Análisis de Folklands

Captura del juego Folklands. Se ve una ciudad desde arriba, con alguna construcción a medias. Construcciones de piedra y madera.

El nuevo city builder de Bromantic Games nos ofrece un mundo medieval bastante tradicional y en este análisis os explico en qué se diferencia de otros títulos.

Folklands es un city builder de Bromantic Games, disponible en Steam desde este marzo. Su trabajo previo es Blackthorn Arena, un juego orientado al combate y también simulacionista. Así que dentro de la simulación, Bromantic Games ha creado tanto un juego de destrucción y muerte como un juego de construcción y vida. Bastante poético, ¿no? En fin, al grano. En este análisis de Folklands me quiero centrar más a nivel de mecánicas y su gameplay, más allá de aspectos como el apartado artístico. Después de todo, solo puedo destacar en que me recuerda muchísimo a un Age of Empires y eso le da un encanto especial. Las ambientaciones medievales siempre funcionan (ahí está Fabledom) por su familiaridad con ellas.

Cabe destacar que últimamente he jugado varios city builder, e incluso alguno de ellos los he analizado en OrgulloGamers con anterioridad (como el United Penguin Kingdom). Así que es posible que sea más crítica con el juego debido a estas experiencias previas.

Este género, además, me gusta bastante, puesto que tiene como atractivo la construcción y esa continua recompensa por ir edificando, considerándolos especialmente estimulantes. Adelanto que Folklands no es de lo mejor que haya probado, pudiéndole sacar bastantes pegas, pero a la vez confío en lo que puede convertirse durante su early access.

Mecánicas, ¿en qué se diferencia con otros city builders?

Este juego no es muy diferente a otros city Builders. Por mi parte, considero esto bastante positivo, puesto que te adaptarás con facilidad a jugarlo. Por supuesto, empiezas construyendo un Refugio del constructor, que te desbloqueará más edificaciones como las propias viviendas de tus ciudadanos. Con esos ciudadanos puedes obtener recursos naturales como la madera (con tándem entre Forestal para plantar árboles y Leñador para talarlos) o la piedra. La madera se puede transformar en tablones desde Aserradero… ¿entendéis que todo esto es muy común en juegos por el estilo?

Pero hay algo que no me termina de encajar del todo. En este juego se le da muchísima importancia a tener Estaciones de bomberos y Fire Tower (torres de vigilancia anti-incendios), puesto que todo es susceptible a cubrirse en llamas. Folklands es un juego donde todo puede sufrir una combustión espontánea.

Además, es esa clase de juegos donde es totalmente necesario unir edificios mediante caminos, para que los ciudadanos puedan acceder a ellos. Estos ciudadanos, por otra parte, requieren estar cerca de Puestos de mercado para comprar alimento y agua, así como estar en lugares «deseables» con decoraciones como fuentes.

Por terminar, está el sistema de herramientas, que son necesarias para que los ciudadanos trabajen y que es para mí lo peor del título.

Captura del juego Folklands donde se ve información de una de las construcciones. Se indica, entre otras cosas, que los aldeanos están descontentos con ella.

El sistema de herramientas no funciona

No solo es necesario construir los edificios y asignar trabajadores como en cualquier otro juego, sino que es necesario tener las herramientas necesarias (picos para extraer piedra, por ejemplo). Hasta donde he comprobado, no es posible crearlas*, sino que se deben comercializar. La forma de hacerlo es gastando oro en el Puesto de comercio. Frente a otros juegos que el oro se consigue de diversas formas, hasta donde sé, sólo es posible conseguirlo vendiendo recursos naturales. Por desgracia, este método es excesivamente lento, ya que se paga bastante mal. Entiendo que es por la implementación del modo multijugador, pero empezando con 100 de oro se pasará de mano en mano el dinero hasta gastarse en herramientas y estaríamos en la mismas.

Con la limitación de herramientas, el juego se hace excesivamente lento y el avance queda totalmente lastrado. La gracia de estos juegos es el avance progresivo, más o menos rápido según las decisiones tomadas.

*Se crean en la herrería, pero os cuento a continuación qué sucede con esto.

Exploradores. Colega, ¿dónde está el carbón?

Llegados a un punto, es posible construir minería de carbón y minas de hierro, cosa que permite construir una herrería, ¡y poder construir las herramientas necesarias y que tantos dolores de cabeza me dan! Así que desde los puestos de exploración envío exploradores a buscar recursos minerales… que nunca hayan nada.

Es bastante frustrante que se corte el avance del juego de forma tan abrupta. Aunque comprendo porque es debido a que todavía se está desarrollando Folklands, pero hubiese preferido que no me dieran la opción de construir una herrería y se de mucho más oro inicial para poder adquirir las herramientas (pico, pala, hacha…) para poder construir y aprovechar más edificios de producción.

Otra vista al juego Folklands, esta vez se ve el puerto y la zona de la costa.

Mi experiencia

No me ha parecido un gameplay excesivamente gratificante. Me he sentido un poco encorsetada en las necesidades que poseen los ciudadanos y especialmente por lo de las herramientas que ya he comentado. Entender el juego ha sido muy rápido, eso sí. Así que no me ha requerido esfuerzos extra para centrarme en la partida. Además, el tutorial va bastante al grano.

He jugado varias partidas y no encontré diferencias entre estas. Por lo que todavía necesita tener variedad de elementos y objetivos. Por el momento es muy poco rejugable.

Siguiendo el road map de sus desarrolladores, no parece que vayan a añadir biomas y tipos de mapas hasta bastante más adelante, centrándose por lo tanto en mecánicas como la educación de los ciudadanos.

Por otra parte, no he podido probar el multijugador. Esta función me llama mucho la atención porque sí haría que Folklands destacase entre otros city builders, ¿quien no quiere jugar acompañado?

Conclusión

Folklands es un juego que se hace muy familiar. No arriesga en la ambientación usada ni en las principales mecánicas. Eso le podría permitir centrarse en otros apartados, como en su sistema de progreso. Por desgracia, sus mecánicas parecen torpes, a veces difíciles de entender e innecesarias. Hay edificios que no pude probar por no encontrar los recursos minerales necesarios.

Siendo su tutorial de corta duración (menos de dos horas), me extraña lo atropellado que se siente todo. No obstante, confío mucho en las futuras mejoras que pueda hacer sus creadores, porque no creo que la base de trabajo sea mala en absoluto.

Es por tanto, que debo darle 3 cervezas, porque fría baja muy bien, para qué mentir.

(Nota: Esta clave ha sido proporcionada por Bromantic Games para su análisis.)

Captura del juego Folklands. Se ve una ciudad desde arriba, con alguna construcción a medias. Construcciones de piedra y madera.
  • Ambientación conocida
  • Muy fácil de entrar
  • Intuitivo
  • Poco rejugable
  • Poco profundo
  • Combustión espontánea

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