La experiencia del Marvel Cinematic Universe (MCU)
Y, una semana más, aquí estamos. No veíais un artículo mío relacionado con el cine desde tiempos pretéritos, ¿eh? Se nota que estamos volviendo con ganas. De hecho, estamos volviendo con las mismas ganas con las que volví yo al cine hace un par de meses cuando se estrenó la película de Marvel de turno tras más de un año de parón. El Marvel Cinematic Universe (MCU abreviado y UCM en español) volvía con fuerza gracias al estreno mundial de Black Widow. No fue la película más grandiosa jamás vista en la popular saga de superhéroes, ni mucho menos, pero sirvió para complacer a los fans que, al igual que yo, ya nos estábamos mordiendo las uñas tras 400 días sin nuestra pequeña dosis de droga «Marvelita».
Entré a la sala emocionado y se me hinchó el pecho cuando la ya conocida secuencia introductoria del universo de Marvel comenzó a mostrarse. Cuando salí, efectivamente, tuve la sensación de que la maquinaria estaba en marcha de nuevo. Tras las dos horitas de peli (y su escena post-créditos correspondiente), en mi cerebro no dejaba de escuchar una vocecita que me decía que esta vez mi experiencia con Marvel iba a ser distinta, ya que la Saga del Infinito (nombre con la que está bautizada la recopilación de las primeras 22 películas), había concluido… y una nueva era iba a comenzar. Y esta vez lo viviría desde el principio, o sea, desde esa película que acababa de presenciar.
Y es que tuve la desgracia en mi vida de no pillar el MCU a tiempo. Cuando se estrenó en cines «Capitán América: Civil War» (treceavo film de la saga), aquí el menda aún no sabía ni quién era el susodicho «Capitán América». Os lo pongo más fácil: en el año 2017 yo no tenía ni la más remota idea de quién era Iron Man, ni el «capi», ni Thor (o sea que Thor fuese un personaje de Marvel), ni, en definitiva, nadie. Desconocía por completo la existencia de una saga de películas de superhéroes que compartían un mismo universo entre ellas y no sabía ni que existían algunos personajes. Era como un anciano toqueteando un smartphone de última generación. No sabía ni lo que hacía.
Y, de repente, se creó un mundo maravilloso
Ese año, aburrido en casa, decidí ir a ver una película al cine con mi padre. Vi una que parecía estar bien: «Capitán América: Civil War». Pues eso, no sabía quién era ese tío (os juro que en mi vida lo había visto ni mencionado) y no tenía ni repajolera idea de que antes de esa película tenía que haber visto otras 12, tanto de ese personaje como de otros. Me pasé la totalidad del filme sin enterarme de nada. De hecho, vi que aparecía Spiderman y pensé: «¿Qué co** hace este aquí y qué pinta en este follón? ¿Me están vacilando o algo?»
Tras salir del cine sin saber qué había visto, investigué y me enteré de todo el tema. Al parecer, en 2007, salió una película llamada «Iron Man» (que ni santísima de quién era ese tampoco). Fue la primera de otras muchas que la dirección de cine de Marvel tenía preparadas. Todo ello para crear una especie de saga gigantesca que reuniese a todos sus superhéroes, o al menos a los cinco Vengadores principales, en una última película final.
Antes de ese evento, cada uno de los cinco superhéroes (excepto la pobre Viuda Negra), iba a tener su propia película individual, explicando su historia personal. Iron Man fue el primero, y le siguió Hulk, otra más de Iron Man, Thor y el Capitán América. Finalmente, se reunieron todos en «Los Vengadores», la sexta película de la saga. En principio iba a terminar todo ahí. Pero no; había que exprimir la gallina. Y la exprimieron. Y esa fue, posiblemente, la mejor decisión que tomaron, tanto para ellos en términos monetarios, como para los espectadores, porque la calidad y magnitud de la mayoría de las películas venideras fue algo descomunal, sobresaliente.
Después de 10 años desde el estreno de la primera película de la saga, y después de investigar un poco qué significaba todo aquello y por dónde debía empezar, me metí de lleno en el fregado. En dos semanas, me había tragado las 12 películas anteriores a Civil War y había revisionado ésta última. Al hacerlo, la comprendí. Y al comprenderla, me explotó el cerebro. Había descubierto un mundo maravilloso. Un mundo de películas de acción interconectadas, repletas de referencias de unas a otras, de personajes que iban y venían entre ellas y de eventos que no se resolvían al concluir el film, sino que se hacían más y más grandes hasta un futuro desenlace final cataclísmico.
Ese final cataclísmico fueron Avengers: Infinity War y Avengers: Endgame. Son dos de las mejores películas de superhéroes (y películas así en términos generales), que he visto en mi vida. La culminación de los eventos de 22 producciones anteriores, la reunión de todos los personajes que Marvel había creado desde hacía 12 años. Jamás se había visto un compromiso tan grande, constante y a tan largo plazo como aquel. Los resultados fueron las películas más taquilleras de la historia del cine, pulverizando todos los récords. Y sí, se lo merecían, porque el trabajo de planificación, guion, producción y el presupuesto detrás de aquella situación también fue de absoluto récord, que no os quepa la menor duda.
Una bendición para los fans; un quebradero de cabeza para los novicios
Como he dicho antes, tuve la mala suerte de pillar el MCU con 10 años de retraso, pero al menos tuve la buena suerte de no pillarlo tras Infinity War y Endgame. Fui de los que estaba en la sala de cine con los deberes hechos y repasados. Me tuve que poner al día con 13 películas antes de poder ir a ver «Doctor Strange» (la próxima peli del UCM después de Capitán América: Civil War) con conocimiento de lo que pasaba ante mis ojos. Tan sólo imaginad quienes se tuviesen que poner al día con 22 filmes para ir a ver las dos últimas de los Vengadores. O incluso peor… quienes fuesen al cine… sin saber lo que estaba pasando en pantalla, como me ocurrió a mi al visionar Civil War. Madre mía…
Tras los eventos de Endgame, el universo de Marvel cambió por completo. ¡Atención, spoilers desgarradores en las próximas líneas!
Con la muerte de Tony Stark (nuestro querido Iron Man) y del Capitán América (menudo culo de guarra se gastaba el tío), dos personajes clave se esfumaron. De Thor nunca más se supo, ya que volvió a sus quehaceres de dios, fuera de la Tierra. Natasha Romanov (nuestra Viuda Negra super-espía Totally Spies) también estaba fiambre, estampada contra las rocas de un acantilado al sacrificarse para conseguir la Gema del Alma. Hawkeye se podría haber esmerado más para partirse él el cráneo en vez de dejar que Scarlett Johansson acabase «moñeco».
Con esto, teníamos a tres personajes principales muertos y a uno desaparecido indefinidamente. (Fin de los spoilers). Marvel tenía que sacar artillería nueva. Esa artillería iría encabezada por nuestro amigo y vecino Spiderman y el Doctor Strange, de lejos los dos personajes más importantes en lo que está por venir. Pero es que la mayoría de los personajes de esas 22 películas anteriores (salvando a estos dos cabeza-locas) tampoco están ya para salir mucho en pantalla. Hulk está viejito, la capitana Marvel pues no se, Antman es un pibe que quiere vivir en paz, Black Panther no está muerto en términos de personaje, pero a lo mejor el actor… un poco sí. Por lo tanto, el UCM necesitaba carne fresca y también revivir a algunas antiguas glorias.
A las 22 películas ahora iban a unirse también series de televisión de Disney+. Wanda, Visión, Falcon, el Soldado de Invierno, Loki y Hawkeye son personajes que ya habíamos visto en los films, y ahora continuarán sus historias dentro de esta descomunal saga, sólo en la plataforma de VOD de Disney. Aparte, tras Spiderman: Far From Home (la película 23), Marvel comienza oficialmente su Fase 4 del MCU, introduciendo un montón de personajes nuevos: Shang Chi, los Eternos y todos los villanos y héroes de «segunda» relacionados con ellos, aparte del multiverso y todo lo que ello puede suponer.
El mapa final de todo este absoluto embrollo son 34 películas (9 aún por estrenar), 11 series de TV (4 aún por estrenar), más de 50 héroes con profundos lores tras ellos y unos 15 villanos con sus razones particulares para destruir el universo. Siento decirte que si acabas de llegar al MCU, tienes trabajo por delante, amigo o amiga. Han pasado 4 años desde que me metí aquí y ni en ese tiempo he tenido ocasión de ponerme al día con todo.
No se vayan. Aún hay más… mucho más
Esto aún no es oficial, pero todos los indicadores apuntan a que la saga se dirige hacia un punto en el cual todo aquel que desee enterarse de algo, deberá sacarse un Máster en Conocimientos Marvelitas Avanzados. Esto es debido a que los últimos acontecimientos sucedidos en Shang-Chi, WandaVision, Loki, Spiderman: Un Nuevo Universo, la futura Spiderman: No Way Home y, sobretodo, la también venidera Doctor Strange In The Multiverse Of Madness indican que las puertas del MULTIVERSO están abiertas definitivamente.
¿Qué implica esto? Nada más y nada menos que la inclusión en este macro-universo de las 13 películas de X-Men y quizás las 5 películas de las sagas de Spiderman antiguas, así como Los 4 Fantásticos. Esto significaría que para enterarnos de todo lo que vaya a ocurrir a partir de ese momento, deberíamos visionar un total de 54 películas (más o menos, ya me entendéis… perdí la cuenta hace rato), aparte de las series ya mencionadas.
No es nada oficial por el momento, como digo… pero las pistas están ahí. Y más que pistas son casi afirmaciones. Marvel se caracteriza por ser sutil, pero cuando esa sutileza se deja ver en 6 producciones distintas y hay una película que tiene la palabra «multiverso» en su título, ya podemos casi hablar de un hecho futuro casi seguro. Pero, ¿cuál es el contexto del multiverso? Hasta hace poco, ni los X-Men ni los 4 Fantásticos existían en el MCU, así como tampoco los otros Spiderman. Para que me entendáis, todas estás películas no forman parte del lore de la saga, de hecho es que los personajes no existen siquiera. Sería como meter a Terminator en el universo de El Señor De Los Anillos. ¿Cómo contextualizas eso? ¿Cómo das una explicación razonable?
A esta pregunta aún no puedo responderos. A día de hoy, aún no he terminado WandaVisión; tampoco he visto la serie de Loki (en la cual, según he escuchado, sucede el evento más relevante en cuanto a este tema del multiverso). Aparte, las películas más importantes que darán las respuestas finales, aún no se han estrenado. Pero ahí quedan las pistas. Cada vez son más, así que preparad las palomitas para meteros entre pecho y espalda otras 20 pelis si esto termina siendo así.
PD: Si os queréis digerir también los más de 25 cómics relacionados con el MCU, os invito a ello. Evidentemente, no me refiero a los cómics originales de Stan Lee. Esos no tienen nada que ver. Los que os digo, son publicaciones de diversos autores que fueron saliendo entre las películas, y que Marvel adoptó como oficiales y canónicas. No es que yo me los haya leído ni nada, pero ahí están, para los más enfermitos que dispongan de 40 horas diarias, porque si no, es imposible todo esto ya…
Unas opiniones personales
Como habréis notado, me gusta un poquito todo esto de Marvel. Y es que no he leído un sólo cómic de Stan Lee en mi vida, ni he visto todo lo que existe del MCU. Aparte, llevo poco más de 4 años en el ajo. Pero considero que he visto suficientes producciones y me he informado bastante bien de las que no he visto, como para dar algunas opiniones al respecto en todo esto. Y es que todo es muy épico, sí… pero el conjunto, si se separa y se rompe esa magia harmoniosa que hace que lo veas todo de color rosa, deja bastante que desear en algunos tramos.
No me malinterpretéis. El Universo Cinematográfico de Marvel es, en mi opinión y calentándome todo lo que me pueda calentar, lo mejor que le ha pasado a la industria del cine desde que existe el cine. Jamás volveremos a ver algo así en la historia de la humanidad. Creedme ahora mismo: N-U-N-C-A. Cuando Marvel Studios lance su última película, algún día dentro de décadas o de siglos, su obra será recordada como la mayor producción audiovisual conjunta de todos los tiempos. Y nada le quitará ese mérito jamás.
Pero, volviendo a lo de antes, las cosas no pueden ser perfectas. Nada puede serlo. Y por eso, me atrevo a decir que por lo menos un tercio de las películas de Marvel son regulares, algunas incluso tirando a malas, de las de salir del cine enfadado.
Concretamente «El Increíble Hulk», «Thor», «Iron Man 3», «Thor: El Mundo Oscuro», «Vengadores: La Era De Ultrón» y quizás incluso la reciente «Shang-Chi Y La Leyenda De Los Diez Anillos», son producciones mediocres o directamente lamentables, aún contando con presupuestos multimillonarios. Otras son simplemente pasables, como «Black Widow», «Capitana Marvel», «Iron Man 1 y 2» o «Capitán América: El Primer Vengador». Luego hay un peldaño más, repleto de obras notables, y por último está el podio de la excelencia, con «Capitán América: El Soldado De Invierno», «Capitán América: Civil War», «Guardianes de la Galaxia 1 y 2», «Vengadores: Infinity War» y «Vengadores: Endgame».
También llama la atención la dejadez en cuanto a «fidelidad» con los personajes de los cómics. No me los he leído (que no, ni uno sólo), pero tengo fuentes (hola, Carlos jeje) que afirman que algunos personajes, caracterizaciones e historias, se desvían de maneras absurdas de lo que son en realidad en las obras originales de Stan Lee. Está claro que el MCU no son los cómics ni pretende imitarlos. Pero llegar al nivel de que ciertos personajes parezcan otros debido a las inventadas legendarias de los guionistas en cuanto a sus historias y comportamientos (ejem, el Mandarín en Iron Man 3 y Shang-Chi), pues tampoco es plan, la verdad. Queremos originalidad, sí, pero dentro de unos límites aceptables.
Dos problemas recurrentes que podrían perjudicar a la saga a largo plazo
Lo más preocupante de todo no es la pérdida de fidelidad de ciertos personajes, ni lo buenas o lo malas que sean algunas películas, porque eso son problemas puntuales. La mayor parte de las producciones de Marvel Studios dan la talla sobradamente. Pero aquí tenemos algo que sí me preocupa de cara al futuro: la caducidad de la «Fórmula Marvel».
Y es que las 25 películas que han salido hasta ahora se caracterizan por seguir un esquema muy sencillo. Se mueven todas, sin excepción entre el «momento épico», el «momento cómico», el «momento turra extrema» y el «momento llorar mucho». Y fin. Joder, por supuesto que mola. Lleva molando desde hace 14 años. Pero he notado de manera exagerada que en las dos últimas películas ya empieza a no colar todo esto. La repetición de dicha fórmula hasta la tremenda saciedad, aunque sea en lugares y contextos distintos y con personajes diferentes, acaba notándose.
Producciones como Vengadores: Infinity War o Black Panther, que se alejan de ese tono entre la acción y el humor, y dan paso a una ambientación mucho más seria y oscura, han recibido las mejores calificaciones. Precisamente han gustado por no ser «más de lo mismo» y alejarse del tipo de escenas y montaje al que Marvel Studios nos tiene acostumbrados. Al final, viendo películas totalmente diferentes, acabas pensando que son todas la misma. Y, maldita sea, no es así ni de lejos… pero la sensación termina siendo esa.
Una ramificación de este problema, es otro que se deja ver en algunas películas y que las perjudica enormemente: la tendencia de los guionistas a romper momentos épicos y escenas impresionantes… con golpes de efecto humorísticos. Un plano maravilloso, súper bonito, inspirador, caótico, con los Guardianes de la Galaxia en primera línea mientras todo explota alrededor a cámara lenta. Estás ahí, lo estás viviendo… y de repente un peñasco le cae a uno de ellos en la cabeza, como para buscar la risa fácil del público, como en una película de dibujos para niños pequeños. O la Capitana Marvel yendo a transformarse, con música épica de fondo y un primer plano brutal… y pues no, era broma. Lo siento, pero por ahí no paso.
El segundo punto que puede llegar a suponer un problema importante (y, de hecho, ya está empezando a serlo), es que la cantidad de elementos del universo expandido al que el espectador debe estar atento para enterarse de la trama de la película de turno, es demasiado grande. Cuando se estrene «Doctor Strange In The Multiverse Of Madness», dentro de un año, el espectador que vaya a verla deberá, antes de entrar al cine, consumir 27 películas y 7 series, como mínimo. Alguien que lleve tiempo en esto puede hacerlo poco a poco. Pero si tienes escaso tiempo libre o quieres hacerte un maratón rapidito, es completamente imposible. Vas a perderte cosas con total seguridad, lo cual hará que no puedas disfrutar de las películas al máximo, al no entender cientos de referencias.
¿Bajar el ritmo de publicación? Una posibilidad poco probable.
Desde 2007, el ritmo de publicación de películas y series de Marvel Studios se ha incrementado casi exponencialmente. En 2008, tuvimos los dos primeros films. En 2009, nada. Sólo uno más en 2010. Dos más en 2011. En 2012, sólo la de Los Vengadores. Y desde 2013 hasta 2016 (ambos inclusive) fuimos a un ritmo de dos películas por año, lo cual en mi opinión era lo mejor que podía pasar. Una producción al año podía quedarse corta para quienes nos volvemos locos con este tema. Tres o más quizás era abusar. Más de uno empezaría a volverse majara con tanta gente con superpoderes volando por ahí todos los meses del año.
Bien, pues a Marvel esto le valió verga. En 2017, tres películas. Otras tres en 2018. En 2019, adivinen… tres más. 2020… por razones obvias, cero. Pero cuidado, que llegó 2021… agarraos a la silla que igual os caéis del susto; en 2021 se van a estrenar CUATRO películas del MCU (dos ya han salido y faltan dos más) y CINCO series en Disney+. Sí, habéis escuchado bien. Todo en un mismo año: NUEVE producciones audiovisuales en menos de 365 días.
Evidentemente, si esto sigue así, para 2025 tendrás que detener el mundo con la Gema del Tiempo si quieres tener huecos en tu vida para ponerte al día con todo. Es bastante evidente que se debe bajar el ritmo de publicación a algo mínimamente asequible. Si no, se deberá empezar a buscar formas alternativas de contarnos las historias de este universo.
La primera opción es, a día de hoy, inviable para la empresa multimillonaria. Como empresa, siempre se busca maximizar beneficios; eso es de primero de economía y no, no soy economista. Marvel Studios tiene millones, pero quiere más millones. Y si el ritmo de publicación es alto y, encima, siguen manteniendo una calidad bestial en sus producciones y, por ello, siguen enganchando a cada vez más gente aparte de mantener a los fans (y joder si lo hacen; menudo pepinazo bueno es WandaVision, por todos los dioses…), eso significa que los beneficios serán… algo con muchos ceros. Están pegando muchos tiros, los están acertando todos y las balas son de buena calidad. Nada falla. Dejar de disparar en un momento como este sería de tontos.
La segunda opción es más probable. Cambiar la forma de narrar sus historias dentro del universo es una posibilidad jugosa para atraer más gente y que esta no deba ver doscientas películas antes de llegar al cine. Para ello, deberían aislar completamente sus producciones basadas en personajes concretos, del resto del universo. Al menos hasta que llegase un evento conjunto, como las películas de Los Vengadores. Esto debería combinarse con un corte de lazos TOTAL con cualquier evento ocurrido antes de Vengadores: Endgame. Me refiero a que si quieren dejar de marear la perdiz con tantas historias entrelazadas, deben dejar atrás todos los personajes y actores, tramas, referencias, guiños y elementos en general, anteriores a Thanos y su famoso chasquido.
Hacer esto, cortar por lo sano con la Saga del Infinito, sin dejar ni rastro de ella para las nuevas fases, solucionaría el problema, comenzando todo desde cero. Pero claro… muchos actores que aparecen en las películas y series de la Fase 4, vienen directamente de las Fases 3 y 2. Y eso significa que, mientras ellos estén ahí, sus historias personales también lo estarán, por lo que te tienes que tragar las 23 películas. Este problema irá encadenando actores, personajes, tramas y sagas entre sí hasta hacer una bola extrema de hilos. Si personajes de la Fase 5 se mezclan con los de la Fase 4, los de esta con los de la Fase 3 y así sucesivamente, al final lo tienes que ver todo y punto. No hay una solución fácil en el horizonte para este problema.
El principio de una era
Este ha sido el primer artículo del MCU que habéis visto en Orgullogamer, pero no será el último. Iron Man marcó el inicio de una era para Marvel y su universo cinematográfico. Este santo artículo marcará el principio de otra en este blog. Desde hoy, quien os habla, Johnny, se compromete a escribir un artículo en esta casa por cada una de las producciones marvelitas que entren por sus ojos. Todo producto de Marvel que caiga en mis manos tendrá una reseña en Orgullogamer. Queda sellado.
Habrá algunas más cortas, otras más largas, aunque supongo que ninguna tan larga como este artículo. La semana que viene os traeré la reseña de WandaVision, y en las próximas semanas llegarán las de «Falcon y El Soldado de Invierno», «Loki» y «Eternals». He de avisar de algo. Y es que las reseñas que traeré al blog serán sólo de producciones que no haya visto hasta ahora. Quiero decir, que si me vuelvo a ver las 25 películas de Marvel que ya he visto, no voy a reseñarlas. Únicamente cosas nuevas que vaya viendo a partir de ahora.
Y con este aviso (ni yo sé el follón en el que me acabo de meter), os dejo los enlaces a todas las redes sociales del Orgullogamer Expanded Multiverse Of Gaming, que nada tiene que envidiarle al MCU. Stan Lee tendrá que revivir para hacernos frente, que hemos venido para quedarnos, joder.
-Capitán Twitter: Civil War de Twitteros
-Twitchvengers: La Era de Johnny
-Guardianes de la Taberna (REDUX)
Y, con esto, me despido. Un beso a todos, un abrazo o lo que queráis, estoy abierto a proposiciones desde mi Twitter personal. Os quiero y gracias por haber llegado hasta el final de un artículo tan extremadamente largo. Sois los mejores.
John, Orgullogamers – «Me quedo quieto y, ante vuestro ojos, desaparezco, como Drax el Destructor.»
Soy ese pibe que da la turra todas las semanas en el canal de Twitch de Orgullogamers.
A veces escribo cosas en este santo blog. Remarco el «a veces».