El Ministerio del Tiempo: infravaloración española

El elenco completo de agentes posa junto a la icónica escalera de caracol en el arte promocional de El Ministerio del tiempo.

El Ministerio del Tiempo ha finalizado su tercera y, no sabemos aún si su última, temporada, llevándose consigo el producto de mayor calidad visto en una serie española.

El Ministerio del Tiempo es simple y llanamente lo mejor que ha dado la televisión española en cuanto a series. En un país donde triunfan los productos sencillos que simplemente entretengan al espectador, esta serie apostó por algo más complejo y serio, sin dejar de lado los momentos de humor.

Si hay que decir dos series que han triunfado en el panorama televisivo español, en lo que llamemos la época moderna, estas son La que se avecina (o la antigua Aquí no hay quien viva) y Los Serrano. Dos series sencillas, de humor, con personajes más o menos cotidianos y a los que les suceden todo tipo de cosas que pueden ocurrirnos a cualquiera en el día a día. Ambas series, sobre todo La que se avecina (mucho más que Aquí no hay quien viva), fueron degenerando en tramas inverosímiles y mil vueltas de guion con el fin de crear situaciones absurdas que sigan manteniendo al espectador enganchado o, por lo menos, que se anime a ver la nueva locura que tienen preparada. Tanto es así que, en Los Serrano, la cosa se fue tanto de madre que se tuvieron que inventar aquel final que será recordado en toda la historia de nuestra televisión: todo era un sueño de Resines. Estas series, siendo las más conocidas con casi toda probabilidad, son el ejemplo perfecto de que con poco se puede hacer mucho, y es que la calidad de estas no era lo mejor que podíamos esperar.

Otras series que tuvieron menos repercusión y quizás algo más de calidad fueron Los Hombres de Paco y El Internado. Ambas series con momentos realmente buenos y tramas muy interesantes hasta que, a medida que se sucedían las temporadas, la cosa se iba también de madre y metían rollos satánicos o incluso a los nazis, tratando en vano de recuperar el buen nivel inicial.

Federico García Lorca, interpretado por Ángel Ruiz, sonríe emocionado en un episodio memorable de El Ministerio del tiempo.

Federico García Lorca, en uno de los mejores capítulos de la serie

Pero si bien hay una serie que derrochaba calidad, supo mantener el nivel hasta prácticamente el final y no tuvo los grandes datos de audiencia que las anteriores, esa es El Comisario. En este artículo no trataré dicha serie, pero sin duda está en el top 3 en cuanto a productos de calidad producidos en nuestro país. ¿Por qué he mencionado El Comisario, pues? Simple y llanamente porque el caso de El Ministerio del Tiempo es similar: una serie con muy buena calidad que pierde en cuanto a triunfos frente a otras de menor calidad. Dos series que no se regían por las corrientes televisivas del momento y que pretendían ser únicas. Pero el espectador medio español solo busca humor en las series españolas; para dramas y ciencia ficción ya están las series americanas.

El Ministerio del Tiempo tiene una influencia clave: Doctor Who, la serie británica por excelencia producida por la televisión pública inglesa, la BBC. La influencia va mucho más allá del planteamiento inicial de poder viajar en el tiempo para mantener las cosas en su orden, pero no es momento de entrar en detalles. Doctor Who es un referente mundial en cuanto a series se trata: sus 37 temporadas juntando los dos tiempos en los que se ha desarrollado la serie no son moco de pavo. Y he aquí lo que probablemente sea la diferencia más grande entre ambas series: una ha recibido todo el apoyo de la televisión pública de su país y otra no. No he visto entera Doctor Who, pero se nota que hace un esfuerzo en sus tramas por poner a Reino Unido y su historia de protagonista, algo que El Ministerio del Tiempo hacía directamente: cada capítulo era parte de España.

El Ministerio del Tiempo hacía una labor importante por contarnos la historia de España tal y como era, metiendo la historia dentro de una trama, si bien no muy compleja, interesante a todas luces. El Ministerio del Tiempo desarrollaba en cada capítulo un episodio de la historia de nuestro país, mientras que de fondo se iba desarrollando una trama que cubría varias etapas de la historia. La serie estaba increíblemente bien documentada y a cada capítulo añadía a la web una especie de glosario con todo lo necesario para entender la historia del tramo que representaban. Se preocupaban por ofrecernos una visión fiel a la época en su contexto y se preocupaban por los detalles que no salen en los libros de historia a la hora de representar personajes históricos, los cuales siempre estaban interpretados a la perfección. Porque esa es otra, el reparto de la serie.

El trío original de agentes, Julián, Amelia y Alonso, planean su próxima misión histórica en El Ministerio del tiempo.

Aura Garrido, Rodolfo Sancho y Nacho Fresneda, caracterizando a sus personajes con el estilo propio de su época

El reparto de la serie es tremendo, empezando con los protagonistas que han ido conformando la patrulla a través de sus tres temporadas: Rodolfo Sancho, Aura Garrido, Nacho Fresneda, Hugo Silva y Macarena García. Otros grandes actores que han estado en un plano principal, pero algo más secundario, han sido: Cayetana Guillén Cuervo, Juan Gea y Jaime Blanch. Estos ocho personajes tenían unas características muy marcadas, cada uno de su época, lo que dotaba a la serie de situaciones muy cómicas y de una riqueza en la interacción entre personajes difícil de ver hoy en día. Quizás el caso menos brillante es el de Macarena García, que al ser la última en llegar no ha tenido un desarrollo muy bien llevado ni ha dado tiempo a esa interacción con los demás protagonistas. Por la serie han pasado grandísimos actores haciendo de personajes históricos.

La trama de El Ministerio del Tiempo tiene un tono y un enfoque poco visto en la televisión española. El ritmo bien podría ser mejor, pero el formato de capítulos de más de una hora hace que el producto final sea peor que el de una serie de 40 minutos, como es el formato americano, y es que es necesario meter relleno y llevar un ritmo más pausado para que capítulos de una hora sean viables. Además, la serie hacía algo que no se ve mucho hoy en día y menos en la televisión pública del país: críticas a la situación política y social, así como a las grandes esferas del poder, como la presidencia del gobierno o la propia monarquía. Es una serie que a todas luces se sale de todo lo visto en la televisión española; prueba de ello es la cantidad de premios que ha recibido. Por no mencionar el plagio que sufrió por parte de una serie americana.

Entonces, ¿por qué hablas prácticamente en pasado cuando te refieres a El Ministerio del Tiempo? Porque el futuro de la serie peligra considerablemente. Que hayamos tenido tercera temporada ya parece un milagro. TVE ha tratado a la serie de manera pésima desde su comienzo prácticamente. Es de agradecer que se arriesgaran con una serie así, pero por lo visto lo cosechado no es del agrado de la cadena. Emisión de los capítulos tardía, cortes en mitad de temporada sin siquiera ser consultados con los guionistas, cambios del día de emisión de una semana para otra y un sinfín de malos tratos han propiciado que el último capítulo de la temporada tuviera ese aire metanarrativo con puyas constantes a la «mierda de serie» que suponía la propia El Ministerio del Tiempo.

Pacino, el carismático policía de los 80 interpretado por Hugo Silva, investiga una misión en El Ministerio del tiempo.

Hugo Silva se unió en la segunda temporada para suplir a Rodolfo, y Pacino terminó siendo un personaje fijo

La serie es posible que no haya triunfado lo esperado o que no compense económicamente a TVE, pero fuera de la burbuja televisiva, en las redes sociales, es donde se encuentra de verdad gran parte de sus fans. Una base de seguidores de la serie siempre fiel que, ya fuera vía TV o vía internet, se preocupaba por dar bombo a la serie y hacer que se hablase de ella todos los días en los que se emitía el capítulo de turno.

Dos años y treinta y cuatro capítulos después de su estreno, El Ministerio del Tiempo parece decirnos adiós hasta nuevo aviso. Quizás el formato televisivo en España se empieza a quedar pequeño para series de tamaña calidad. Quizás es que el público español no valora las series si no tienen un título en inglés. Quizás esta serie en plataformas como Netflix o Movistar tendría una mejor cabida que la que ha tenido en TVE. Y es que esto es lo mejor que le podría pasar: mudarse de cadena, emigrar de la TV a Internet, donde de verdad está su legión de fans. El Ministerio del Tiempo no es una serie perfecta. No está exenta de fallos, incluso argumentales, pero desde luego la mejor serie que ha dado el panorama televisivo español en los últimos diez años merece un trato mejor.

El único ministerio español que de verdad merece la pena, el del Tiempo, deja nuestras vidas hasta nuevo aviso. Esperemos que ese aviso llegue más pronto que tarde y más lejos que cerca de nuestras cadenas. Hasta pronto, ministéricos.

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