Impresiones de The Scouring – ¿Otro intento de resucitar el espíritu de WarCraft III?

Ilustración de The Scouring con humanos y orcos en plena batalla, luchando con espadas y escudos sobre fuego.

Los orcos y los humanos siguen enfadados para los buenos de Orc Group, tanto es así que en su obra más reciente, The Scouring, vamos a vivir batallas legendarias a manos de estos dos ejércitos de fantasía.

Parece que se está poniendo de moda que os traiga RTS a la web de Orgullogamers. Después de contentar a mi nostalgia con las reseñas de Commandos: Origins y Warhammer 40.000 Dawn of War: Definitive Edition, hoy os traigo mis primeras impresiones de The Scouring. Se trata de un RTS de corte más clásico que se inspira tanto para lo bueno como para lo malo en WarCraft III, el clásico atemporal de Blizzard.

Un campo de batalla conocido: ecos de WarCraft III

No puedo empezar sino hablando de lo mucho que se parece al RTS de Blizzard. The Scouring no es que beba de la fuente de WarCraft III para erigir su propuesta, es que directamente la vacía entera. Esto, por supuesto, supone una de cal y una de arena para la experiencia. Por momentos sentiremos que estamos ante una copia del Temu del videojuego de Blizzard, pero en otros, las pequeñas novedades que introduce Orc Group hacen que se sienta algo refrescante, ya no solo comparándolo con su homólogo de California, sino con el género de los RTS en general.

Los dos ejércitos jugables en esta versión de prueba son los Humanos y los Orcos. Los primeros son un calco de la Alianza de WarCraft III, imitando el corte artístico de estos e incluso sus colores. Como sucedía en el susodicho, existe una enemistad con sus vecinos, los Orcos, los cuales se apropian del color rojo y conforman un conglomerado de distintas criaturas (orcos, duendes, troles…) como si de la Horda de WarCraft se tratase.

Por otra parte, la premisa es, sencillamente, la que ya conocemos: erigir bases, pertrecharnos de recursos y crear pequeñas legiones de combatientes para arrasar con la base del enemigo. Aunque existen enemigos neutrales desperdigados por los mapas (custodiando puntos de interés, normalmente) su propósito no es otro que el de ser ejecutados por nuestra espada para conseguir un poco de oro extra y experiencia para nuestros héroes. Esto tampoco es la reinvención de la rueda, pero lo que sí lo es es una serie de novedades, que, a título personal me han gustado mucho.

Grupo de orcos defendiendo un bastión de piedra iluminado de noche, rodeados por un ejército enemigo.
Las buenas batallas campales que se forman cuando dos legiones se pegan de leches encima de un cuartel.

The Scouring aporta su ingrediente especial a la fórmula «warcraftiana»

The Scouring añade unas pequeñas capas a la cebolla que le confieren una identidad bastante llamativa. Empezando por el uso de objetos por todas las unidades. En nuestras bases podremos construir tiendas, donde cualquiera de nuestras unidades podrá comprar pociones con las que recuperar salud, tanto de manera activa como pasiva. Esto, que puede sonar una tontería, añade una microgestión en las batallas que puede suponer la victoria o que el equipo enemigo arrase contigo (me ha pasado).

A mayores, existen puntos de interés en los mapas que podremos conquistar, al estilo de Dawn of War, que nos servirán como torres vigía para estar atentos a los movimientos de los enemigos, o para apostar unidades que defiendan las rutas que llevan a nuestra base. Esta mecánica se aplica también para algunos edificios de nuestras bases, pudiendo, por ejemplo, apostar arqueros sobre nuestro cuartel, para que ataquen a los enemigos que se acerquen. Sin embargo, esto tiene un talón de Aquiles: los enemigos pueden subirse a ellos con escaleras para reventarlos desde el tejado o colarse dentro, provocando daños extra o incendios, que aumentarán la rapidez con la que se demuelen.

Otra novedad que me llamó la atención es la gestión de la población. En WarCraft 3 simplemente teníamos que construir casas; aquí va un paso más allá. No hay viviendas que aumenten nuestro medidor de unidades disponibles, sino que hay granjas que proporcionan comida que se va almacenando y gastando. Por ende, deberemos destinar obreros a las granjas para que trabajen la tierra y generen excedente alimenticio. Esto no pone un límite tangible de unidades que podemos generar, pero nos insta a ser conscientes de que, cuantas más unidades tengamos, antes se vaciará la despensa. Por suerte, si el ritmo de consumo de comida es mayor del que podemos producir, se nos indicará con un llamativo color rojo. En el caso de que nuestras unidades pasen hambre, tendrán menos puntos de salud y serán menos eficientes en sus tareas.

Exploración en mazmorra oscura con guerreros enfrentando esqueletos y un líder con capa roja.
En el Modo Héroe, podremos profundizar en mazmorras para derrotar a mini-jefes y conseguir buenas piezas de equipamiento.

Base fuerte, gameplay competente, ¿qué falla?

The Scouring, por el momento, solo me presenta un defecto muy gordo: está muy falto de contenido. Vale que estamos ante un early access, uno que acaba de empezar su recorrido, pero los dos ejércitos que podemos controlar se antojan faltos de opciones, unidades y mejoras. Los mapas tampoco es que sean muy variados (aparte de calcar de manera total algunos de WarCraft III) y la falta de modos también es preocupante.

Por ahora, solo tenemos la posibilidad de echar partidas de refriega online o contra la IA (la cual solo tiene dos dificultades) y jugar al Modo Héroes, que básicamente es lo mismo, pero quitándonos el control de nuestra base mientras encarnamos a una unidad mítica. Tal y como pasaba con los héroes de WarCraft III o el reciente Age of Darkness, podemos subir de nivel, aprender habilidades activas y equiparnos con objetos. En estas partidas el propósito no es otro que limpiar mazmorras para subir de nivel más rápido que nuestro rival, pudiendo así doblegarlo cuando nos choquemos con él y arrasar su base. No tiene más ciencia y, la verdad, se me antojó bastante aburrido. Espero que le sumen contenido y opciones para que sea una modalidad más provechosa en el futuro.

Pero los problemas no terminan ahí, al menos para los que queramos jugar en castellano. El juego nos llega traducido, sí, pero con una traducción peor que deplorable. Tenemos una mezcla de inglés, castellano traducido con IA (se nota a leguas) y portugués, lo que puede tornar la experiencia en algo confuso de la leche, sobre todo cuando una misma unidad puede aparecer con tres nombres diferentes según donde la consultes.

Combate en un claro del bosque, un cañón ataca una torre defendida por orcos armados.
Las armas de artillería tardan tiempo en cargar y son lentas, pero cuando disparan arrasan con varias unidades dentro de su arco de visibilidad.

Laxo de contenido, pero lo suficientemente interesante para esperar por él

La verdad, aunque el contenido esté más escueto que el bolsillo de un estudiante de Bellas Artes, la base funciona muy bien, y al fin de cuentas es lo que importa. El juego se actualiza corrigiendo errores cada dos por tres y va sumando opciones para los modos ya existentes, como la posibilidad de que haya invasiones de duendes o no muertos cuando cae la noche. En actualizaciones próximas, llegará un Modo Historia que, dicen, hará chiribitas en los ojos a los fans de la obra de Blizzard. Estaré expectante.

Por lo demás, el juego usa un motor propio basado en C++, lo cual también tiene bastante mérito, pues lo típico es ver que cualquier desarrollador indie apueste por Unity o Godot. A ver si se ponen las pilas añadiendo contenido nuevo y corrigiendo la horrible traducción que tenemos que sufrir los castellanoparlantes.

¿Dónde podéis jugar a The Scouring?

Lo tenéis en Steam por el módico precio de 24,50 € en acceso anticipado.

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