Ostrava de Boletaria nos ofrece un camino de sacrificio sin redención. Una historia triste que no desentona en un mundo tan implacable como el de Demon’s Souls.
Si habéis jugado a algún Dark Souls, sabéis que las historias de los NPC no suelen acabar bien. La narrativa soulsiana es muy oscura, repleta de desgracias, pasados mejores y personajes destinados a perder la cordura o a morir de formas nada honorables. Para la entrada de hoy os vengo a hablar de Ostrava de Boletaria.
Se trata de uno de los NPC más importantes de Demon’s Souls y cuyo análisis iba a incluir en mi vídeo del juego, pero debido a la extensión del mismo decidí extirparlo para dedicarle una entrada completa.
Ostrava de Boletaria es el primogénito del rey Allant XII, el último monarca conocido en regir sobre Boletaria y del que se rumorea que se ha convertido en un demonio cuyo único objetivo es recolectar almas para volverse más poderoso. Dichos rumores llegaron a oídos de Ariona Allant, que por entonces se encontraba en las tierras del sur de Latria visitando a su tío, Lord Rydell. Es entonces cuando decide partir con la misión de desmentirlos. Para ello, Ariona se viste una armadura estriada completa para tapar su rostro y utiliza el pseudónimo de Ostrava de Boletaria, de modo que los habitantes del reino no reconozcan su identidad. Armado con la espada y el escudo rúnicos de un héroe pasado de Latria, Ostrava está protegido por un campo de fuerza que lo resguarda frente a la magia; y esto ya nos sugiere un rasgo de su personalidad: la cobardía.
Sí, queridos orgullosos: pese a su planta heroica y sabia, Ostrava de Boletaria es un cobarde de buen corazón. Teme luchar salvo que no le quede más remedio (como vemos cuando queda atrapado tras el portón del Palacio de Boletaria) y se ampara en su sabiduría para evitar el conflicto, instándonos a sacarle las castañas del fuego.

Supongo que, consciente de su sangre real, siente la imperiosa necesidad de limpiar el honor de su familia aun sin ser un luchador sagaz. Seguramente existan cantos a sus hazañas (exageradas) de cuando Boletaria era un reino próspero y en paz, ya que se nos dice que a menudo partía en busca de aventuras con los dos caballeros protectores del reino, los colmillos gemelos Vallarfax y Biorr, combatientes con un alto grado de experiencia cuyos méritos son más que merecidos. Sin embargo, como Boletaria está sumida en la niebla del Anciano y la población casi ha sido extinguida por demonios nada piadosos, Biorr acaba encerrado en la prisión del palacio por rebelarse ante los Ministros (seres poseídos por almas demoníacas que gobiernan Boletaria en nombre del rey Allant) y Vallarfax se pierde en la niebla al intentar llevar noticias del cataclismo a los reinos vecinos. Ostrava tuvo que partir en soledad, y es aquí donde su fachada heroica se resquebraja.
Nos lo encontramos en cuatro ocasiones. (1) La primera, en lo alto de un bloque de piedra, donde nos ruega que matemos a los pueblerinos dementes que le esperan debajo; si lo hacemos, nos dice que se había quedado atascado y nos agradece la ayuda dándonos el catalejo que le regaló su tío para el viaje. (2) En la segunda nos implora que lo rescatemos: lo encontramos tras una verja en los túneles del puente del castillo y tendremos que acabar con la legión de ballesteros que lo acorrala; nuevamente agradece la ayuda entregándonos tres hierbas de luna oscura que se encontró a su paso por el Valle de la Corrupción. (3) La tercera es la que relaté con anterioridad: Ostrava se encuentra tras un portón que da acceso al palacio y tendremos que abrirlo antes de que los caballeros poseídos lo asesinen, recompensándonos esta vez con una piedra de calidad pura que tenía guardada para mejorar sus armas.
Menciono las recompensas no por daros datos, sino porque son un indicio —un preludio— de lo que nos depara el cuarto encuentro. Si somos un viajero con una misión tan importante y difícil, es lógico que nos proveamos de recursos vitales (un catalejo para explorar rutas seguras, hierbas de curación por si acaso, materiales para reforzar el equipo ante los retos venideros…). No tiene sentido desprenderse de ellos por muy agradecidos que estemos a quien nos haya salvado la vida. A mi juicio, Ostrava era consciente de sus limitaciones como luchador y, en el fondo, se figuraba un final oscuro para su travesía.

Por lo tanto, en nuestro cuarto encuentro, Ostrava no estará en apuros, sino que lo encontraremos cabizbajo, sentado en las escaleras que conducen al trono de su padre. Nos cuenta que lo ha visto y que, en efecto, ha perdido la razón y se ha convertido en un demonio poderosísimo. Sin ganas de luchar y sin poder soportar la vergüenza, Ostrava se suicida ante nuestros atónitos ojos tras pedirnos que acabemos con la vida de su padre y revelarnos el secreto de su familia: un mausoleo que alberga una espada legendaria capaz de hacer trizas las almas demoníacas.
A mi juicio, Ostrava sabía desde el principio que se encaminaba a una misión sin vuelta atrás. Sin embargo, al conocernos y enterarse de nuestras hazañas despachando demonios (sí, orgullosos, por algo nos llaman el Demon Slayer), se le enciende un atisbo de esperanza y, en cada rescate, se convence un poco más de que podremos poner fin al apocalipsis del reino y descubrir la verdad que ansía. Por eso nos entrega sus recursos más preciados: porque confía más en nosotros y en nuestras capacidades que en sí mismo.
Pero la historia del desdichado Ariona Allant no acaba aquí, pues murió antes incluso de que empezaran los hechos del videojuego. Si nos fijamos, Ostrava aparece en el Nexo cada vez que lo rescatamos y, si sois conscientes de sus reglas, solo aquellos cuya alma ha sido apresada tras morir pueden residir en él. Nosotros comenzamos el juego así, muriendo irremediablemente en el prólogo y quedando nuestra alma atrapada en el Nexo para recibir el mandato del Monumental. Así, amigos, Ostrava de Boletaria seguramente murió nada más empezar su travesía y la Dama de Negro rescató su alma de ser consumida por los demonios. Esta sería otra razón de peso para que Ostrava tenga tan poca confianza en completar su misión.
Por último, nos lo encontramos ya en forma de espectro oscuro en el pasillo que conduce al elevador del trono de Allant. Esta condición la alcanzan aquellos que han muerto en estado de alma; es decir, la muerte completa lejos de los límites del cuerpo material, perdiendo recuerdos y capacidad de razonar, como ánimas errantes cuyo único objetivo es consumir las almas de los descuidados. Como es obvio, en este estado nos atacará indiscriminadamente, y podremos comprobar de primera mano que, como luchador (más allá de las protecciones mágicas que le confiere su equipo), no vale dos duros.

Y aquí tenéis otra historia de un personaje desgraciado en un Souls. Cómo una imagen heroica, una presencia que impone por la armadura y un equipo poderoso, una forma de hablar que irradia sabiduría y la ligereza al soltar recursos valiosos no son rasgos que definan a un héroe elegido y destinado a la grandeza, sino una máscara superficial para esconder un atributo inaceptable en un héroe del pueblo: la inseguridad.

Director de Orgullogamers y el terror del SEO. Me flipan los JRPG, los Hack & Slash y los juegos con historias inusuales de esas que te dejan roto por dentro. Me encargo de que Orgullogamers no se hunda poniendo parches de cinta adhesiva.