Marvel Studios sigue adaptando su universo y renovando su fórmula con una nueva serie bajo demanda en la plataforma Disney+. Hoy os traigo mi opinión de Falcon y el Soldado de Invierno.
Despejen la pista, que Johnny vuelve a aterrizar por tierras orgullosas. En mi empeño por mantener la promesa de trateros un artículo nuevo cada vez que visione algo de Marvel Studios, hoy he decidido traeros una opinión de Falcon y el Soldado de Invierno. Es una de las series que, tras los eventos de Vengadores: Endgame (muy presentes aún, como veremos) amplían la historia de dos icónicos héroes. Aviso único e irrepetible: este artículo contiene spoilers desgarradores, capaces de aniquilar la mitad de la vida de tu universo si los lees sin haber visto nada del MCU. El Titán Loco «Jony» te ha advertido. A partir de aquí, lee bajo tu responsabilidad.
Este artículo no pretende ser un análisis exhaustivo de la serie. Más bien, narraré los hechos de la propia trama poniendo el foco en los aspectos más destacables de esta, pero también en los más flojos. Estos últimos son sorprendentemente escasos para lo que creía que iba a ser el producto que se me presentaba. Vamos a ello.
La Tierra tras «El Lapso»
Algo que inmediatamente capta la atención del fan de Marvel promedio (fan de las pelis, no de los comics, eh) es que la serie va de «consecuencias». Todos somos partidarios del pensamiento de que Marvel Studios debe dejar atrás su anterior saga (las 25 películas de la Saga del Infinito) y centrarse en lo que está por venir. Thanos está muerto y lo estará para siempre, esperemos; es por ello que el universo expandido debe evolucionar y no estancarse en un solo acontecimiento, por colosal que sea este. El chasquido ocurrió y la mitad del universo se extinguió; luego, pasaron 5 años y los Vengadores trajeron a todo el mundo de vuelta y asesinaron al Titán Loco.
Tras esto, Spiderman: Far From Home basó su trama en la muerte de Stark, el chasquido y sus consecuencias; WandaVision basó su trama en los asesinatos de Thanos, la muerte de Visión y sus consecuencias. Falcon y el Soldado de Invierno vuelve a basar su trama en el chasquido, en la «muerte» del Capitán América y en «El Lapso» (nombre con el que se conocen los 5 años que el universo se mantuvo sin la mitad de su población). Con esto me refiero a que Marvel es reacia a olvidarse de lo que ocurrió; se están dedicando a contarnos lo que supuso para cada personaje lo vivido en las dos últimas películas de Avengers. Me parece bien hasta cierto punto, pero alargar más el «mirad el daño que hizo Thanos, eh», sería ya abusar. Hay que empezar a construir una casa nueva en vez de seguir ampliando la antigua.
De todos los productos de Marvel basados en «consecuencias del chasquido», he de decir que esta ha sido la mejor. Es en la que mejor vemos cómo ha quedado la Tierra después de estar 5 años sin la mitad de sus habitantes; tras estos años reorganizando el mundo con 4000 millones de personas menos, de repente todos vuelven y trastocan todo de nuevo. En 5 años, los gobiernos construyeron nuevos modelos económicos y sociales a nivel global, al tener el planeta tan solo a la mitad de sus habitantes. Con el regreso de todo el mundo, hay que volver al modelo anterior y esto se torna en caos. Es el caldo de cultivo perfecto para la aparición de «Los Sin-Banderas», un grupo terrorista que cree que el mundo era un lugar mejor durante «El Lapso».
La serie llevará su trama central por este camino. Sam y Bucky harán frente a este grupo terrorista que cuenta con super-soldados entre sus filas; estos humanos mejorados son el resultado de la inyección en sus cuerpos del mismo suero que creó al Soldado de Invierno. Los Sin-Bandera han conseguido viales de este suero gracias al Agente de Poder, alguien que conoce los secretos de la ya extinta organización Hydra y que consiguió recrear la sustancia. Que este alguien resulte ser Sharon Carter, sobrina de la difunta Agente Carter, me parece una genialidad. A través de batallas físicas y morales, los dos héroes conseguirán vencer al grupo terrorista. Pese a esto, dejan la reflexión final de que las ideas de este grupo sí eran moralmente correctas, pero sus formas de actuar, no.
El pueblo necesita héroes, Jefe, que les den esperanza; así que sonría, ¿quiere?… mientras nos queden razones para sonreír
Sí, me habéis pillado… es una de las frases del Sargento Johnson durante una cinemática de Halo 2. La cojo prestada, ¿vale? Viene como anillo al dedo, pues el capi está desaparecido, que no muerto, eh. Dicen que está en la Luna o yo que se… El caso es que un nuevo problema se plantea cuando Sam renuncia al escudo del Capitán América por creer no ser digno de tal honor. El gobierno le dará el escudo a un tremendo ególatra estúpido conocido como Walker. Su evolución como «nuevo capi» es genial, ya que comienza dudando de su capacidad para estar a la altura y siendo humilde y honorable, pero termina siendo superado por la presión y las expectativas y revelándose como un sádico asesino desequilibrado. Esto hace que el gobierno le retire su cargo tras un grave altercado en el episodio 4.
Este nuevo Capitán es fascinante en cuanto a lo que le hace sentir al espectador. Sabemos que está tarado casi desde el principio, que tiene arranques de ira y personalidad inestable, pero nunca busca ser el villano. Ayudará a nuestros protagonistas durante toda la serie, pese a tener sus diferencias con ellos; siempre estará en el bando de los buenos, aunque sus métodos y palabras no serán los más adecuados. Esto hará que nos planteemos más de una vez si nos cae bien o mal, o si es realmente malvado. Y eso, señores, es crear un buen personaje. Lo que sí que tenemos claro es que no levantaría el martillo de Thor ni de coña. Amigo Walker, no eres digno.
En el final del último capítulo de la serie, será reclutado por Contessa, una misteriosa mujer que está «reuniendo un grupo». La primera integrante de este grupito es Yelena, la hermana de Natasha Romanov, aka Viuda Negra. Fue reclutada en la vigesimocuarta película del MCU durante la escena post-créditos. Veremos en qué resulta esto, porque tiene pinta de ir a ser un circo de héroes desequilibrados y traumatizados por circunstancias de la vida. Eso puede ser muy TOP.
Viejos personajes, nuevas formas de explorarlos
Falcon y el Soldado de Invierno no solo trae de vuelta a Carter y le da un nuevo papel como antagonista encubierta y causante de todo el jaleo. También nos concede el placer de volver a ver a Zemo, el mejor villano que ha parido Marvel después de Thanos. Manipulador, metódico, frío, calculador y nada impulsivo; sin duda de los villanos más peligrosos. Hizo que los Vengadores se separasen para siempre en Civil War y fue el primer y único antagonista en el MCU que consiguió lo que se propuso. Le ganó la batalla a los héroes más poderosos de la Tierra sin derramar una sola gota de sangre. A día de hoy, la tercera del Capitán América sigue siendo la única película del MCU, con perdón de Infinity War, en la que, con todas las de la ley, gana el malo.
Conocimos la cara vengativa de Zemo en dicho film, pero no exploramos otros aspectos de su personalidad. En esta serie, tras fugarse de la cárcel gracias al propio Bucky, Zemo sigue siendo frío y calculador, pero su motivación ya no es hacer el mal (de hecho ni siquiera en Civil War lo es, ya que solo buscaba venganza contra los Vengadores, asesinos indirectos de su familia). Dado que consiguió esa venganza, ahora ya no tiene motivos para estar en su contra. Colaborará con nuestros protagonistas y les ayudará a derrotar a los Sin-Bandera, pasando a ser una especie de héroe… a su manera, claro. Sus mejores armas son sus conocimientos sobre Hydra, ser muy listo y… bueno, ser asquerosamente rico, claro.
No será la única aparición del pasado. Relacionado con él, entrarán en escena las Dora Milaje, guerreras de Wakanda que buscan venganza contra Zemo por el asesinato del rey de su nación, también en Civil War. Esta aparición y pequeña subtrama queda totalmente desaprovechada y reducida a tres escenas sueltas sin apenas relevancia en el contexto de la serie. Tan solo se trata de un fan-service que cierra una historia pendiente deprisa y corriendo y que termina no afectando en nada a nadie. Por pedir, podrían haber explorado más este tema en la futura película Black Panther: Wakanda Forever. Sin llegar a ser la trama principal, ni mucho menos, podría haber servido como una trama secundaria con más minutos de metraje. En fin, siempre nos quedará el recuerdo de lo que pudo haber sido.
Sam y Bucky, más humanos que nunca
Todos hemos visto cómo vuela Falcon, sus piruetas y a su fiel compañero dron Ala Roja cargarse a los malos y hackear aparatos. Tranquilos, que lo seguiremos viendo, y mejor que nunca, pues al final de la serie se convertirá definitivamente en el nuevo Capitán América. Portando un traje que destaca por el color blanco, luce sus características alas y ahora también porta el escudo del «capi». Con todas estas armas, las combinaciones serán infinitas y las coreografías, sin duda, alucinantes. Junto a él, el señor Soldadito de Invierno reparte unas hostias que te dejan comiendo suelo para todo el mes. Con su brazo de vibranium y la fuerza de un super-soldado, ya puedes correr. Pero, ¿hemos visto alguna vez a estos tíos ser humanos? Sus familias, sus motivaciones cuando no están combatiendo, su vida cuando hay paz… ¿Cómo es todo esto?
Me sorprendió que la serie dedicase muchos más minutos de metraje de los que yo creía para indagar en las vidas personales de estos dos cabezas-locas. Sam comparte problemas financieros y preocupaciones con la familia que le queda. Parte de esta trama se utilizará para realzar su autoestima como héroe, descubrirse a sí mismo; así, finalmente se decidirá a portar el escudo. Bucky, por su parte, está claramente traumatizado, con cargos de conciencia y pesadillas por lo que hizo mientras Hydra le tenía lavado el cerebro, usándolo para sus asesinatos bajo el nombre de Soldado de Invierno. Asesinó a gente inocente, aunque no fuera él conscientemente, y ahora quiere arreglarlo ayudando a familiares o amigos de las víctimas. También sacará su parte seria para quitar los privilegios que dio durante su «época locuela».
La serie alterna momentos de acción y desarrollo de las tramas centrales con estos pequeños reductos de serenidad y calma. Quizás sean demasiados (los tres primeros episodios son bastante lentos por este tema), pero se agradece, finalmente, que humanicen a personajes que no habían tenido la oportunidad de dejar de ser superhéroes para ser personas de carne y hueso. Así como la faceta humana de Iron Man, el Capitán América o incluso un personaje secundario como Ant-Man, está muy bien construida, ellos aún no habían tenido esa oportunidad. Falcon y el Soldado de Invierno se la proporciona, y sale bien.
Nos vemos en la «eternidad», amigos
No tengo mucho más que añadir a este pequeño reportaje, así que me limitaré a decir que me ha parecido una serie tremendamente sólida de principio a fin. Como he dicho, tiene sus momentos más lentos e incluso irrelevantes, tramas que no van a ningún sitio o que se cierran precipitadamente y una pequeña obsesión con anclarse al pasado de Marvel. Todo esto lo suple con unas historias personales de los protagonistas muy completas; también con la ampliación de otros personajes como Zemo o Carter y la introducción de una joya tan difícil de descifrar como Walker, el nuevo «capi».
Tampoco nos podemos olvidar de unas batallas y coreografías épicas que, sin estar a la altura de los efectos de una película de la gran pantalla, nos dejan momentazos como la persecución por los cañones al principio de la serie, la batalla encima de los camiones o la impresionante escena final del último episodio. Con esta serie, aparte, Marvel abre el camino a futuras historias basadas en la vida terrestre relacionadas con los personajes «menos poderosos», como Yelena, Hawkeye, Carter y los propios Sam y Bucky.
A la espera de terminar la serie de Loki, pronto intentaré deleitaros con un nuevo reportaje sobre Eternals. Ya la he visto y tengo algunas cositas que decir sobre ella. Supongo que nos veremos más pronto que tarde, colegas. Un abrazo y a pasarlo bien.
John, Orgullogamer – Acordaos de quedaros sentados hasta la post-créditos, eh…
Soy ese pibe que da la turra todas las semanas en el canal de Twitch de Orgullogamers.
A veces escribo cosas en este santo blog. Remarco el «a veces».