Estoy en contra de los platinos en los videojuegos. Creo que conseguir todos sus trofeos/logros, puede chocar frontalmente con la naturaleza misma de las obras: divertir
Desde la generación de PlayStation 3 y Xbox 360, han aparecido los trofeos/logros. No me enrollo con su explicación: son coleccionables que obtenemos por hacer X cosa en un videojuego, ya sea derrotar a un enemigo (que suele ser un jefe), encontrar un elemento oculto (que es difícil de encontrar) o matar a las 200 putas palomas que se esconden por todo el mapa de Grand Theft Auto IV. Mi compañero Viñambres ha dado sus motivos por los que los platinos están guays; hoy me toca a mí poner el toque avinagrado al asunto. ¿Por qué estoy en contra de los platinos?
Platinos que no exploran el potencial del videojuego
Me ha parecido interesante el primer punto en el que se apoya mi compañero. Cito textualmente, hablando de Elden Ring:
“Los propios creadores dan una importancia capital al contenido que se encuentra entre bambalinas dentro del propio juego, ya que para entender mínimamente el lore del juego, se hace indispensable trasegar por todo el contenido secundario hasta llegar a estos jefes […] Y es aquí donde, precisamente, entran en juego los trofeos. El jugador que pase de ser completista o no quiera todos los trofeos, no solo pasará por alto estas zonas que suponen, por decir un número estimado, el 30% del contenido del mismo, sino que, además, se perderá varios finales del mismo.»
Entiendo el total de la cuestión, pero no siempre la forma. No entiendo los videojuegos que sí te llevan de la mano por la historia a través de los trofeos. “Trofeo: Derrota al primer jefe del juego”. Si estoy completando la historia, ¿por qué no iba a hacerlo? ¿Por qué no me incentivan a hacerlo, mejor, de una forma concreta, más conservadora en términos de recursos, más visual en cuanto a combinaciones se refiere, o más eficaz en términos de duración? Esta forma de llevarte por la historia roza lo ridículo, porque te recompensa con trofeos por, simplemente, hacer lo que se supone que tienes que hacer.
Que para sacar un platino haya que desbloquear varios finales me parece bien, porque incentiva, efectivamente, la búsqueda exhaustiva de las fórmulas que te hacen desbloquear un final u otro. Pero seamos sinceros: muy pocos, en nuestro sano juicio, hemos sacado los posibles finales de un juego sin una guía. Y pongo un ejemplo Miyazakiesco: ¿Quién sabía que para sacar los finales de Bloodborne se necesitan tres cordones umbilicales, existiendo tan solo cuatro en todo el mapa? ¿Quién se pone a sacar los finales de Sekiro: Shadows Die Twice, sabiendo que tienes que hablar con dos NPC en un momento determinado, haciendo una cosa determinada, en fin, coreografiando cada paso antes de visualizar el clip final? Nadie. Porque recurrimos a la guía, y está bien hacerlo, pero rara vez los sacamos por nosotros mismos.
Y ojo: otro cantar son aquellos que te animan a mejorar en un aspecto del juego, como puede ser una actividad secundaria (los bolos o el billar de Grand Theft Auto 4). Eso está bien, porque te anima a explotar una mecánica que tiene el juego, y aunque no deriven en obsesión enfermiza, sí te pican a conseguirlos y pasar a otra cosa. Además, sienta bien sacarlos, porque es una forma de dar carpetazo a una funcionalidad del juego y ponerte a otra cosa. No consisten en rozar la perfección: versan sobre explorar y bucear un poco en algunas patas de la mesa, variadas, diferentes, y que, oye, sí aportan algo diferencial al juego.
Platinos que te obligan a rejugar
Aprovecho este último gancho para desplegar mi siguiente punto: la rejugabilidad. Es un error el “forzar” a un usuario a completar el juego varias veces para sacar un platino (y más si solo varía el final). Nunca he entendido que los trofeos se puedan perder porque se avanza desde cierta zona y, al no poder volver, hay que optar por un nuevo inicio para recuperarlos. ¿No se supone que estamos aquí para jugar? ¿Desde cuándo nos tenemos que volver locos para conseguir un 100% que no refleja realmente pasarse el juego al 100%?

Pero los trofeos que más me enervan son, sin duda, los que tienen que ver con el coleccionismo. Lo decía antes: en Grand Theft Auto 4, hay 200 palomas escondidas por la ciudad que tienes que localizar y acribillar para conseguir un simple trofeo. Lo mismo pasa en otros cientos de juegos: mismamente, en Metal Gear Solid Delta hay escondidas más de 100 ranas y patos a las que disparar para conseguir otros dos trofeos. ¿Quién se pone a mirar cada recoveco, cada árbol, cada sombra, para conseguirlas? Es contraproducente: queremos jugar, avanzar, divertirnos, no gastar horas peinando una misma zona de un mapa para encontrar un coleccionable que no aporta nada a la experiencia.
Estar en contra de los platinos en los videojuegos porque son trofeos como medallitas
Lo que más me preocupa de este tema es la potencial obsesión que se puede desarrollar de cara a ser completista. Yo, mismamente, aunque esté en contra de los platinos, tengo 4 o 5, no más; todos los que he sacado han sido bien porque eran fáciles de conseguir, bien porque el juego me gusta mucho y me parecía una forma de homenajearlo. Pero, ¿y aquellos que valoran completar —o, más bien, afrontar— un juego, o no, en función de la facilidad de sacar su platino?
Es algo que me parece casi demencial. ¿Cómo va a ser esa una vara de medir? Los videojuegos hay que disfrutarlos, hay que exprimir lo que ofrecen, pero no convertirlo en una obsesión, y mucho menos en un baremo para decidir si se completa o no. Va totalmente contra la naturaleza de los videojuegos, que es disfrutar y relajarse durante los ratos de tiempo libre.
En mi opinión, y para resumir, no es cuestión de estar en contra de los platinos y ya está. El asumir el platino como un reto porque te gusta un videojuego sobremanera o porque no dilatas la experiencia más de una cantidad de horas excesiva, está bien. Sin embargo, creo que liarse la manta a la cabeza puede chocar con la experiencia; jugar a un juego es disfrutar de lo que te ofrece, y está bien que tenga coleccionables u otros finales, pero no debería estropear, de forma artificial y secundaria, la misión principal de los juegos: evadirnos y disfrutar de su componente narrativo y artístico.

Jugador de mucho, sabedor de nada. Me molan los juegos de acción en todas sus vertientes: FPS, TPS, rogue likes o metroidvanias: casi todo me va bien. Nunca me busques en un juego online ✖️