Análisis de Monument – Vieja escuela demasiado vieja

Análisis de Monument

Análisis de Monument. Plagiar al tío Doom no siempre es una buena idea y la prueba viviente de ello es Monument.

Los aficionados a los boomer shooters siempre encuentran un hueco en su agenda para cualquier nueva propuesta que asome por la ventana. Yo no voy a ser menos, cada vez que veo un nuevo juego del género en Steam, se va para lista de deseados, pero, ¿salen todos a buen puerto o la mayoría se quedan en meras copias sin alma del hijo pródigo de id Software? Siguiendo esta idea, hoy os expongo mi análisis de Monument donde os contaré un poco mi consideración sobre este juego de D-Games, el cual expongo que no pasa la nota de corte como para que valga la pena echarle el guante.

Brutalidad sin sustancia y casi para no faltar a la fecha de entrega

El primer problema que le veo a Monument es que se limita, de una forma vaga y nada disimulada, en copiar todos los tropos, ensoñaciones e incluso problemas del Doom original. Prácticamente podríamos decir que estamos ante una expansión de ese juego o su segunda parte. Donde vemos más diferencias es en la línea artística, que apuesta por un enfoque 3D super poligonal, con criaturas super-deformed y viscosas en vez de los sprites propios de id Software para sus producciones primigenias.

La gun estética, término mal acuñado por mí que hace referencia al gamefeel a la hora de disparar en estos juegos, sí puedo decir que se siente sólida, machacadora y hasta deliciosa en ciertos momentos cuando reventamos en multitud de cachos a los enemigos con armas contundentes, como la escopeta. No obstante, no podemos esconder el hecho de que apenas hay feedback de los enemigos al recibir los disparos, quedándose en esponjas absorbentes de munición cuyo único elemento identificativo de daño que observamos son unas cuantas gotas de sangre que salpican en todas las direcciones.

Tratándose del género que estamos analizando, me parece un fallo muy gordo. Un boomer shooter puede fallarte en la configuración de sus escenarios, en darnos una historia anodina o que visualmente no se quede en nuestra memoria, pero lo que no podemos pasar por alto es que falle en su núcleo: los tiroteos. Al llevar unas pocas horas jugadas a Monument sentiremos un hastío considerable debido a lo previamente citado: un buen gamefeel lo es todo y aquí… mejor no lo busques, porque no lo vas a encontrar.

Análisis de Monument

Demonios, llaves de colores y armas para parar un tanque

Fuera de los tiroteos, Monument tampoco se molesta en tener su propia identidad. Cada nivel se erige como un laberinto donde deberemos hacer acopio de objetos de curación, escudo y munición mientras buscamos unas llaves de colores con las que poder abrir puertas que nos lleven al final del nivel. Si esto te suena, no estás loco, acabo de describirte a Doom y Doom 2, orgullosete. Volvemos a la idea de que esto es una expansión «pocha» de esos juegos más que un título propio.

El catálogo de armas no se queda corto, eso sí que no. Empezamos con una pistola y rápidamente engordaremos nuestro cinto de pistolero con escopetas, ametralladoras, lanzamisiles, armas de plasma y multitud de herramientas de toda clase cuya munición nunca echaremos en falta. Cada arma tiene su utilidad en función del enemigo que nos aborde, siendo quizás la más ineficaz la pistola inicial y la más polivalente la escopeta, pues su daño en área y su gran cargador de cartuchos nos permite respirar más tranquilos que empuñando otras armas.

Los mapas, lejos de ser variados en su ejecución, sí lo son en paisajes. Todos mantienen una cierta línea demoníaca, con sus templos impíos, pero se preocupa de no aborrecernos dándonos multitud de biomas para decorar los exteriores, desde noches infinitas, selvas tropicales, entornos nevados y lo que se nos ocurra.

Análisis de Monument. Copiando en los exámenes no se aprueba

Si no quedó claro a lo largo del texto, lo digo ahora: no, no me ha gustado Monument. Entiendo que sus desarrolladores quisieron hacer un tributo ligero y ágil a los primeros Doom, pero hay que saber diferenciar entre un plagio descarado y la inspiración. Vale que es un juego muy sencillito, a lo poco que seas aficionado al género te encontrarás cómodo jugándolo y te lo acabarás sin muchos quebraderos de cabeza, además de ser bastante barato (cuesta 1,99€ en Steam), pero no sabe despertarnos la testosterona como la mayoría de shooters de este particular subgénero, haciéndose anodino a los pocos minutos.

Si disparar y combatir en tu bommer shooter no es divertido, has fallado. No hay más vuelta de hoja. Una pena, pero solo recomendaría este juego si estás muy necesitado de revivir las vibras de Doom, sin volver a pasarte el juego original, y no quieres gastarte más dinero que lo que te cuesta una coca-cola en un bar.

Por lo tanto, califico este análisis de Monument con una cerveza sobre cinco.

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