Gestiona un cementerio medieval, descuartiza cadáveres y vende carne humana. La vida de enterrador nunca fue tan oscuramente divertida.
Muy buenas, Orgullogamers; hoy dejamos la granja cuquimonis de Stardew Valley de lado y nos vamos a granjear también, pero con muertos. Graveyard Keeper, como dice un colega, es el hermano gamberro de Stardew Valley, y es que se parecen MUCHÍSIMO, quitando la obviedad de que Graveyard es un gestor/simulador de cementerios.
Graveyard Keeper
Año: 15 agosto 2018
Precio: Steam 16,79 € / InstantGaming: 12,30 €
Desarrollador: Lazy Bear Games
Editor: tinyBuild
¿Qué es Graveyard Keeper? Básicamente, un gestor simulador de cementerios, en el papel de un hipster muy perdido en ese oficio.
Nuestra historia comienza como la canción de Alaska: «Una noche desierta, saliendo de un bar, un coche oscurooo no supo esquivar». Al salir del curro vamos a echarnos unas cervecitas y, al cruzar la calle, PUUUUM. Nos atropella un coche o un trolebús, y aparecemos en un limbo con un tío con gabardina que nos dice que tenemos una misión: ser enterrador. Suena una fanfarria.
Al despertar, nuestras ropas son de hace la tira de años y nuestra casa ha cambiado mucho.
¿Estamos soñando?
No lo sabemos, pero estamos en la Edad Media, en una edad media muy rara. Estamos en una cabañita muy cuca en la que, al salir, nos habla una calavera para hacernos de profesor de forense. Ohhh, sí, querid@s; a los muertos hay que desmenuzarlos, sacarles todo lo aprovechable y luego, ya con lo poco que quede, darles sepultura.
El cementerio, la morgue, la iglesia, los huertos… TODO, o casi todo, está que da pena verlo. Como en otros juegos de este estilo, tendremos que ir reparándolo con nuestras manitas o con misiones para poder avanzar en el juego y así conseguir nuestro objetivo final. En este caso, volver a casa con nuestro amorcito.
Es muy importante arreglar y dejar bonita la zona del cementerio y la iglesia.
Las tareas o misiones
Este juego desquicia en este punto, puesto que cuando terminas una de las complicadas o de echar 14 viajes de correveidile y gritas «¡YUPI, ya he terminado!», te das cuenta de que te han saltado 5 misiones más, haciendo que parezca que el juego no tiene fin o que los aldeanos y demás personajes no quieran que te vayas.
Para las misiones, lo más común es que nos pidan objetos, mejoras o dinero. Si son objetos que tenemos que hacer nosotros, necesitaremos la máquina o herramientas que los hacen, por lo cual necesitaremos recolectar madera, piedra… y dinero. Las mejoras nos las suele pedir el obispo para su iglesia y el cementerio (todo debe estar bonito para los feligreses). Si conseguimos que venga mucha gente a misa (somos también predicadores), tendremos fe, que es necesaria para crear algunos objetos y dinero.
Aquí todo gira en torno al dinero y los muertos
Por una huerta muy chachi que tengamos, la gente no quiere nuestros productos, excepto el asno portacadáveres; él se pirra por las zanahorias. De no ser que en alguna misión nos hagan cocinar algo específico o elaborar algún producto, las materias primas nos tocará comérnoslas.
Entonces, ¿dónde sacamos pasta? De los muertos. Somos enterradores, que no se os olvide, y AHORA VIENE LO FUERTE: también somos carniceros, pero carniceros de carne HUUUUMAAAANAAAA.
Al doctor Lecter le gusta este post.
Sí, queridos lectores orgullosos, la carne de nuestros cadáveres en la ciudad la compran a buen precio. Para ello tendremos que procesarla en lonchitas o cocinarla… A gusto del consumidor.
El pueblo y sus personajes
A los personajes los iremos descubriendo a lo largo del juego; nos darán misiones, consejos, nos venderán cosas… Todos son importantes y a todos, repito, A TODOS hay que atenderlos. Las misiones se entrelazan y, para conseguir X cosa, quizás el que la tiene nos pide tal otra que tiene aquel…
El tabernero es el que hace las veces de tendero, pero no tiene muchos objetos; otros objetos o materiales nos los venderán en las granjas o artesanos locales. Aunque siempre es recomendable guardar el dinero para reformar nuestro hogar, la iglesia, el cementerio o la cripta y procurar hacernos artesanos y crear lo que nos haga falta. Tampoco es muy difícil; la sabiduría se consigue estudiando y practicando. Estamos rodeados de árboles para talar que crecen muy rápido; podemos cocinar, plantar verduritas, pescar en el río, ser alfareros, químicos, escritores… Tenemos una cantera, piedras, geodas, una mina…
El inquisidor quemará a las brujas el día con el símbolo masculino ♂.
El día con un sol (domingos) serán los días que demos el sermón. El día con luna visitará la aldea un astrólogo. El día con el símbolo femenino ♀ vendrá a cantar a la taberna la señorita Encantiaz.
Curraros bien los sermones o los feligreses se irán a otras iglesias.
La cripta: toca matar bichos
Síii, por fin algo de acción. Cargaros de provisiones que nos vamos a dar una vuelta por el sótano de nuestra casita (parece mentira lo pequeñaja que es y las cosas que esconde debajo). En la cripta recolectaremos babas, bichos, gemas, sangre, madera y algún que otro objeto curioso. Cuidado, mucho cuidado, que cuanto más bajemos, más bestias terribles encontraremos. No podemos morir, pero sí desmayarnos y perder la noción del tiempo y cosas que lleváramos encima.
Mis consejos
Comprad semillas e id tirando vosotros. Las herramientas son indispensables; que las tengamos cuidadas, POR FAVOR. NO OS QUEDÉIS SIN PIEDRA DE AFILAR, no seáis tan imprudentes como yo… Si os quedáis sin piedra de afilar es muy, muy, muuuuy cara conseguirla, y si nos pasa al principio estaremos muy fastidiados porque no podremos hacer nada sin las herramientas.
Siempre que restauremos o descubramos una sala de nuestro pequeño gran sótano, algún personaje nos hará de maestro de ceremonias para explicarnos qué podemos hacer o crear ahí. Lo mismo con las zonas que vayamos descubriendo del mapa; SIEMPRE vivirá alguien cerca para decirnos qué es eso.
Haceros con un cuadernito para ir apuntando las recetas de alquimia y qué obtendremos con cada material que metamos en el matraz. Es primordial saber qué cosa produce tal para que, si necesitamos eso en concreto, no nos volvamos locos.
Cada día tendrá su uso horario de mañana, tarde y noche. Fijaos bien en la izquierda arriba de vuestra pantalla para saber en qué día estáis y qué debéis hacer o si debéis entregar algo a alguien en concreto. En la ficha de cada personaje viene cuándo aparece.
¿Enterrador-artesano o enterrador con imprenta?
El juego también nos ofrece un amplio mapa de oficios y disciplinas que iremos aprendiendo a lo largo de la historia. Con él nos iremos especializando para poder avanzar. Pongamos que nos piden crear una joya en concreto; pues bien, iremos al cuadro de disciplinas y miramos qué nos falta para ser joyeros… Siempre son objetos que creamos nosotros, o materiales y máquinas que hayamos obtenido con anterioridad; se lo damos y ale, ya somos joyeros.
Como digo, el juego es muy intuitivo. Si no podemos hacer algo es porque no es el momento de hacerlo.
Conclusiones
Tiene un pixel art muy bonito; los DLC que le han añadido de momento han sido totalmente gratuitos y aportan muchísimo al juego (CREAR ZOMBIS), y los personajes tienen un carisma y humor que no os olvidaréis de ellos fácilmente, sin contar los cientos de guiños a cine y otros videojuegos que tiene.
Mi recomendación es que si os llama la atención y queréis pillarlo, esperéis a alguna ofertita. Graveyard Keeper es un juego muy recomendable y novedoso en cuanto a historia (quitando los cementerios, es un Stardew). Si, por el contrario, ya lo tenéis pero no encontrabais el momento de jugarlo, ahora lo es. Han solucionado muchos bugs y da cero problemas (espero que no dé más).
Una vez pillado el tranquillo de todo y qué hacen las cosas, el juego es la mar de entretenido. Os darán las tantas, os iréis a dormir y os aseguro que la BSO la oiréis en sueños de lo pegadiza que es. Por lo demás, ¿qué esperáis para sacar la pala y cavar tumbas? ¿O para ser el carnicero de Lecter?
Redactora en mis ratos libres, en Orgullogamers, en Nivel Oculto y en mi blog, de mi pasión favorita: los videojuegos.
En mis ratos ocupados, soy directora y apuntadora de un grupo de teatro infantil, jefa de Comunicación de Orgullogamers y responsable de comunicación de ElectroJocs.
También hago otras cosas, pero son muy aburridas.
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