Immortal Life se presenta como un juego de granjas, a los que tan acostumbrados estamos, pero con una estética asiática que supone una propuesta rompedora dentro de este género de videojuegos.
YiFang Studio es el responsable de este juego, realizando, de esta forma, una declaración de intenciones sobre el tipo de videojuegos que quieren desarrollar en un futuro. Además, si echamos un vistazo a su página en Steam, veremos como Immortal Life se oferta junto con otros títulos de jugabilidad similar.
La historia de Immortal Life es más para el montón
Estamos acostumbrados a que los juegos de farming no tengan una historia muy elaborada. Lo interesante de ellos es ponerse a plantar patatas cuanto antes mejor. El caso de Immortal Life no es una excepción.
Tenemos la típica aldea rural que, tras un suceso meteorológico, queda prácticamente en ruinas. Así, cae sobre nosotros, el nuevo integrante de la comunidad, la labor de reconstrucción. Para esto nos regalan un terrenito donde poder desarrollar las actividades de agricultura y ganadería, y así poder tener una fuente de ingresos.
El gameplay esperable
La jugabilidad de Immortal Life es muy parecida a la de otros juegos de granjas. En nuestra parcela podremos plantar cultivos, los cuales, posteriormente, tendremos que regar y cultivar cuando hayan crecido. Además, el terreno que nos darán se encontrará en un estado evidente de abandono. Por lo tanto, tendremos que limpiarlo antes de poder comenzar a hacer realidad nuestro sueño de ser agricultor.
Un aspecto novedoso, nunca antes visto por mi parte en un videojuego de este estilo, es que, desde el principio del gameplay, tendremos acceso a hechizos para poder regar más velozmente, pudiendo conseguir, más tarde, con alta probabilidad, más variedad de los mismos.
Para todas estas labores necesitaremos energía y maná. Para esto tendremos que comer o dormir y hacer uso de las fuentes de maná que el juego pone a nuestra disposición. Encontraremos, por todo el mapa, acumulaciones azules que nos recuperarán algo del maná empleado en magia.
En este juego cobran especial importancia las misiones, pues son muy abundantes. En las primeras horas de gameplay, resultan fundamentales para conseguir dinero dentro del juego, y así poder ir avanzando con los cultivos y mejoras sucesivas.
La música de Immortal Life es… ¿buena?
La banda sonora de Immortal Life es totalmente acorde con la estética del juego. A lo largo del juego estaremos acompañados de relajantes melodías con tintes asiáticos y tradicionales orientales. Además, resulta muy relajante.
Y un aspecto que también contribuye a la inmersión en el juego es que el doblaje del juego está en chino. Son pocas las escenas narradas que tiene Immortal Life, pero las que tiene son muy inmersivas al representarlas a modo de dibujos con tinta china y una voz en off, en chino.
Un apartado gráfico desolador
Donde verdaderamente apreciamos que este título es indie es en el aspecto visual del juego. Globalmente, podemos decir que el apartado gráfico es pasable, óptimo, e incluso muy elaborado, teniendo en cuenta el presupuesto con el que probablemente hayan contado los desarrolladores de este título. Lo que ocurre es que, en ocasiones, hay que sacrificar el ser detallista, en ciertas cuestiones, para poder ofrecer una imagen final más competente. Immortal Life es un videojuego con un apartado 3D que, a duras penas, puede ser considerado como tal.
En primer lugar, veremos que se emplea en multitud de ocasiones el uso de las texturas en 2D superpuestas para dar un falso aspecto en 3D. Hace unos 25 años, con los primeros lanzamientos de juegos en 3D, esto pasaba desapercibido. E incluso nos maravillaba. Sin embargo, hoy por hoy, tras haber jugado a infinidad de títulos (muchos de ellos indies), con un apartado gráfico excelente, esto llama la atención de forma negativa.
Siguiendo en esta línea, en ocasiones veremos como elementos del mapa se superponen o atraviesan otros elementos, tanto del entorno como de nuestro propio personaje. Algo que me llamó la atención es cómo la falda de nuestro personaje traspasa las piernas del mismo, cuando camina, dejando por completo de lado las animaciones de la ropa. Igualmente, en ningún momento se nos dará la posibilidad de personalizar a nuestro personaje, más allá de poder cambiar algunos elementos de su vestuario cuando, por cierto, hayamos avanzado lo suficiente en el juego.
Los rasgos físicos físicos de la chica, o el chico, protagonista serán los preestablecidos, sin posibilidad alguna de cambiar el color del pelo o la piel del personaje. Esto último, quizás, se deba a que los desarrolladores hayan querido que todo dentro del juego cumpla con la “estética” oriental, aunque me extrañaría. Al hablar de los elementos del entorno, hay que destacar que hacía muchos años que no veía un esfuerzo tan aparentemente vago en el modelaje de elementos 3D de un mapa.
En la finca donde vive y trabaja nuestro protagonista veremos que hay piedras sobre un río por las que poder caminar, así como una cascada que origina dicho río. Pues bien, ni las piedras presentan relieves ni profundidad ni el río forma un surco en el terreno, como suele hacer el agua cuando corre ladera abajo.
Las piedras y el agua son elementos que están literalmente dibujados encima de otro dibujo verde chillón que se supone que es la hierba de la parcela. Lo único que hace que tanto la corriente de agua como las piedras no parezcan que las ha dibujado una persona, sin ningún tipo de experiencia en diseño gráfico, es que los desarrolladores se han molestado en incluir unas animaciones que simulan una corriente descendente de agua.
Una cosa que llama la atención es cómo, a pesar de esta aparente dejadez de detalles con los exteriores, cuando entras en una casa ,o edificio, ves que están decorados con todo lujo de detalles, aportando mucho a la ambientación asiática. Este contraste con los decorados externos resulta chocante.
Existe un minijuego de cocina dentro de uno de los establecimientos del pueblo. Éste es muy divertido y entretenido, puesto que tienes que elaborar un guiso desde lo más elemental como es cortar sus ingredientes en una tabla hasta saltear un refrito. Todo ello forma parte del gameplay. Sin embargo, la inmersión se rompe cuando, al colocar los ingredientes sobre una sartén, ves cómo estos se acumulan unos encima de otros, como si estuvieran flotando.
A estas alturas del análisis resulta necesario realizar una aclaración. Como videojugadora disfruto mucho de estilos artísticos y apartados gráficos únicos, diferentes y rompedores. Mi estilo favorito es el pixel art, el cual, probablemente, sería descrito por muchos como algo simple. Juegos como Gris o Spiritfarer también son innovadores, en lo visual, y también los he disfrutado enormemente.
Lo que ocurre con Immortal Life es que quiere abarcar muchos aspectos de un juego de granjas, con (probablemente) un presupuesto reducido, y ha sacrificado para ello los gráficos del título. No me resulta anticlimático jugar a un juego con modelos 3D sencillos, con polígonos incluso (por ejemplo, Minecraft), si todo esto forma parte de la estética y está bien integrado. Pero en Immortal Life lo intentan hacer y no les sale bien.
Otras cuestiones relevantes en Immortal Life
Un punto a favor de este título es el uso de la energía (stamina) del personaje. Al principio de títulos como Stardew Valley la poca energía que tiene nuestro personaje para realizar labores de agricultura resulta muy limitante, pues tampoco tendremos recursos para recuperarla hasta que hayan pasado unas horas de juego. Este no es el caso de Immortal Life. Desde etapas tempranas del gameplay, tendremos energía de sobra para realizar todas las tareas que se nos encomiende hacer para avanzar.
Algo similar ocurre, como mencionamos anteriormente, con el maná y las acumulaciones del mismo, a lo largo y ancho del mundo de este juego. Aunque la falta de dicho maná no será tan limitante en etapas tempranas del videojuego, en la que apenas somos capaces de realizar un hechizo.
Este título también cuenta con la típica mina donde podremos obtener más materiales para avanzar en la construcción de edificios y finalización de misiones. A diferencia de otros títulos de granjas a los que he jugado, he sentido la mina de Immortal Life como una auténtica dungeon de un action RPG como Path of Exile. Ésta ofrece un mayor nivel de complejidad no sólo para avanzar a través de ella, sino para derrotar a todos los enemigos.
Conclusión
En general, Immortal Life es un juego que te ofrece horas de entretenimiento. Pero en un mercado en el que abundan videojuegos del género farming este título no incorpora nada rompedor. Y, a duras penas, está a la altura de otros títulos influyentes. A este juego le doy 3 birras de 5.
Videojugadora, amante de los tamagotchis y redactora.