Querida Esther: ha llegado el momento de que cojas el mando y te cuente la historia. Mi historia.
¡¡Muy buenas a todos, queridos Orgullogamers!! El juego que hoy nos ocupa en estos lares, es Dear Esther: Landmark edition un juego, que más que un videojuego es una experiencia sensorial ENORME. Pero no me enrollo más y os lo presento.
Título: Dear Esther: Landmark edition
Año: 14 de febrero de 2017
Desarrolladora: The Chinese Room, Robert Briscoe
Editora: Curve Digital
Precio: 10€
Historia
Dear Esther nos sumerge en un relato contado mediante cartas. Una historia sobre un accidente de coche, un amor perdido, un pescador y muchas leyendas celtas.
El juego nos cuenta una historia sobre la muerte, la perdida, la culpa y los sentimientos humanos. De como nos afecta la muerte en diferentes momentos de nuestra vida y de como nos enfrentamos a ella.
Dear Esther fue un pionero en los Walking simulator. Marcó un antes y un despues en este mundillo. No es un juego que este pensado para jugar «deprisa» y yendo al turrón. Esta aventura está pensada para que te sumerjas de lleno en su historia, que pasees tranquilamente por su isla sin mirar el reloj. Que disfrutes de los sonidos, de su banda sonora, de los paisajes que nos ofrece y sobretodo que escuches lo que las cartas nos cuentan.
La jugabilidad es más sencilla que el mecanismo de un chupete. Solo tenemos que caminar. Cosa que a mi en ocasiones se me ha hecho un poco tedioso. Soy de las que no puede pasar por un escenario sin tocar ni agarrar nada. Y me ha faltado un poco de eso, poder coger alguna foto para observarla más en detalle o interaccionar con algún objeto. También he echado en falta, la mecánica de correr o saltar. En ocasiones notaba el movimiento muy robótico. Por ejemplo, que en una piedrita de nada, la cámara se atascaba (personaje) y tenia que rodearla en vez de saltarla.
A nivel de gráficos, es una autentica pasada. En un juego extremadamente visual. Los detalles de la isla son de 10. El brezo, el agua, la arena de la playa, las cuevas… Está tan sumamente detallado, que el ir despacito no te importa, incluso dan ganas de sentarte en algunos parajes y dejar que el tiempo pase. Especial detalle a la cueva azul, que es todo un espectáculo visual que en mis años de jugadora no he visto.
Por poner un pero, la cámara del personaje, en ocasiones iba a un poco a su bola. Me explico, En entornos cerrados como las cuevas o las casas, el personaje-cámara es de una altura considerable y encaja bien con el entorno, pero al salir fuera y conforme va caminando, llega un momento que se va haciendo cada vez más pequeñito, llegando a ser más alta una flor, que nuestro personaje-cámara. Esto me llegaba a sacar un poco de la historia, por la parte cómica de que parecida que se iba encogiendo o encorvando el personaje.
Parece que echaron toda la carne en el asador de los sentidos, dejando en un segundo-tercer plano la interacción. Y es que el nivel sonoro que tiene también es de 10. La banda sonora que nos acompaña en todo el juego está completamente integrada, encajando a la perfección con el entorno en el que nos encontremos y con lo que nos estén contando. Los sonidos atmosféricos son tan reales, que al jugarlo con auriculares en ocasiones he tenido la sensación de encontrarme en esa isla, de escuchar esa brisa, ese viento. De escuchar las olas golpeando las rocas.
Las cartas-eventos saltaran automáticamente y un poco aleatoriamente, según la zona por la que pasemos. Al principio es un poco confuso, porque el narrador salta de una historia a otra un poco sin sentido, llegando poco a poco al final del juego, donde todo se resuelve y cobra sentido. Esto cambia en cada partida, puesto que hay varios caminos para llegar a un mismo lugar. Las cartas e historias de los personajes que las conforman (Donelly, Paul, Jacobson, Esther) son siempre las mismas, no importará donde nos salte el evento.
En esta edición, Landmark, lo que trae de nuevo son los comentarios del director, en este caso creadores del juego, que estarán marcados por toda la isla, para que al llegar a ese lugar, «salte» el audio en cuestión, comentando detalles de la historia y creación de esta y del juego.
Reflexión-conclusión
Dear Esther no es un juego para todo el mundo, y también importa mucho en la época y momento en el que te encuentres al jugarlo. Yo lo he jugado en dos «momentos» diferentes: en directo en mi canal de Twitch y luego yo sola en privado. Comentarlo con colegas y jugarlo con tu propia reflexión, hace que me haya replanteado muchas cosas de su historia y sobretodo de su final.
La historia, como ya he dicho, la cuentan salteada, mareándote un poco y sin enterarte de la copla hasta su final; yo esto pensaba que no me había enterado por jugarlo y comentarlo a la vez, pero no…Al jugarlo sola, me di cuenta que es un detalle, mecánica del propio juego, para no dar toda la historia o los motivos y porqué de su final, al principio, si no que NOSOTROS con nuestro paseo y observación, vayamos sumando las partes de esta. Hay que resaltar que al ser un Walking simulator, si no pones este tipo de mecánicas, pues el juego se haría terriblemente tedioso. Cosa que no ocurre en absoluto, si no que te hace quedarte durante horas perdido en esa isla.
Dear Esther es un juego corto, de apenas 5h de juego, pero extremadamente rejugable, sobre todo si queremos descubrir TODOS los secretos «logros» de la isla. Es un juego sensorial, para jugar con auriculares o los altavoces al máximo, para no perdernos detalle en su narración y de la atmósfera que nos rodea. Es una experiencia para degustar poco a poco y sin prisas. Dear Esther es como un pequeño viaje de fin de semana para desconectar del mundo y perderte en un buen libro. Es un paseo en Myst, quitando puzles y todo lo que sea complicado. Simplemente paseando y escuchando el sonido del mar, mientras nos cuentan una historia. Dear Esther es uno de esos juegos para jugar despacito y disfrutando de la experiencia.
@IstharVegaLuna Perdida en una isla leyendo cartas dirigidas a otra Esther.
Redactora en mis ratos libres, en Orgullogamers, en DeVuego , en Nivel Oculto y en mi blog, de mi pasión favorita: los videojuegos.