Vivir los videojuegos a través de los streamings

Vivir los videojuegos a través de los streamings

Cada vez somos más los que disfrutamos nuestra afición viendo cómo otros juegan gracias a los streamings. Pero, ¿por qué?

Soy la tercera de tres hermanos. Cada vez que un juego entraba en casa, eran los primeros en jugarlo y yo, a su lado, veía atentamente a la pantalla. Aprendí a leer los diálogos con rapidez para lo esperable a mi edad y les recordaba a dónde tenían que ir y qué les había dicho el último personaje con el que habían hablado. Desarrollé una memoria abismal gracias a ello. Muchos juegos los jugaba después y tenía en mi cabeza una guía mental de todo. A pesar de conocer cada título al detalle, los disfrutaba tanto como ellos, o más si cabe, pudiendo tomar otras decisiones y yendo a un ritmo diferente.

Es por ello que entiendo perfectamente el fenómeno Twitch. Es por ello que yo misma consumo ese tipo de contenido. Y además, me parece una manera muy positiva el vivir los videojuegos a través de los streamings. Espero que os sintáis identificados con este artículo o que os ayude a comprender porqué somos tantos los que disfrutamos de este contenido.

Acompañar en el proceso

Mis hermanos y yo hemos crecido y hemos seguido nuestros caminos. Cuando nos vemos, no les apetece jugar conmigo, por mucho que sigamos jugando a videojuegos. A veces me gustaría que sí, pero al menos tengo el consuelo de que puedo ponerme a su lado y que me enseñen a qué juegan. Me cuentan de qué va la historia, quienes son los personajes y me enseñan alguna mecánica chula. Así que sigo pudiéndoles acompañar, aunque sea unos minutos, como hacía antaño.

El resto del tiempo, tengo que conformarme con ver a desconocidos jugando y opinando. Twitch y otras plataformas permiten comentar en directo y un mínimo de interacción, por la que puedo sentir un poco de esa calidez que me falta. A ver, tampoco es como si fuese una mujer desesperada por atención, pero es reconfortante hacer actividades que desde siempre me han gustado y que haya plataformas preparadas para ello. Porque hace unos años, solamente podías comentar gameplays subidos en diferido.

No creo que todos los que vean Twitch o Youtube Gaming sean terceros hermanos. O hermanos siquiera. Entiendo que el querer acompañar a alguien en el proceso no solo se limita a tener una experiencia como la mía. Pero creo que el sentimiento debe ser parecido a lo que cuento. Compartir una afición con alguien es siempre bonito, más aún si además te permite ver cómo juega esa persona y qué piensa a cada paso que da en ese videojuego. Algunos streamers hasta permiten tomar decisiones a la gente de su chat o preguntan por dudas o consejos.

Vivir los videojuegos a través de los streamings

Ser cómplice de la broma

He jugado un millón de veces al Tales of Symphonia. De hecho, le tengo tanto respeto que no soy capaz de compartir spoilers de ese título a pesar de que salió en el 2003. Me gusta entrar en streamings para ver las reacciones de la gente que lo juega por primera vez y ver qué opinan. Es un extraño guilty pleasure que roza la línea que separa ser parte de un fandom de tener una enfermedad mental. Me hace sentir como los cómplices de una broma que, sabiendo el resultado, necesita saber cómo reacciona la víctima del engaño. ¿Le gustará la broma? ¿Le causará rechazo? ¿Se enamorará del resultado? La emoción que se vive, a pesar de ser meramente testigo de ello, raramente se puede conseguir de otra forma.

Es por eso que veo directos de videojuegos que he jugado y que me han gustado. A veces si no me han gustado, también. Me gusta ver si la persona al otro lado de la pantalla compartirá mis opiniones o me puede dar una perspectiva diferente. Busco hacer piña y abrir mi mente. Es una forma de disfrutar los videojuegos a través de los streamings muy placentera. Además, si aterrizas por primera vez en una de estas plataformas, el primer paso para conocer a gente es entrar en, precisamente, categorías de juegos que ya hayas jugado y que sabes que el 50% de la emisión (el propio juego) te gustará.

Factor social y relaciones parasociales

Cuando escogemos a quién ver, a quién seguir o a quién escuchar, lo hacemos porque nos entretiene y hace que estemos pegados delante de la pantalla viéndolo. Esto es así. Cuando en una raid llegamos a un nuevo canal esperamos unos segundos antes de decidir si seguir o no a quien emite. Necesitamos saber quién es esa persona, qué le gusta, cómo comenta lo que juega (de hacerlo), si nos da buenas vibraciones o si, al menos, podemos conectar con ellos.

Sobre la mesa se pone un componente social que se ha puesto de moda tratar: las relaciones parasociales. Estas relaciones ficticias se dan por la familiaridad que tenemos con quienes emiten y a quien seguimos. Los vemos casi diariamente, podemos interactuar con ellos mediante el chat y nos sentimos cercanos a ellos, incluso representados o identificados. Creemos que las cosas que hacen han sido diseñadas para nosotros, se crea ese forofismo que hay en otros medios como en el fútbol o entre los seguidores de reality shows. Solamente creemos que por ser sobre videojuegos y emisiones de solamente 20 espectadores, es imposible que nos pase.

Se puede tener una relación de amistad con esa persona a la que seguimos. Pero, lo habitual, es que nos engañamos para pensar que hay un algo más que es falso. Esa amistad, por muy poco real que sea, hace que sigamos a personas, interactuemos con ella y consumamos todo lo que hace. De por sí, no tiene que ser algo negativo ni mucho menos, lo es cuando el streamer se beneficia de esa relación. Que además es relativamente fácil ese beneficio ya que las plataformas nos ponen en bandeja que les hagamos pagos y donaciones.

Vivir los videojuegos a través de los streamings

Conclusiones

A veces, no hay nada más detrás de nuestras ganas de ver un streaming que simplemente disfrutarlo. Que yo quizás me esté poniendo un poco filosófica y haciendo una introspección cansina, pero era por dar un paso más allá de decir simplemente… «Lo hago porque sí». Hay gente que le divierte ver videos de cómo un perro ladra a su propia sombra y no tiene detrás una historia profunda. En mi caso, quería daros una perspectiva de porqué yo, y otra gente, disfruta de los streamings más allá de eso.

Personalmente, los sigo porque, además de entretenimiento, me dan algo que me lleva a mi infancia. Los sigo porque, además, puedo ver cómo reaccionan a lo que yo reaccioné en videojuegos que me gustan. Otras veces, simplemente porque se ha desarrollado una relación parasocial entre quien emite y yo. Independientemente de porqué lo hago, lo importante es que soy capaz de vivir los videojuegos a través de los streamings.

 

Referencias:

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