Han pasado 20 años desde que la saga Metal Gear diese el salto al estrellato mundial con su tercera entrega: Metal Gear Solid.
Desde entonces, la historia ha continuado hasta que en 2015 saliera su última entrega canónica, con este controvertido The Phantom Pain. Pero hoy debemos rendirle homenaje a lo que, para muchos, ha sido la obra culmen de Hideo Kojima y de la saga Metal Gear.
“Al habla Snake. Coronel, ¿puede oírme?”. Con esa conversación de códec y tras una cinemática que las mejores películas de espías firmarían, comienza Metal Gear Solid, un juego que supuso un antes y un después en la industria del videojuego.
Metal Gear Solid, como sabéis, nos pone en la piel del legendario soldado Solid Snake, que se enfrenta a una misión extremadamente difícil: infiltrarse en un centro de desactivación de armas nucleares e impedir que los terroristas que han tomado la base lancen una bomba nuclear, todo en menos de 24 horas. Llegamos a un puerto subterráneo, con unos pocos soldados, muchas cajas apiladas y un ascensor, nuestro objetivo para poder seguir con la misión. Conforme nos movemos por el escenario, los nombres de los desarrolladores principales del juego van apareciendo ante nuestros ojos, como si de una película se tratase.
«En este momento, la voz de Alfonso Vallés pasó a la historia en España.»
Eso es lo que hizo a este juego tan grande: su toque cinematográfico, tanto en la visualización de las escenas como en la trama que se desarrolla, así como en los personajes. Una vez llegamos al ascensor, nuestro protagonista se descubre la cara mientras va subiendo en él, a la vez que el nombre del juego llena la pantalla, presentándonos al héroe de la aventura de la manera más épica posible. Llegamos al aeropuerto y allí conoceremos al resto de integrantes de la misión que nos van a dar su apoyo: Mei Ling, Naomi y el ya mencionado Coronel Campbell. Junto con Snake, tenemos un póker de personajes que ya son historia del videojuego.
Sin entrar en los pormenores del gameplay, quiero hablar de lo que hizo al juego grande de verdad: su trama y personajes. Ya he mencionado que somos Solid Snake y estamos respaldados principalmente por cuatro compañeros. Naomi, con su historia de venganza; Mei Ling, con sus proverbios chinos cada vez que guardamos partida.
Pero los personajes más característicos del título los encontramos en el bando de los terroristas. El primero que conocemos es Revólver Ocelot, un señor mayor de melena blanca y vestimenta de vaquero elegante, que se pasea por la base de desactivación de armas nucleares poniendo C4 en las paredes. Con él vivimos uno de los enfrentamientos más emblemáticos de la saga. Una sala cuadrada, con una columna grande en el centro, donde tiene atado a un rehén rodeado de explosivos. En un entorno así, lo menos recomendable sería un duelo con pistolas, pero a Ocelot le gustan los retos. El combate termina cuando un ninja invisible le corta la mano. Ninjas y vaqueros: estábamos ante algo especial.
«En este momento no éramos conscientes de la importancia de este personaje.»
El juego continúa, con momentos como la primera vez que conocemos a Meryl o una intensa lucha contra un tanque. También, una zona sin armas rodeada de misiles nucleares.
Luego accedemos a una estancia estilo salón con música psicodélica. Allí encontraremos a Otacon, otro gran personaje cuya aparición, escondido en un armario y meándose, es memorable. Es el creador del arma con la que se amenaza al mundo: el Metal Gear, un tanque bípedo con capacidad de lanzar una bomba nuclear. Para llegar a él debemos atravesar dos pasillos: uno con suelo electrificado y gas tóxico, y otro lleno de cadáveres y paredes destrozadas que nos lleva al siguiente jefe: el ninja, Gray Fox.
Gray Fox, enfundado en un exoesqueleto, aparece como un personaje trágico, desequilibrado, que desea sentir dolor para recordar que está vivo. Nos enfrentamos a él en un combate sin armas, mano a mano, en una sala llena de ordenadores. Uno de los combates más únicos de la saga.
«Los murmullos de este pasillo hacían referencia a estaciones de metro japonesas. En Metal Gear Solid 2, Campbell las repite.»
Más adelante, el juego nos plantea una de sus situaciones más originales: debemos identificar a Meryl, que está disfrazada de soldado enemigo. Podemos hacerlo fijándonos en su forma de andar o esperando a que los soldados vayan al baño. Esto da paso al combate más rompedor: Psycho Mantis.
Un tipo con máscara de gas que nos lee la mente. Analiza nuestro estilo de juego, lee la Memory Card y menciona otros juegos. Nos hace poner el mando en el suelo para moverlo con vibración. Y durante el combate, esquiva nuestros ataques porque “puede ver el futuro”. Hasta que cambiamos el mando de puerto o destruimos las estatuas.
Después llega Sniper Wolf, una francotiradora letal que hiere a Meryl. Nos enfrentamos a ella en dos ocasiones. En la primera, caemos en una trampa y somos capturados, lo que nos lleva a otra escena inolvidable: la sala de torturas. Aquí usamos kétchup para fingir nuestra muerte y escapar.
Luego subimos a una torre y luchamos contra un Hind-D. Y finalmente, el segundo combate real con Wolf, esta vez en un bosque nevado. Su muerte, acompañada por una desgarradora cinemática y una de las mejores piezas musicales del juego, es un momento para la historia. Snake le muestra respeto al apretar el gatillo.
«Snake, mostrando respeto hacia su rival, escucha las últimas palabras de Sniper Wolf.»
El juego entra en su tramo final. Luchamos contra Vulcan Raven, un gigante con gatling en una cámara frigorífica repleta de cajas. Un jefe que impone tanto por su diseño como por su presencia.
Y por último, usamos la tarjeta PAL que cambia con la temperatura para activar accidentalmente el Metal Gear REX. Nos enfrentamos a la máquina en dos fases con misiles Stinger. Gray Fox aparece en el último momento para ayudarnos, sacrificándose.
En la cima del REX, descubrimos el twist final: Liquid Snake, nuestro hermano gemelo, nos revela toda la verdad. Luego luchamos contra él cuerpo a cuerpo mientras un temporizador amenaza la vida de Meryl. Lo derrotamos y huimos de la base en una escena de acción épica, mientras suena la inolvidable “The best is yet to come”.
Al terminar los créditos, una conversación revela que Ocelot era un agente doble, al servicio de Solidus, el presidente de los EE.UU.
«Al final, todo se resuelve en un cara a cara contra nuestro hermano y líder terrorista: Liquid Snake.»
Hablar de Metal Gear Solid 20 años después sigue siendo difícil. Es imposible transmitir todo lo que supuso para los jugadores de la época. Su narrativa, personajes, mecánicas y ambición marcaron un antes y un después en el medio. Es un título que todo amante de los videojuegos debe jugar para entender de dónde venimos.
Feliz 20 aniversario, Solid Snake. Fue entonces cuando alcanzaste la madurez.
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- La representación femenina en Metal Gear Solid
- Hideo Kojima y sus agujeros de guion
- Demo de 30 minutos de The Phantom Pain
- Celebrando el 20 aniversario de Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty
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He escrito dos libros con mis desgracias. Soy sociólogo y redactor a tiempo parcial. Miyazaki y Kojima os como los huevos. También soy un borrachuzo.
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