Análisis de Monster Hunter World: Iceborne

Análisis de Monster Hunter World: Iceborne

Análisis de Monster Hunter World: Iceborne. Disponible desde el 6 de septiembre de 2019 en PlayStation 4 y Xbox One, y desde el 9 de enero de 2020 en PC.

Aunque la saga Monster Hunter cuenta con un enorme prestigio y reconocimiento en Japón, el impacto mediático que la franquicia generaba en Occidente siempre había sido sensiblemente inferior. Sin embargo, la llegada a las tiendas de Monster Hunter: World, en enero de 2018, supuso el espaldarazo definitivo para la serie fuera de las fronteras niponas. Ahora, después de haber vendido más de 13 millones de copias en todo el mundo, es el momento de ampliar los territorios de caza y descubrir nuevas tierras con este análisis de Monster Hunter World: Iceborne, la primera gran expansión que llega al título desde su lanzamiento.

Este nuevo contenido adicional, que hizo su desembarco en PlayStation 4 y Xbox One el pasado mes de septiembre, llega ahora a PC con una cantidad de mejoras y añadidos absolutamente descomunal. Para empezar, la localización en la que se desarrolla la aventura, llamada Arroyo de Escarcha, tiene una extensión considerable. Sus gélidos parajes son el hogar de multitud de criaturas, que vienen a unirse a las que ya conocíamos del juego principal. También vamos a encontrar una nueva base de operaciones: Seliana, un lugar ideal para abastecernos con todo tipo de equipamiento y descansar después de las misiones.

Sin duda, los que más van a disfrutar con este DLC son los cazadores veteranos, ya que esta expansión contiene actividades de alto nivel que suponen un verdadero desafío. Para acceder a ella, es necesario contar con el juego base y terminar su trama principal, además de haber alcanzado el rango 16 de cazador. Entre sus muchas novedades destaca el rango maestro, un nuevo escalafón de misiones, de dificultad superior a las de rango alto, en las que los monstruos son mucho más agresivos y peligrosos.

Arroyo de Escarcha

La historia de Iceborne comienza justo donde concluye la campaña de Monster Hunter: World. Después de haber investigado la migración de los Dragones Ancianos, un nuevo misterio se cierne sobre el Gremio de Cazadores. En esta ocasión, nos informan que un grupo de Legianas ha sido visto en el Bosque Primigenio, algo nada común, ya que ese no es su hábitat natural. Una vez allí, descubriremos que estas criaturas se están adentrando en alta mar, mientras son atacadas por un extraño dragón.

Como parte de la comisión de investigación, nos tocará embarcarnos junto a nuestros compañeros, para descubrir hacia dónde se dirigen y desentrañar los secretos que hay detrás de este singular comportamiento. Esta travesía nos llevará a una nueva zona jugable: Arroyo de Escarcha, una tierra gobernada por la nieve y el hielo. Sus paisajes, presididos por inmensos glaciares y cumbres nevadas, contrastan con los frondosos bosques y cálidos entornos que pudimos ver en el Nuevo Mundo.

Monster Hunter World: Iceborne’ viene cargado de novedades

En materia jugable, el título mantiene ese gameplay tan característico y reconocible del que siempre ha hecho gala la saga, pero con adiciones en varios frentes. Cada uno de los 14 tipos de armas diferentes que hay a disposición de los usuarios, cuentan con una nueva lista de movimientos que añaden combos y técnicas especiales. Esto hace que los combates sean más ágiles y dinámicos, al permitir una mayor variedad de acciones, lo que aumenta el factor estratégico de los enfrentamientos.

Las armaduras también han visto ampliadas sus posibilidades, ya que las piezas de rareza 9 o superior —ahora llegan hasta el nivel 12— pueden contener huecos en los que colocar adornos. Dichos accesorios sirven para subir de nivel dos habilidades distintas, o potenciar una de ellas de forma considerable, añadiendo una capa más de profundidad a la personalización del equipo.

La eslinga —una especie de ballesta que llevan todos los cazadores acoplada en el brazo, y que permite disparar distintos tipos de proyectiles— también ha recibido varias mejoras. La más importante, es que ahora podemos hacer uso de ella aunque tengamos el arma principal desenvainada, sin importar la que portemos en ese momento. Además, cuenta con una garra retráctil que nos permite subir a lomos de los monstruos. Una vez allí, podemos intentar debilitar una parte concreta del cuerpo de las criaturas, obligarlas a cambiar de dirección o provocar una violenta embestida en la dirección en la que estén mirando, para que se golpeen contra alguna pared o caigan por un precipicio.

Hombre contra bestia

Para dar caza a las presas primero hay que encontrarlas. En ese sentido, los lafarillos serán nuestros principales aliados. Estos singulares insectos luminiscentes brindan una inestimable ayuda a la hora de descubrir sus escondrijos, pues una vez detectan huellas o marcas de algún animal, emitirán su característico fulgor verde sobre ellas, sirviéndonos de guía hasta el lugar donde se encuentran.

Una vez localizadas las bestias, llega el momento de enfrentarse a ellas. Estos combates son los que contienen la verdadera esencia de la saga, convirtiéndose en todo un ejercicio de paciencia y habilidad. Enfrentarse a estas formidables criaturas sigue siendo tan estimulante y entretenido como siempre, ya que tumbar a uno de estos magníficos enemigos es una ardua tarea. Aquí entran en juego muchos factores, como el arma que hayamos elegido o nuestro equipamiento, pero lo que realmente marca la diferencia es saber leer los movimientos de los adversarios y anticiparse a ellos.

Aunque el multijugador es la piedra angular sobre la que se sustenta gran parte de la experiencia, esto no significa que los «lobos solitarios» no puedan disfrutar también del título. Es cierto que resulta mucho más divertido jugar las misiones en compañía, pero también hay un buen número de actividades que es posible realizar en solitario, enfocadas a esos aficionados que prefieren ir por libre. Además, como novedad en Iceborne, y por primera vez en la serie, sus creadores han incluido un equilibrio dinámico de la dificultad, que se adapta al número de usuarios que hay en la partida, incluso si alguno de ellos la abandona de forma repentina.

Técnicamente sobresaliente

En el apartado visual hay dos claros protagonistas: las criaturas y los escenarios. El nivel de detalle con el que ha sido representada la fauna de Iceborne es demencial, brillando con luz propia tanto por su sobresaliente diseño, como por la riqueza de las animaciones. Ver a estos majestuosos animales en movimiento es todo un deleite para la vista, especialmente cuando realizan sus ataques más demoledores. Los humanos y sus «camaradas gatunos» también lucen bastante bien en pantalla, pero al ser de menor tamaño que los monstruos y tener un repertorio de animaciones más limitado, hace que no destaquen al mismo nivel.

Los escenarios, por su parte, gozan de un acabado magnífico. Arroyo de Escarcha es un escenario de una gran belleza, en el que apetece perderse durante horas desentrañando sus misterios. Sus fríos parajes esconden más de una sorpresa, y cuenta con una extensión superior a la del Nuevo Mundo, lugar en el que transcurren los acontecimientos del juego principal. Además, hay detalles que muestran el mimo que han puesto los desarrolladores a la hora de crearlo, como los surcos que dejan los personajes al abrirse paso por la nieve, o su espectacular diseño artístico.

La banda sonora es otro de los grandes aciertos del título. Además de contar con nuevas melodías, se han incluido algunos temas de entregas anteriores, que a buen seguro harán las delicias de los veteranos de la serie. En cuanto a los efectos de sonido, destacan los impresionantes rugidos que lanzan las criaturas al detectar nuestra presencia. Para terminar con este apartado, mencionar que todos los personajes cuentan con un más que correcto doblaje al castellano.

Conclusiones — Análisis de Monster Hunter World: Iceborne

Aunque nunca he sido partidario de los DLC, debo admitir que esta expansión atesora una calidad innegable. Acabar la nueva campaña puede llevarte unas 35-40 horas, pero donde Iceborne luce sus mejores galas es en el contenido endgame. Estas actividades de alto nivel son un auténtico desafío y pueden llegar a tenerte entretenido durante meses, mientras intentas dar caza a estas formidables criaturas en compañía de otros aficionados.

Lógicamente, esta nueva versión para ordenadores trae consigo una mejoría gráfica muy significativa, en especial si cuentas con un equipo puntero. Todas las texturas han ganado en calidad y han visto incrementada su resolución. La tasa de imágenes por segundo también se ha visto beneficiada por el salto al PC, ganando en fluidez, aunque necesitarás una máquina bastante potente para lograr un rendimiento óptimo. Además, el sistema de control está perfectamente adaptado al teclado y el ratón, si eliges esta opción para manejar a tu personaje.

Además de incluir una cantidad de contenido abrumadora, que debe sumarse a la ya de por sí generosa propuesta del juego base, Monster Hunter World: Iceborne añade cambios y mejoras que son más que bienvenidos. Cosas como el rango maestro, la garra retráctil, la inclusión de nuevas criaturas o el aumento de la dificultad, son un magnífico reclamo para los cazadores ávidos de novedades.

Análisis de Monster Hunter World: Iceborne

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