Quítale las telarañas a tu vieja consola y vuelve a los videojuegos con los que creciste. Os presentamos el arte de revisitar juegos antiguos.
Vivimos en una época dorada para los videojuegos. No, no estamos en 1998, ni en cualquier otro año cercano a este, de los que se recuerdan por grandes lanzamientos que cambiaron el rumbo de la industria. En pleno 2022, jugar a videojuegos es más fácil que nunca. Hoy por hoy, el nivel de accesibilidad es mucho mayor que hace décadas, lo que facilita la entrada al mundillo a nuevos jugadores. Para los que dicen que llevamos muchos años jugando a lo mismo, les mando este mensaje: estáis totalmente equivocados. Hemos tenido tantas propuestas, tanto juegos grandes como proyectos modestos, que podríamos dedicar muchísimos párrafos a hablar de ello. Pero hoy toca echar atrás la mirada a aquellos juegos de hace varias generaciones; pero con el ojo más curtido del presente. Adentrémonos en lo que podríamos llamar «el arte de revisitar juegos antiguos».
El tiempo y la distorsión de nuestros recuerdos
«Ostras, no lo recordaba así» podría ser, fácilmente, la frase que más se nos viene a la cabeza cuando, después de muchos años, volvemos a jugar a tal o cual juego de nuestra infancia o adolescencia. Para los lectores que ya estéis más cerca de la crisis de los cuarenta que de la época de adolescente, bien seguro conocéis esa sensación. Y no podemos negar que tiene algo mágico el rescatar viejas consolas que llevan año guardadas en el trastero, o algún juego de PC al que le dedicamos bastantes más horas de juego que a nuestras obligaciones como estudiantes.
La cosa es que los juegos de esta época ―sobre todo con el inicio del 3D― suelen engañarnos en nuestros recuerdos. Al disfrutarlos en su momento, nos parecían cosa del futuro, ya que durante estos años el salto gráfico era algo mucho más notorio que en nuestros días; pero no todo lo que reluce es oro. Al igual que teníamos novedades que resultaban de lo más punteras, también se lanzaban juegos muy limitados y toscos en sus mecánicas, algo que se acentúa muchísimo si decidimos volver a ellos años después.
No todos los juegos eran lo más avanzado
A pesar de que los juegos mejoraban sustancialmente año tras año, gracias al avance de la tecnología, no todos los videojuegos que salían al mercado tendrían el mismo carisma. En mi caso, de entre los títulos que pude disfrutar de pequeño, se encontraba Tomb Raider II. De sobra es conocido que las primeras entregas protagonizadas por Lara Croft rezuman carisma y fueron un tremendo éxito; pero sí que hubo un aspecto en donde flojeaban mucho: sus controles.
Tal vez, cuando salió a la venta no era tan evidente, pero los años no han jugado a su favor en este sentido. ¿Es un mal juego, o es imposible disfrutarlo? Para nada. De hecho, es todo lo contrario. Es posible que no me haya impactado disfrutarlo muchos años después, porque en más de una ocasión, a lo largo de los años, he empezado partida en su ya mítico primer escenario en la Gran Muralla China. Pese a que reconozco lo obsoleto de su jugabilidad, me sigue encantando volver a él. Pero revisitar juegos no siempre puede ser satisfactorio.
Excalibur 2555 AD es un juego de 1997, el mismo año en el que salió al mercado Tomb Raider II, el cual también forma parte de mi infancia. Aunque me pasé más horas viendo jugar a mi hermano que disfrutándolo yo. Para mí, era obligatorio volver a él y completarlo. Después de muchos años sin recordar su nombre, di con el por casualidad y me puse a la tarea. Pero no es nada sencillo volver a un juego que en mis recuerdos era mucho más emocionante, y que supuso un duro golpe en mis ganas de encontrar los títulos que de pequeño disfruté.
¿Darles una oportunidad a los juegos de nuestra infancia?
Creo que deberíamos darles otra oportunidad a los juegos de nuestra infancia, aunque al jugarlos nos llevemos una decepción debido a cómo los recordábamos. Aquí es donde reside el arte de revisitar juegos antiguos: aceptar que el juego no es cómo en nuestro recuerdo y, muy importante, tener en cuenta el año de su salida. Parece algo evidente; pero pasar de un título actual a uno con sus décadas encima, se nos puede hacer difícil; sobre todo si sus mecánicas se han quedado anticuadas y es tosco en su ejecución, algo muy normal en los juegos de hace varias generaciones.
Incluso las sagas han evolucionado, juego tras juego, hasta lograr un control impecable, como es el caso de Ratchet and Clank. Si habéis jugado recientemente al título original de PS2, el juego ha envejecido muy bien, en todos los aspectos, excepto en el control de su personaje: los movimientos son lentos, la cámara es pesada, no se pueden fijar objetivos en movimiento… Nos dejan en paños si hoy decidimos volver a él. Durante la trilogía original, fue mejorando considerablemente su manejo, así como en los títulos de la generación PS3. Pero en su remake de 2016, o en Rift Apart, su aventura más reciente, no hay punto de comparación; el manejo del personaje es maravilloso.
¿Un juego de hace diez años puede hacerse pesado?
En pleno 2022, tenemos títulos con unas mecánicas muy pulidas y, por lo general, bastante ágiles, algo que se ve en todos los juegos «modernos». No sé si en esta categoría entrarían juegos llegados alrededor de 2010; aun así, teniendo poco más de diez años, nos encontramos con entregas muy divertidas, pero cuyas mecánicas se han quedado obsoletas o que transmiten sensación de lentitud.
No tenemos que irnos a finales de los 90 y mirar a juegos como los Resident Evil clásicos y su cámara fija con controles de tanque ―algo odiado por unos y amado por otros―. Echando la vista atrás, hasta 2008, tenemos uno de los mejores juegos de su año, Fallout 3. ¿Quién no se lo ha pasado de lo lindo recorriendo yermo y peleándose con unas mutarachas? En caso de que no lo hayáis hecho (o, digamos, si queréis jugar al título de Bethesda algún día), os encontraréis con uno de los mayores lastres de su jugabilidad: no poder esprintar. Parecerá algo poco importante; pero una partida de cien horas en un mapa de tales dimensiones, a tan poca velocidad, puede hacerse muy frustrante. Pero no desesperéis, que existen mods que solucionan este problemilla.
En juegos de hace tan solo una década ya nos encontramos mecánicas o una jugabilidad que se nos puede atragantar, y a la hora de jugarlos hay que tenerlo en cuenta, si no corremos riesgo de frustración y acabaremos dejándolo a medias ―aunque sea un gran juego―.
Sí, debemos rejugar títulos antiguos
Aunque un título sea divertido y agradable jugar, cada usuario tiene un gusto diferente; y es posible que un juego no nos enganche por bueno que sea. Y esto también nos puede pasar con títulos actuales (aunque en este sentido la cosa va más ligada al juego en sí que no a la época en la que ha salido). Pero sí, no siempre es fácil introducirnos en ciertas entregas, incluso aunque sean de las más queridas de su época, ya que podemos encontrarlas difíciles de jugar, tediosas o poco atractivas. O incluso simplemente no sentimos que nos atrapen lo suficiente.
Personalmente, si tenéis juegos antiguos pendientes por jugar, o queréis volver a ellos ―aunque os da cierta pereza ante la posibilidad de que no sea cómo lo recordáis―, no tengáis temor y lanzaos. Jugad a ellos en intentad disfrutar la experiencia, siempre teniendo en cuenta que ya tienen sus años y es muy posible que tenga elementos que no nos gusten. Tal vez os estéis perdiendo una experiencia que atesorareis como jugadores de videojuegos. Porque esto es el arte de revisitar juegos antiguos.
Siempre detrás de una pantalla, escribiendo o jugando.