, esperando a que te lo lleves.

Análisis de The Hookmarine – Modo historia y modo arcade

El juego nos presenta dos modos de jugar, aunque personalmente me quedo con el modo historia. En él avanzamos cientos de metros con un barril a vueltas mientras nos muestran cómo avanza el escenario. Este escenario evoluciona mostrando elementos interactuables como las medusas (que hacen rebotar el barril y el submarino) o estructuras que se mueven, aportando variedad de retos. En tanto en vez, los personajes explican lo que está pasando o sus pensamientos, sin llegar a aburrir o agobiar, cosa que agradezco enormemente.

En cambio, en el modo arcade se prima la velocidad para recoger los cinco barriles que hay en las profundidades. Ideal para competir entre amigos y picarse con ellos. Es curioso como el enfoque que le dan a cada uno de los modos nos ofrece dos experiencias totalmente diferentes. En el modo historia tenemos un reto mayor, construido en la constancia y perseverancia, mientras el modo arcade es más explosivo y rápido; en definitiva, requiere de más estrategia.

Captura del análisis de The Hookmarine. En blanco y negro el hookmarine arrastrando el barril con su gancho en un escenario tentaculoso. Destacan estos dos elementos al ser completamente blancos. El contraste de colores es fuerte.

Mi experiencia

Como buena jugadora casual, mi interés en el juego nació al ver algunas capturas que compartía el propio Elendow en redes. Me encantan los juegos que emplean colores saturados y contrastes entre ellos, sin temer parecer infantiles y buscando un aspecto más cartoon. Así que empecé a jugar nada más tuve acceso al título y, vaya, me resultó un juego curioso.

Siendo especialmente torpe, conseguí avanzar unos 850 metros en el modo historia. En el proceso de alcanzar esta altura pasé por ciclos de recompensa y castigo, que, aunque no se trata tanto de un bucle jugable como tal, lo transmite. También me exigió hacer mucha prueba y error para intentar encontrar las mejores rutas y a beneficiarme de los elementos que me presentaba el juego (aprovechar un elemento que explota para hacer ascender con impulso el barril, por ejemplo). Es decir, el juego supo entretenerme y estimularme, incluso siendo una estructura muy arcade, algo que no siempre es capaz de engancharme.

Conclusiones

Hacer este análisis de The Hookmarine ha sido una experiencia muy estimulante, siendo un reto continuo avanzar y luchar contra la frustración. Ha sabido sacar partido a sus mecánicas, tan simples como interesantes. Me lo he pasado bien y su precio económico invita a darle una oportunidad. Que trate sobre el medioambiente puede sonar algo manido, pero es una temática que me encanta, así que estoy encantada con ello.

Además, ofrece una jugabilidad más allá de el empleo de la violencia, ya normalizada en los videojuegos. El no emplear un recurso tan extendido permite que este juego pueda ser para todos los públicos y para todas las sensibilidades, siendo idóneo para desconectar.

Creo que he dado motivos suficientes para justificar que le vaya a poner cuatro cervezas. No es un juego que parta la pana, pero cumple su premisa con creces, además de ser artísticamente chulo y qué demonios, he sentido muchas cosas jugándolo (ira, alegría, asco… y en general, todo el elenco de Inside Out). Echadle un vistazo en cuanto podáis.

Esta clave ha sido proporcionada por Elendow para su análisis.

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