El martes 19 de Marzo de 2019 Google hizo su gran puesta en escena de su último gran proyecto: Stadia, su plataforma de streaming de videojuegos que apunta a liquidar la necesidad de consola/PC por parte de los usuarios.
Esta es la manera en la que la multinacional quiere reclamar su pedazo de la tarta billonaria que es la industria de los videojuegos y revolucionarla. Pero tras los juegos de luces y las palabras bonitas sobre el escenario nos toca a nosotros, los potenciales usuarios, analizar el novedoso producto. ¿Es todo tan bonito y prometedor como nos lo venden? ¿Es esto una sentencia a plataformas como Steam o el formato físico tradicional? Veamos.
La tecnología y sus limitaciones
La primera pregunta que se ha hecho mucha gente ha sido: “¿pero esto es realmente posible?”. A lo cual mi respuesta es: “todo es posible, lo importante es el cómo y en qué condiciones”. Trabajo en el sector tecnológico, lidiando día a día con desarrollo de software y gestión de grandes servidores, pero me niego a soltar aquí una charla técnica y aburrir al personal, así que voy a ir a los problemas más básicos y obvios: los “poderosos” números y la reducción de mercado.
Empiezo por los números, que es algo que a estas grandes empresas les encanta pasear por delante de los ojos de sus clientes pero luego hay sorpresas. Estos números y estadísticas que parecen indicar su potencia superior a otros dispositivos no deben ser puestos sobre un pedestal, pues no se nos está diciendo que se hace con toda esa potencia. En palabras de Pirelli: “La potencia sin control no sirve de nada”, y en este caso no es solo eso. ¿Esta potencia en que se usa exactamente? Muchas son las posibilidades que se me vienen a la cabeza, cada una de ellas con multitud de posibles resultados. Mi consejo: tomarse estos datos como un adorno, no datos reales. Aquí voy a establecer una regla que sirve tanto para esta conferencia como para la gran mayoría de ellas: lo importante no está en lo que te muestran, sino en lo que se han callado.
Ahora voy con la reducción de mercado, algo para lo que no hace falta ser un experto para verlo venir. El streaming va a requerir una conexión para internet, y es más que probable que un ancho de banda mediocre no de la talla. Esto automáticamente va a eliminar a gran cantidad de usuarios que no tenga esa conexión de calidad, y puede que parezca una tontería pero la fibra óptica no es algo tan generalizado como pueda parecer. En España hay ciudades, capital de provincia, que tienen barrios enteros sin acceso a ella y ni quiero hablar de localidades pequeñas y el medio rural en general. Aún así, España es un mercado objetivamente pequeño pero es que en Estados Unidos la cosa no es mejor ni mucho mejor, un país gigantesco pero con una infraestructura de red pésima. Decir adiós a la mitad o incluso a la cuarta parte de EEUU es decir adiós a mucha pasta… y no de la que se come.
La relación con las desarrolladoras
Si algo hemos aprendido con la aparición de la Epic Store es que las desarrolladoras pueden ser una clave fundamental a la hora de tener éxito o al menos llamar la atención. Epic consiguió esto reduciendo el porcentaje de ventas que se iban a llevar en favor de las empresas de desarrollo, ¿pero que les puede ofrecer Stadia? De nuevo tenemos ante nosotros una incógnita, pues no sabemos cómo va a ser el modelo de pagos de la plataforma. ¿Pagaremos por horas de juego, ya sea por tiers o literalmente hora a hora? ¿Será un precio fijo? ¿Serán distintos paquetes que nos den acceso a unos juegos u otros?
Esto puede impactar en cómo van a beneficiarse las desarrolladoras de publicar sus juegos en Stadia. Si el pago que van a recibir depende del tiempo de juego por parte de los usuarios, algo similar al modelo Spotify, los juegos indies van a quedar automáticamente eliminados de la ecuación por dejar de ser viables económicamente, ya que este tipo de juegos suelen ofrecer experiencias cortas pero únicas. Mas no solo afectaría a los indies, los AAA también se verían seriamente afectados.
No es novedad que los juegos de alto presupuesto de empresas como Ubisoft o EA sean puestos a la venta pre-lanzamiento, con multitud de extras (generalmente chuminadas, en mi opinión). Está venta prematura acompañada de “regalucos” no tiene otro objetivo que el garantizarse un dinero antes de que empiecen a surgir noticias y reviews de juegos y puedan ver sus ventas afectadas si el producto no ha sido bien recibido. Esta red de seguridad para las grandes empresas que tan bien les está funcionando desaparecería. Todas esas ventas a precio completo que no han dejado satisfecho a sus compradores pero que han perdido su derecho a devolución por no haber descubierto lo malo que era el juego hasta que ya habían pasado 3-4 horas jugando se pierden, pasarían de ganar esos ricos 70€ a quizás… pongamos generosamente 2’50€. Un desastre.
¿Y si siguieran el modelo de Netflix y pagarán por adelantado la inclusión de cada videojuego en la plataforma? Pues en este caso veo muy complicado como esas estimaciones serían calculadas y de si estás serían beneficiosas para la plataforma o la desarrolladora.
Google, te conocemos
En este apartado tengo principalmente dos puntos a comentar: censura y envidia, ambas por parte de Google.
La multinacional ha dejado más que patente en su gestión de servicios como Youtube que quiere transmitir una imagen clara como el agua, llevando a forzar a creadores de la plataforma a evitar el lenguaje zafio y desmonetizando vídeos en los que se muestra gameplay de videojuegos como por ejemplo South Park. ¿Sería este tipo de censura imitada en Stadia?
Pero si hay algo que me saca más de mi inmersión en un videojuego que un “Fuck!” censurado es que me aparezca un anuncio de casinos online en una esquinita… así que voy a ir directo a esta pregunta: Señor Google, ¿cuánto tiempo va a pasar hasta que metáis publicidad durante el streaming de Stadia? Creo que este es un temor más que fundado, pues ya conocemos el historial que tiene la multinacional a sus espaldas.
Ese pequeño detalle que es la ética y conclusión
Para terminar, no está de más recordar las facilidades que esta plataforma pondría a la hora de recoger todo tipo de datos de usuarios para su venta posterior, desde hábitos de consumo a ideología, y que una infraestructura de tal envergadura consume una cantidad increíblemente alta de recursos naturales, que oye, esto puede no importarle a todo el mundo pero es algo que está ahí.
En conclusión, no creo que Stadia vaya a acabar con los videojuegos como los conocemos en la actualidad, ya sea en formato físico o digital. ¡Es más!, no tengo siquiera claro que este sea un proyecto que vaya a sobrevivir más de tres o cuatro años, lo que no quita que sea un experimento interesante de observar. La información que nos falta sobre el producto puede tener un gran impacto en su éxito y estos factores que he ido comentando son solo una fracción de los que entran en juego, pues he dejado muchos en el tintero, como por ejemplo las colas de acceso a videojuegos (porque las habrá, sobre todo con grandes lanzamientos). Ni podemos asegurar su éxito ni confirmar su condena, pero sí exponer nuestras serias dudas.
¿Recordáis la última supuesta revolución de los videojuegos que lo iba a cambiar todo? Fue hace poco y ya está cayendo en el completo olvido: la realidad virtual. Duró poco la ilusión, ¿eh?
No sé si el futuro está entre nubes, pero sí se que ahora estamos rodeados de humo.
-Por Sergio Iommi para Orgullogamer-
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