Somos muchos los que nos vemos saturados ante la abrumadora cantidad de series que tenemos a nuestra disposición. Por desgracia, no todas las series son igual de buenas o nos gustan por igual. ¿Mis series favoritas? ¿Las que considero las mejores? Me lo pidáis o no, yo os doy mi opinión igualmente.
No hace mucho redacté un artículo sobre las series actuales que deberíais ver, pero en esta ocasión os traigo una lista de, bajo mi juicio (que es mejor que el de todos vosotros, jejé), las mejores series que me enamoraron y que podéis ver en todos los tiempos del mundo mundial. Está claro que esta lista es totalmente subjetiva y que hay series que no he visto y pueden que sean mejores, pero que no estarán aquí. ¡Ah! Artículo tan libre de spoilers como un kebab de beneficios salubres. También decir que no es un ranking, no va por orden.

Sons of Anarchy
Empiezo por mi serie preferida porque soy muy original. Sons, hablando pronto y mal, es una serie sobre una banda de moteros que trafican ilegalmente con armas en un pequeño pueblo de California. Obviamente, esto trae consecuencias, ya sea con la propia ley como con bandas rivales. Esta es la premisa y el desencadenante de toda una trama que gira en torno a las luchas de poder, dilemas del prisionero, sentimientos enfrentados, etc. Es una serie en constante crecimiento, y aunque las primeras temporadas puedan hacerse algo pesadas, a partir de la tercera el nivel sube exponencialmente. Sons of Anarchy no está al nivel de Breaking Bad, Los Soprano o The Wire, pues estas cuentan con un guion y un desarrollo de la trama y personajes difícilmente igualables. Pero Sons te encandila por algo más: sus personajes. La serie crea con el espectador un vínculo que hace que realmente sufras por el devenir de estos. Además, es una adaptación moderna de Hamlet y, como la obra de Shakespeare, está repleta de tonos grises, decisiones moralmente cuestionables y muerte. Mucha muerte. Podría tirarme horas hablando del desarrollo de Jax Teller (interpretado por Charlie Hunnam), de su magnífica BSO o de los tremendos finales de temporada, pero para eso necesitaría un artículo entero. Sons of Anarchy no es mi serie preferida por casualidad.

Peaky Blinders
Lo sé, está sin acabar, pero estoy enamorado de los chicos de Birmingham. Peaky Blinders es la serie actual que mejor ha sabido coger el relevo de Sons of Anarchy. Una banda de gitanos, excombatientes en la Primera Guerra Mundial, decide hacer negocio con las apuestas… pero vaya, todos sabemos que la única manera de lucrarse con juegos es haciendo trampa, y eso va contra la ley. Con un elenco envidiable —por el que han pasado Tom Hardy, Adrien Brody o Cillian Murphy, protagonista este último—, el nivel está más que asegurado. Con temporadas cortas, cada una toca un palo diferente y supone un peldaño más en la escalada de poder de Thomas Shelby. Porque sí, quizás a diferencia de Jax Teller, Thomas busca más y más poder, con la excusa de proteger a su familia. El problema (y encanto) de la serie es que no le importa quién se ponga delante. Busca proteger a su familia pasando por encima de ella misma. Tramas políticas, de venganza, de robo, revolucionarias… cada temporada es un mundo diferente, unidas por un mismo hilo conductor: un Thomas Shelby que no ha superado los traumas de la guerra y decide declararle la guerra al mundo.

Breaking Bad
Es un poco absurdo que en pleno 2018 tenga que deciros de qué va esta serie, pero si has estado viviendo en un zulo estos últimos 10 años, te hago un breve resumen. Breaking Bad trata sobre cómo a un profesor de Química cualquiera, amargado por la desidia con la que sus alumnos asisten a clase, le detectan un cáncer difícil de tratar y, sobre todo, muy costoso. Tiene además un hijo con parálisis cerebral leve. No es novedad que el salario de un profesor no es muy alto; si a esto le sumas los costes del tratamiento de su hijo y los suyos, la situación se vuelve insostenible. Walter, que así se llama el profesor (interpretado por Bryan Cranston), hace números y llega a la conclusión de que no le da la vida para pagar. Tras pluriemplearse y cambiar su modo de vida para ahorrar, se encuentra con Jesse Pinkman, un exalumno suyo, y decide empezar a cocinar metanfetamina. Esto acarrea varios problemas con los narcos locales, pero la excelente calidad de su producto le da poder. Hasta que ya no puede separar personaje y persona. Lo mismo que le ocurre a Tony Soprano…

Los Soprano
…e hilando con lo anterior, toca hablar de Los Soprano (qué bien se me da hilar temas, ¿eh?). Ya le dediqué un artículo a su figura, pero el personaje de Tony Soprano es el reflejo en el que se han mirado prácticamente todos los grandes protagonistas que también son villanos: Walter White, Jax Teller, Pablo Escobar (el de la serie), Thomas Shelby, Vic Mackey… y la lista sigue. Los Soprano relata las desavenencias de Tony, jefe de la mafia de Nueva Jersey, que intenta compatibilizar su vida criminal con la familiar. Esto le genera depresiones y le lleva a terapia. Las citas con su psicóloga —uno de los personajes más interesantes— permiten ver la verdadera figura del protagonista. Son en estas sesiones donde vemos a Tony sin máscara, fuera del teatro que representa en los distintos escenarios de su vida. Es un claro ejemplo de la teoría desarrollada por el sociólogo Erving Goffman.

The Wire
Sí, he tardado mucho en hablar de lo que es, con toda probabilidad, la mejor serie o al menos la mejor construida. The Wire está lejos de ser una serie para el público medio. Es densa, lenta, con capítulos de poco avance, sin demasiada acción… Entonces, ¿qué tiene? Es difícil de explicar, pero te atrapa. Es una serie sobre el entorno, sobre la ciudad de Baltimore. Las tramas y los personajes se desarrollan para y por la ciudad. Es esta la que moldea a los personajes, no al revés. Podría explayarme mucho más, casi da para un TFM de esos que Cristina Cifuentes evitaba mostrar, pero no quiero haceros spoilers. Así me guardo la idea para el futuro.
Iba a redactar un par de series más, pero quizás no lleguen a la altura de las mencionadas y darles el mismo trato sería una falta de respeto. Dicho esto, procedo a enumerarlas brevemente:
- The Shield: El creador de Sons of Anarchy estuvo involucrado en esta serie antes, y eso se nota. Aparecen muchos actores que luego tendrían un rol secundario en Sons. Un policía corrupto, pero a la buena: infringe las normas porque le impiden hacer su trabajo. Las últimas temporadas son un caos maravilloso para el espectador, pero devastador para los personajes.
- Roma Criminal: Serie italiana basada en las guerras de la camorra entre los años 70 y 90. Solo tiene dos temporadas. Un grupo de jóvenes decide meterse en el fuego cruzado por el control de Roma.
- Vikings: La conocéis. Ambientación brutal, personajes carismáticos y una trama que crece temporada a temporada. Se sobrepone a su gran giro de guion. Tramas simples pero efectivas, batallas muy bien logradas.
- Juego de Tronos: Su última temporada es mala, pero las anteriores merecen muchísimo la pena. Si no está arriba es porque quiero ver cómo acaba y si arreglan el desastre de decisiones que tomaron. Ya sabéis: política, guerra y sexo.
- The Walking Dead: Que no, hombre. Esta es de coña. La serie es una puta mierda.
- 13 Reasons Why: JAJAJA. Esta también es basura.
Me dejo muchas, como El Ministerio del Tiempo, Utopia, Sherlock, Better Call Saul, House of Cards y, de las que espero muchísimo, Westworld y The Handmaid’s Tale, pero quedan en un segundo plano ante las mencionadas.

He escrito tres libros con mis desgracias. Soy sociólogo porque de algo hay que comer. Miyazaki y Kojima os como los huevos.