Tingus Goose es un juego tan absurdo como divertido
No tengo muy claro cómo Tingus Goose llegó a mi vida. Creo que vi a alguno de mis amigos añadirlo a su lista de deseos y entré a su página de Steam de casualidad, como la buena cotilla que soy. Y, a ver, siendo sinceros, ya solo con la portada prometía ser de lo más interesante.
Todo empieza con una cinemática de lo más absurda, y termina igual, porque todo el juego es así. Hay una persona embarazada a la que se le mete un ganso dentro, y cuando llega el momento del parto, aparecerá por la tripa la cabeza del animal, por la que saldrán bebés. A lo largo de los capítulos iremos descubriendo diferentes sitios de los que te puede salir un ganso.
Nuestro objetivo, o en este caso el de la cabeza, es llegar a una altura determinada donde nos espera nuestro amante (a veces bandido, a veces no), también ganso, para aparearnos. Aunque el juego es bastante gráfico en algunas cosas, no hay nada de contenido sexual. Podéis jugarlo tranquilos, a menos que os perturbe tener aves como pulmones.
Para llegar a donde necesitamos, tenemos que regar a nuestro nuevo amigo; para esto necesitaremos dinero, mucho dinero, que podemos conseguir montando un parque de atracciones para los Tingis (bebés) que va echando por la boca. Y es que a nuestro cuello le irán apareciendo flores, que no son otra cosa que estructuras que harán rebotar, flotar o gatear a los bebés. Cuando uno de los niños llegue abajo, se meterá en nuestra hucha cerdito y nos dará dinero. Y como este juego también es un clicker, también tenemos la opción de pinchar en ellos para que suelten monedas; cuidado con esto, porque los podemos romper y quedarnos sin nada.

Aparte de los billetes, el juego cuenta con otras dos monedas. Una son los diamantes, que nos soltarán al conseguir una determinada altura o, si tenemos suerte, nos los traerá nuestro sirviente personal. Con ellos podemos comprar ADN en una tienda que aparece cada 4 minutos; esto no es otra cosa que flores para el cuello del animal o mejoras, como que las estructuras de una especie nos den más dinero, que los Tingis sean más resistentes a los clics, más dinero fuera del juego… Todo el ADN y las gemas se pierden de un capítulo a otro.
La otra moneda que tenemos son huesos, y es que nuestro recipiente estará conectado a una vaca bajo tierra que tiene un árbol de habilidades. Estos huesos los conseguimos únicamente alcanzando una altura determinada; lo bueno es que pueden comprar pasivas mejores y, además, se guardan de una partida a otra.
Una cosa que me ha gustado mucho de Tingus Goose es que está dividido en capítulos, 17 en total. No es como otros clickers que tienes que ascender y es todo el rato lo mismo. Aquí sentimos una continuidad y, además, no se hace nada repetitivo porque cada uno está centrado en una temática diferente: día de granja, el dentista, una vaca oruga… Cada uno de estos escenarios tendrá un mapa determinado con diferentes estructuras con las que tendremos que interactuar o que nos harán la vida imposible, así como flores características. Si tenéis algún problema con los dientes, hay un capítulo que no sé si os va a hacer mucha gracia.

Cada parte tiene unos requisitos mínimos, pero si por lo que sea no nos gusta, podemos pasar al siguiente, aunque, obviamente, nuestra ganancia de huesos se verá afectada. Si, por el contrario, el mapa nos está encantando, cosa que me ha pasado (es lo bueno de tener tanta variedad), nos dan la opción de continuar. No sé si tienen final o no, porque una vez que nos hemos apareado, saldrá una cabeza dorada nueva en la que ya no podemos añadir más estructuras, simplemente mejorar nuestro ADN. Y, como el juego dice, si se hace muy difícil y deja de ser divertido, mejor pasar a otra cosa, y es lo que he hecho.
Y si todas estas cosas os parecen complicadas, no pasa nada, porque el juego cuenta con un libro de ayuda que podemos consultar en cualquier momento por si el día que explicaron cómo funcionaba alguna cosa no estábamos del todo despiertos. También podemos ver lo que nos queda por desbloquear, el tiempo de juego, los capítulos totales y un montón más de información de lo más útil.
Me ha sorprendido mucho la cantidad de cosas diferentes que tiene, desde el tema de las flores hasta las mezclas que puedes hacer con los Tingis, pasando por las mejoras de la vaca y, desde luego, las cinemáticas entre episodios, que me han volado la cabeza. Hay que reconocerle al equipo la creatividad que han tenido para crear todas esas cosas, a cuál más rara.
Si estáis buscando un juego que no haga falta hacerle mucho caso, pero que a la vez tenga cosas de gestión, más rollo puzle, dadle una oportunidad, porque, además, tiene muchísimo contenido para bastantes horas, muy variado y, encima, os va a hacer reír con la cantidad de cosas absurdas que tiene. Realmente ha sido un viaje.
Se me olvidaba mencionar lo más importante: puedes poner portales, sí, de esos azules y naranjas, que son mi debilidad.
Más sobre Tingus Goose
Este análisis ha sido posible gracias a un código ofrecido por Jesús Fabre.

Amante de los juegos cozys, pero sobre todo indies. Obsesionada con Portal desde la primera vez que lo jugué. Y cuando no estoy jugando escribo recomendando cositas. Madre de tres gatos.

- Variedad de estructuras.
- Cinemáticas locas.
- Horas y horas de diversión.
- Mapas más coñazo que otros.


