Cuando una fórmula es sencilla y directa, es dos veces buena. Análisis de Iron Marines Invasion.
Me gusta empezar los textos, sobre todo si estamos ante un análisis, diciendo el nivel de interés que me despierta el género asociado al juego presente. En el caso de este curioso Iron Marines Invasion, solo puedo decir que se ha dado de bruces con un «friki» de la estrategia, que disfruta de títulos tanto en tiempo real como por turnos, por lo que no lo va a tener fácil para pasar el corte de la buena recomendación. Tampoco me consideréis un tirano, pues soy un firme defensor de las pequeñas propuestas donde se nota el esfuerzo y los buenos hábitos adquiridos, así que, sin más preámbulos, sumerjámonos en el siguiente análisis de Iron Marines Invasion.
Un género que buscaba su supervivencia en móviles y ha vuelto para aclimatarse a compatibles
Iron Marines Invasion fue concebido para dispositivos inteligentes y eso es algo que se nota nada más arrancamos el título. En ello destaca su sistema de progresión, la forma en la que se divide su mapa de objetivos o incluso los refuerzos visuales siguen la corriente clásica del marketing de los juegos de Android e iOS, donde se busca enganchar al jugador con pequeñas sinergias jugables y recompensas copiosas de entrada, para más adelante sablearle la cartera con sus monedas in-game cuando se encuentre hechizado por el loop jugable sin opción a escapatoria.
No obstante, el público que juega en compatibles es todo lo contrario: jugadores exigentes con una oferta infinita de títulos de todas las clases, donde resulta muy difícil ser el juego escogido cuando tus limitaciones y problemas salen a la luz. Esto es algo que la evidencia demuestra con el sistema de notas de Steam, siendo la plataforma donde los jugadores más castigan aquellos títulos que los dejan disconformes. Los desarrolladores de Iron Marines Invasion son conscientes de esto y han optado por rediseñar la experiencia amoldándose a los estándares de los RTS de PC, siendo igualmente generoso con las recompensas, pero a la vez ofertando un equilibrio de desafío más acertado que sus versiones de móviles.
Por ende, Iron Marines Invasion se resume en una experiencia RTS muy sencilla, bastante directa y que pone en la mano del jugador una oferta limitada de mecánicas y acciones que funcionan como un reloj suizo. No, no es el clásico RTS donde tengamos que erigir enormes bases repletas de edificios especializados, sino que concentraremos nuestros esfuerzos en tropas limitadas, muy características y aupadas por un héroe que irá desenvolviéndose con nuevas habilidades y posibilidades. Nuestra oferta de edificios se limitan a la producción y a un centro de mando, que actúa como un núcleo, los cuales solo se podrán construir en zonas delimitadas. Esto permite que el jugador se centre en los combates, la exploración y en la administración de las tropas para superar los niveles.
Un imperio galáctico sumido en el caos
Iron Marines Invasion no te va a cambiar la vida mediante su narrativa, eso te lo dejo claro desde ya. La historia, si bien no es una atrocidad, nos va a dar bastante lo mismo, pues se quiere fortalecer más en referenciar a grandes del género y en meter gags sobre otras obras de culto (como Star Wars) que en querer brillar por sí misma. Entiendo el atractivo en intentar ser una no-parodia, como es el camino que tomó la grandiosa saga Tower Defense de Kingdom Rush (la obra presente me recuerda mucho a esta) introduciendo hasta unidades sacadas de otros juegos, pero Iron Marines Invasion quiere también contar algo suyo, aunque no llega a hacerlo bien. Podría resumirlo como un 20% historia propia y un 80% sujetarse en momentos, personajes, memes y referencias a otras obras de sobra conocidas.
Pero, como digo, no estamos aquí para embelesarnos, narrativamente hablando. Iron Marines Invasion sabe en lo que es sólido y bueno: la faceta jugable. Sin tampoco inventar la rueda, el juego nos oferta un mapa galáctico donde poder avanzar en su trama principal, repleta de conflictos con diferentes agrupaciones galácticas, o hacer un montón de objetivos secundarios en planetas recónditos, siendo gratificados con créditos, puntos de mejora y experiencia para nuestros héroes por completarlos.
Aunque lo que se nos exige no tiene demasiada trascendencia (conseguir materiales extraviados, derrotar las bases enemigas o sobrevivir oleadas) es fácil caer presa de su loop jugable y encontrarse cómodo repitiendo sin parar todas las misiones que nos vayan salpicando al paso. Cada misión nos comerá poco tiempo completarla gracias al frenetismo y a la poca exigencia de su preparación, centrándonos en acumular unas pocas unidades polivalentes y empezar la exploración casi de manera instantánea nada más pisamos la superficie de cada planeta.
Conquístate, evoluciona y mejórate ante los peligros del espacio
El juego oferta una inmensa cantidad de héroes y unidades, pudiendo escoger uno de entre los primeros y hasta 3 de los siguientes para desplegar en las misiones. El héroe es capaz de usar dos habilidades activas y una más poderosa que podríamos calificar de ultimate. Estas pueden mejorarse tanto en eficacia como visualmente con los puntos conseguidos al subir del nivel al héroe. Por otra banda, las tropas regulares tienen la particularidad de funcionar como unidades a pesar de ser agrupaciones de soldados, capaces de regenerar su salud, reaprovisionarse de nuevos reclutas y especializarse para situaciones concretas.
En mi caso, me encontré muy cómodo jugando con la raza de las ranas, puesto que pueden desplegar tropas con rifles de plasma que atraviesan defensas, unidades de apoyo que curan a las demás y hasta una rana gigante capaz de derribar todo tipo de edificios con sus escupitajos corrosivos. Conforme avanzamos en las misiones principales, más tropas y héroes se añadirán a nuestros barracones, pudiendo hacer combinaciones de todo tipo y al gusto de cualquier consumidor.
De igual manera funcionarán las tropas enemigas, teniendo recursos para tocarnos las narices en cualquier situación, obligándonos a no dormirnos en los laureles y a darle a la materia gris. En este punto, tengo que decir que el juego es donde más me cautivó, pues quedó patente que todo elemento, recurso y mecánica que tenemos es necesario, de tal manera que si te sometes a sus reglas, la experiencia no puede ser más gratificante por sencilla y directa que sea esta.
Análisis de Iron Marines Invasion – A veces, menos es más
Iron Marines Invasion me ha dejado gratamente complacido. Pese a venir de una base de móviles donde los micropagos puede dinamitar tus sensaciones, ha sabido adaptarse correctamente a las demandas de PC, trayéndonos un RTS muy frenético y agradable, que nos pondrá a prueba en momentos de microgestión muy sencillos, donde importa más las combinaciones de guerreros que la economía de tu imperio levantado en segundo plano.
Puede que se le sigan notando algunas costuras heredadas de la versión de teléfonos inteligentes, como es su HUD intrusivo o esa necesidad exagerada de atención en la recompensa para mantenerte enganchado jugando, pero ya te dejo claro que no le hace falta, pues sabe que es competente y te enganchará si te sometes a sus 3 reglas sencillas: despliega, combate y completa los objetivos lo antes posible, cadete.
Nota: Hemos podido realizar esta reseña gracias a un código ofrecido por Best Vision.
Director de Orgullogamers y el terror del SEO. Me flipan los JRPG, los Hack & Slash y los juegos con historias inusuales de esas que te dejan roto por dentro. Me encargo de que Orgullogamers no se hunda poniendo parches de cinta adhesiva.