Análisis de Blood West – Mezclando acción, sigilo y «soulslike»

Reseña de Blood West

Un curioso experimento con una base sólida, aunque algo falto de contenido. Hoy os traemos la reseña de Blood West, un shooter de terror de mundo abierto.

Ha pasado algún tiempo desde la última vez que me dejé caer por tierras orgullosas. Pero hoy vuelvo para traeros una pequeña reseña de Blood West, un «indie» que me ha resultado curioso a la par que algo frustrante. Ya no solo por sus mecánicas, basadas en penalizar la muerte de manera desproporcionada, haciéndote volver al último lugar en el que descansaste y añadiendo otros efectos adversos al estado del personaje, sino también por su actual estado en cuanto a contenido. Es muy probable que, en un tiempo, se añadan otros mapas, más enemigos y diversidad de armas, porque el juego se presta a que esto ocurra y sus bases están bien asentadas para recibir actualizaciones de cualquier clase. Habrá que esperar. Pero, por el momento, hablemos de lo que hay actualmente.

Reseña de Blood West - Totem

¿Inventando un género?

Habrá sobresaltos, pero no es un juego de terror. Tendremos disparos, pero no es un juego de acción. También sigilo, pero no es un Splinter Cell, precisamente. Y, sobre todo, dificultad elevada y «hogueras». Pero no penséis que lo podemos encasillar como un «Soulslike«. La respuesta es que es una mezcla de todo lo anterior. Con ritmo pausado, armas con poca munición y peligros en cada esquina. Cada decisión que tomemos será importante para permanecer con vida. A nuestra disposición, tendremos una muy limitada gama de armas de fuego (revólver, escopeta y rifle) y otras armas más primitivas (hacha, cuchillo y arco) que nos servirán para defendernos de los peligros repartidos por esta versión demoníaca del lejano oeste.

Estos peligros tampoco serán muy abundantes. Pero cada uno tendrá sus peculiaridades. Veremos a demonios rápidos que atacan cuerpo a cuerpo; otros más lentos, con picos como arma principal; luego tenemos a los que atacan a distancia, como los pájaros no-muertos, que atacan con revólveres; los bichos sin brazos, que escupen ácido; o las meretrices sangrientas, que portan escopetas. ¿Quién ha hecho esto? En fin, para terminar tenemos a los enemigos especiales, como el hombre ataúd o el tanque, una bestia gigantesca con mucha salud, capaz de lanzar calaveras flotantes que te explotan en la cara.

No será un camino de rosas. El juego pone a nuestra disposición mecánicas de sigilo, basadas en la capacidad de los enemigos para escucharnos o para vernos. Esto hará que aumente nuestra barra de detección. Si se rellena, comenzará una agobiante persecución en la que uno o varios monstruos nos darán caza. Siendo casi imposible escapar de ellos por culpa de una barra de estamina que se agota más rápido que tus quince días de vacaciones, nuestra única opción será enfrentarlos con escasísima munición o con armas cuerpo a cuerpo bastante inútiles. Esto se traducirá en una muerte casi segura. Al menos hasta que practiquemos unas cuantas veces.

Reseña de Blood West - Árbol

Una muerte gravemente penalizada

Morir se traducirá en volver al último tótem en el que descansamos en este mundo abierto (tampoco os agobiéis, es un mapa pequeñito y tan sólo hay dos tótems). Este será el menor de nuestros problemas, pues cada muerte sumará una maldición a nuestro estado. Las maldiciones pueden hacer que ganemos menos experiencia, hagamos menos daño o tengamos aún menos estamina, entre otras cosas. Son acumulativas, así que cada vez que muramos el juego será más difícil, algo que considero extremadamente injusto. Estas maldiciones pueden eliminarse con una bebida consumible, que se puede encontrar en el escenario o comprar a uno de los dos mercaderes.

Para evitar la muerte, el juego nos da diversos objetos, que podemos lootear por todo el escenario, siendo esta una mecánica imprescindible, o también comprar a los mercaderes, tal y como hemos dicho. Tendremos, repartidas por el mundo, bebidas para aumentar estamina y salud, habilidades activas y pasivas que mejoran o reducen nuestras estadísticas, municiones de varios tipos para las armas de fuego u objetos especiales relacionados con las misiones. Habrá que gestionar bien los recursos, aumentar estratégicamente nuestro árbol de habilidades y organizar nuestro inventario (estilo rejilla) si queremos sobrevivir, y, aún con estas, si morimos muchas veces, quizás todo se vuelva imposible y nos toque comenzar una nueva partida.

Reseña de Blood West - Mapas

Contenido escaso: el punto flojo de Blood West, por el momento

Con un mundo abierto algo vacío, aunque con localizaciones interesantes típicas del Oeste, como pueblos de una sola calle, fuertes, cuevas y cañones, Blood West se queda a medias en el trabajo de ofrecer al jugador diversidad de misiones y retos. Más allá de visitar estas localizaciones, distantes entre sí, para conseguir los objetos que ocultan, no habrá mucho más que hacer. Al no tener disponibles más mapas por el momento y siendo poco o nada rejugable, el contenido se queda en unas 4-5 horas. En un futuro, más mapas y, por supuesto, escenarios más llenos y con más variedad de misiones, podrán solventar este problema.

Las opciones en los enfrentamientos también son bastante reducidas. El sigilo suele ser inútil por lo general, ya que no será habitual matar a los enemigos de un solo golpe. Al no poder hacer esto, ese enemigo (y algunos que estén a su alrededor) nos verán, y entonces tan sólo nos quedarán las balas. Y con balas me refiero a la escopeta y, sobre todo, a la Winchester; las demás tampoco ofrecen una solución ante hordas e, incluso muchas veces, ante un solo enemigo. Con esto, nuestras posibilidades terminan limitándose siempre al mismo patrón: matar al primer enemigo pillándole desprevenido y a todos los demás disparándoles mientras huyes.

En términos de historia, y ya para terminar, el juego no ofrece nada elaborado o que no hayamos visto ya, por ejemplo, en Doom. La excusa de que somos alguien que ha llegado a unas tierras malditas, pobladas por seres demoníacos que están profanando todo a su paso, con el objetivo de exterminarlos, no es lo más llamativo. Al no estar traducido al castellano, los diálogos (cansinos, genéricos y faltos de interés en la mayoría de ocasiones) pueden seguirse con relativa facilidad gracias a los subtítulos (también en inglés), pero las notas (casi todas parrafadas infumables) se hacen aburridísimas y, personalmente, no os voy a mentir: ni siquiera me esforcé en leer más de un par de ellas.

Aun con todo, no lo consideraría mal juego. Que no es la siguiente gran revolución de la industria está más que claro, pero quizás en unos meses, con la ayuda de más contenido y alguna actualización a lo que ya tenemos, puede llegar a labrarse un nombre entre los juegos «indie».

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