Análisis de Ravenlok. Una fantasía de ensueño para nuestros corazones

Análisis de Ravenlok

Cococucumber vuelve a sorprendernos con una aventura que se aleja de la costumbre del estudio, demostrando que ningún género les queda grande. Análisis de Ravenlok.

Para los que seguís a diario la web de Orgullogamers, sabéis que los juegos de esta editora nos chiflan bastante. El pasado mes de octubre os trajimos nuestro especial de Halloween donde yo mismo os introduje al juego de Echo Generation, un RPG por turnos que se sumergía en lo mejor de la cultura pop de los 80 y 90 para dar vida a un juego que perdurará para siempre en mi memoria. Claro está, tras tener una experiencia tan fructífera, era obvio que iba a seguir de cerca a los próximos proyectos del estudio, por lo que este análisis de Ravenlok acabaría llegando en algún momento indeterminado a la web. Afortunadamente, hemos podido jugar al título superpronto gracias a la clave que nos enviaron los majos de Cococucumber, así que, sin más preámbulos, os dejo con el siguiente análisis de Ravenlok. ¡A disfrutar, orgullosetes!

Análisis de Ravenlok

El arraigo al 3D vóxel para seguir enamorándonos a través de las retinas

Está claro que a este estudio lo de cimentar mundos basándonos en el arte vóxel es algo que les vuelve locos. He de admitir que Echo Generation me entró bastante bien por los ojos, pero lo que Ravenlok dispensa ya está a otro nivel. El juego de Cococucumber nos introduce en un mundo de fantasía clásica lleno de originalidad, donde luces, sombras y escenarios muy variados se dan de la mano para sumergirnos en una atmósfera encantadora.

Os hablo en palabras mayores teniendo en cuenta que no soy muy fan de este tipo de corrientes vóxel, pues considero que no se sabe aprovechar, siendo la mayoría de exponentes meros clones lejanos de la estética de Minecraft. Sin embargo, tanto Cococucumber como ION LANDS, creadores del maravilloso Cloudpunk, fueron capaces de hacerlo suyo para erigir auténticos entornos repletos de carisma y de personalidad. Tanto es así que los mismos mundos son capaces de hablarnos y de ser un interlocutor más de las historias del videojuego.

No puedo obviar en este análisis de Ravenlok lo bien que funciona el juego en movimiento. Me lo he pasado en Xbox Series X, ejecutándose a una resolución de 4K nativos y a 60 FPS prácticamente rocosos, una fluidez más que necesaria. Sobre todo tratándose de un juego de exploración y acción, pues su combate —del cual hablaré distendidamente más abajo— deja los turnos de Echo Generation a un lado para abrazar el tiempo real, absorbiendo elementos del género soulslike y hack & slash de una forma encomiable.

El concepto ‘Isekai’ desde la visión ochentera occidental

La historia nos pone al mando de un niño/a/e que se muda con sus padres a una casa cimentada en lo rural. Allí, entre los trastos polvorientos de los antiguos dueños, encontrará un espejo mágico que le transportará a un mundo completamente nuevo. Este mundo de fantasía es una versión retorcida del de Alicia en el País de las Maravillas, una idea que se nos presenta sin apenas disimulo y que nos hace sentir que realmente estamos ante el universo fantástico de Disney.

Pero no solo de la obra de Lewis Carol recoge inspiración, sino que encontraremos similitudes con La Historia Interminable, de Michael Ende, o incluso de películas de Studio Ghibli (Hayao Miyazaki) como La Princesa Mononoke. Algo que me flipa es lo bien que se arraiga visualmente estas referencias a cada parte del escenario; es muy fácil saber cuando estamos ante una figura recogida de la película de Miyazaki solo por los colores y el uso de la luz, sin entrar en materia del propio diseño.

Como no podía ser de otra forma, aquí somos una especie de elegido que deberá traer el orden ante un caos creciente y esbozado desde una oscuridad latente. Para ello contaremos con nuestro fiel escudo y espada, los cuales nos harán crecer como guerrero, aprendiendo nuevas habilidades al derrotar enemigos y subiendo de nivel, invirtiendo puntos de experiencia en un determinado NPC. He de confesar que en este juego sí se nota de verdad nuestro aumento de las estadísticas, notando diferencias palpables a la hora de luchar con los enemigos de la calle entre un nivel y otro. Algo que puede ser una hoja de doble filo, pues la curva de dificultad se dispara de forma irregular por momentos, topándonos con jefes a los que solo les haremos cosquillas mientras no subamos un par de niveles.

Traer el equilibrio a base de espadazo fino

Hay que mentalizarse de que a Ravenlok venimos a lo que venimos: repartir estopa como locos. Aunque el juego deja mucho peso a la exploración y a la resolución de misiones, creo que la mayor parte del tiempo lo pasaremos agitando la espada contra los enemigos que nos asalten por el camino. Es por ello que los combates de Ravenlok son su apartado más refinado, dejándonos a los mandos de un héroe muy polivalente y ágil, donde no solo atacar es imperativo, sino también saber esquivar, bloquear y lanzar habilidades en el momento ideal. Vale que todo esto no es que nos vuele la cabeza, pues la mayoría de obras de acción versan en estas mecánicas, pero no son muchos los que lo hacen lo suficientemente bien como para que la experiencia sea tan placentera.

Como he dicho con anterioridad, el combate se cimenta en elementos soulslike y hack and slash, recogiendo del primero la obligatoriedad de pensar ante un reto aparentemente imposible y las coreografías, mientras del segundo toma la vertiginosidad y satisfacción de los combos bien conectados. La mayoría de las «peleas callejeras» son sencillas y bastará con machacar el botón de ataque para ir al grano, no obstante, los enfrentamientos contra jefes son harina de otro costal, teniendo que saber cuándo pegar, cuándo esquivar e incluso saber qué habilidades usar. Si decidimos emplear la misma táctica de atacar como pollos sin cabeza, acabaremos comiéndonos la pantalla de Game Over de forma reincidente, y ojo, orgullosete, que revivir en este juego cuesta dinero y no poco, precisamente.

Por desgracia, fuera de los combates, el juego flojea en otros aspectos. El que quizás me ha molestado es el seguimiento de las misiones, tanto principales como secundarias, pues directamente el mismo no existe. Tendremos que patearnos mil veces los mismos caminos, hablar reiteradamente con los mismos NPCs y examinar hasta la mínima esquina de cada escenario para poder dar con lo que se nos pide en la mayoría de ocasiones. Vale que en algunas misiones nos harán afrontar objetivos bastante claros, pero otros ya son para tener un derrame cerebral del esfuerzo. Se agradecería un mínimo de ayudas contextuales o visuales, aunque se pudiesen activar/desactivar al gusto del jugador, porque de verdad que algunas misiones me dejaron con el mando a punto de volar por la ventana.

Volver a casa para la cena. Análisis de Ravenlok.

Aunque Ravenlok me ha gustado mucho, y creo que es un juego más sólido que obras anteriores del estudio, he de confesar que vuelve a tropezar con las mismas piedras. Recalco que Echo Generation me ha parecido una maravilla, pero era consciente de las limitaciones y asperezas que lo hacían un juego durillo de tragar para la mayoría del público. Considero que Ravenlok peca de lo mismo, siendo demasiado inclemente en la forma de entender la fórmula de sus combates, precisando de bastante tiempo de farmeo para derrotar a algunos jefes cuando entiendo que no debería ser así. Aunque su mayor problema reside en la austeridad de información y ayudas a la hora de convertirnos en el recadero de su mundo de fantasía.

Con un poco más de pulido en estas dos áreas, sumado a que no se necesitase un nivel de inglés elevado para entender al 100% la obra, me hubiese parecido una aventura inolvidable. Por culpa de esto, se ha quedado en un juego que recomendaría a un nicho particular de jugadores, pensando en el público retro que disfrutaba de la exploración sin tapujos de las obras estrenadas en los tiempos de Nintendo 64 y PlayStation, con obras como The Legend of Zelda: Ocarine of Time o Nightmare Creatures, por citar los primeros ejemplos que se me han pasado por la cabeza.

Si aun así os ha picado el bicho de la curiosidad, sabed que estará día uno en Xbox Game Pass, aunque también puede ser vuestro por el módico precio de 22,39 € en la tienda de Microsoft y Epic Games. Lo tendréis disponible tanto para Xbox One, Xbox Series y PC el próximo 4 de mayo de 2023.

Este análisis de Ravenlok se ha hecho para Xbox Series X

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