Los lobos no piden permiso; simplemente aparecen. Ya decides tú si cierras la puerta… o empuñas la alabarda y entras al baile.
Pocas leyendas europeas despiertan tanta fascinación como la de la Bestia de Gévaudan, aquel depredador misterioso que, según los cronistas del siglo XVIII, mantuvo en vilo a los campesinos del Languedoc. Migami Games –estudio indie curtido en homenajes a la saga Castlevania– ha decidido convertirla en eje de su primera obra comercial junto a PQube y PixelHeart. El resultado es Chronicles of the Wolf, un metroidvania gótico que llegó a Steam el pasado 19 de junio de 2025. Tras una veintena de horas persiguiendo al mítico lobo como Mateo Lombardo, toca contarte por qué este lanzamiento ha sacudido mi calendario estival como un buen susto en la espesura.
Una trama que deja huella… de lobo
Desde el primer plano cenital del castillo Barbe-Bleue se aprecia que la obra bebe de Castlevania: Symphony of the Night y de la dupla fangame Lecarde Chronicles del propio estudio. El Reddit oficial lo resume bien: “brimming with passion and polish”. Sí, aquí hay latigazos (literalmente), backtracking y esa danza entre riesgo y recompensa que asociamos al género. Pero Migami no se conforma con la nostalgia: añade un sistema de contraataque, pociones alquímicas configurables al vuelo y un tablero de “virtudes” que robustecen la progresión sin caer en la inflada hoja de personaje que padecen otros indie-vanias.
La historia arranca en 1765. Mateo, último aprendiz de la Orden de la Rosa Cruz, acepta la misión de cazar a la Bestia tras la desaparición de su maestro. La narrativa discurre en viñetas dobladas (con el mítico Robert Belgrade, voz de Alucard). El guion no reinventa el mito, pero sí explora temas como el fanatismo religioso, la enfermedad social del miedo y, sobre todo, el precio de la venganza. La presencia de NPCs con cronología propia —que cambian de diálogo según avanza el calendario interno— añade vida al mundo y motiva la exploración, aunque alguna escena caiga en el “monólogo teatrero” marca de la casa Migami.
Chronicles of the Wolf apuesta por la agilidad: Mateo encadena doble salto, esquivas y estocadas aéreas desde el minuto cero. El mapa interconectado se despliega en alas verticales —minas, claustros y criptas— que exigen precisión plataformera antes de recompensarte con atajos. Cada región esconde “rosarios” que amplían la barra de Fe (mana) y permiten desatar milagros ofensivos o defensivos. La curva de dificultad está afinada: primero te anima a improvisar; después, te obliga a medir tiempos como un duelista.

Jugabilidad: filo, fuego y fe
Aquí se percibe el mimo moderno: puntos de viaje rápido en cada ala, brújula opcional para marcadores personalizados y un registro de misiones secundarias que recuerda tu última pista. Eso sí, el viaje rápido se desbloquea algo tarde y reposa demasiado cerca de las salas de guardado, provocando pequeños tropiezos de ritmo.
En materia de rendimiento, mi equipo (con un procesador Ryzen 9950 3D y una RTX 3070) mantuvo 120 FPS en 1440p salvo en dos pasillos plagados de partículas —con bajadas a 85 fps—; una actualización posterior subsanó el problema.
Migami renuncia al look ultradefinido de Ori o Hollow Knight y abraza un pixel art de 32 bits con paleta mate, casi terrosa. Cada sprite rebosa personalidad: Mateo sacude su capa con ímpetu de mosquetero y los aldeanos muestran animaciones contextuales (rezan, cierran postigos, escriben a la luz de un candil). El motor añade capas de paralax generosas y un filtro CRT opcional que, sorprendentemente, no emborrona el HUD.

¿Castlevania del Hacendado o metroidvania con identidad propia?
Jeffrey Montoya firma una partitura híbrida; cuerda fúnebre, clavecines y batería programada que estalla en las batallas contra los jefazos. El DLC de la banda sonora —9,99 €— incluye un tema invitado del veterano Óscar Araujo (compositor de la saga Lord of Shadows), tirando más al estilo lo-fi pero igualmente pegadizo. La mezcla de sonido nos trae los gruñidos del lobo en 3D espacial, lo que provoca más de un girito nervioso de cámara si jugamos con auriculares.
Las comparaciones con la veterana saga de la Konami clásica son inevitables, pero Chronicles of the Wolf no vive solo de la referencia: introduce mecánicas frescas, un bestiario inspirado y una atmósfera que te envuelve con la misma fiereza que su criatura titular. Es, en sus propias palabras, “una resurrección plena del espíritu Castlevania”. El precio de salida (19,99 €) en Steam se ajusta bien a las 15-25 horas que ofrece en su primera vuelta y al contenido adicional que vendrá en el futuro (un modo Boss Rush gratuito en agosto).
Visto esto, otorgarle las 4 birras de Orgullogamers creo que no es una locura y entran bien fresquitas para cazar lobos junto al señor Lombardo.

Director de Orgullogamers y el terror del SEO. Me flipan los JRPG, los Hack & Slash y los juegos con historias inusuales de esas que te dejan roto por dentro. Me encargo de que Orgullogamers no se hunda poniendo parches de cinta adhesiva.

- La tabla de virtudes.
- Diálogos opcionales: desbloquean rutas secretas
- Selector de velocidad de juego, buen mapeado para el mando.
- Las hitboxes aéreas no funcionan del todo bien.
- El backtracking final es bastante coñazo y repetitivo.
- Estaría guay incentivos para speedrunners del género.