El cine de los 80 a través del Spectrum – Cobra

Cobra, el brazo fuerte de la ley. «El crimen es una enfermedad y él es el remedio«. Un remedio con gafas ochenteras, pantalón ajustado marcando el nido de la cobra y cerilla perenne en la boca.

«Como me calientes la cobra te fundo»
Creo que se estrena en Orgullogamer el señor Stallone. Si alguna vez acabo la serie de Arnold (creo que me quedarán un par de artículos como mucho, porque voy a poner el corte en los 90) quiero meterme con el bueno de Sly, sirva esto como un aperitivo a lo que vendrá. Empecemos. Coge tus gafas de espejo, tu pipa, tu cerilla, ajústate los pantalones hasta que se te quede voz de soprano y acompáñame a Los Ángeles de los años 80. 

Bienvenidos una vez más a una nueva entrega del cine de los ochenta y sus juegos aparecidos en spectrum. Un particular viaje en el que no sólo nos detenemos en el videojuego en sí, sino que hacemos parada en su correspondiente película para contaros un poco lo que se cocía por aquel entonces en las salas de cine, y sobretodo y más aún, en el salón de tu casa vía videoclub y VHS al canto. 
Una serie donde me gusta estar, disfruto escribiendo y recordando con vosotros aquellas películas y videojuegos, aquellas partes del todo que conformaban nuestras parcelas de felicidad, nuestra infancia y adolescencia, nuestros recuerdos y nostalgias. Estás invitado. 
Es necesario y obligatorio, antes de empezar con Cobra, que os acerque y alcance los anteriores episodios de esta serie para que la tengáis a mano y si aún no los has leído, pues os invito de buen grado a que lo hagáis ahora o los guardéis en favoritos para su posterior lectura en los trasportes públicos, en la cama, en el cagódromo o donde os salga de la minga dominga, pero el caso es que los leáis, copón.
Capítulo 2 – TRON 
Una vez los deberes hechos y presentaciones e intros contadas, vamos al turrón del asunto. Nos metemos de lleno en:   



Cobra, el brazo fuerte de la ley. La película. 

Vamos a empezar por lo coñazo, para quitárnoslo enseguida de encima, es decir, empezar por las fichas técnicas y esas cosas para contextualizar épocas y gentío, así luego seguimos el camino de la cobra más relajadamente.

Las fechas en estos casos son importantes aunque requiera hacer un pequeño esfuerzo de «viaje al pasado» de gratis y sin DeLorean mediante, acercarnos allí en un ejercicio de memoria para entender mejor sus matices y sobre todo, para contextualizar las barbaridades que pueda deciros a partir de este punto. Por tanto, minificha técnica va:



¿Cuando y quienes? Cobra se estrenó en el epicentro de mis referencias para todas estas cosas que os cuento. En plena efervescencia creativa: mediados de los ochenta, bueno, un poquito pasado ese justo medio, en 1986 y fue dirigida por George P. Cosmatos, el mismo que ya trabajó con Stallone en Rambo II o Acorralado II porque esta es Rambo a secas ¿o no? Ya sabes de los líos de esta serie, en vez de Rambo, Rambo II, Rambo III, Rambo IV y la furtura Rambo V, pues la cosa nos llegó como: Acorralado, Rambo, Acorralado II, Rambo III, Rambo, y esta que la titularán Red Dead Rambo o también están valorando titularla Obmar que es Rambo al revés, «así, pa joder na mas»

«Dios mio…esto de los títulos si es un infiernooooo»

Turno ahora para los actores y actrices que protagonizaron la película. Actor, personaje y breve intro de su papel ya que luego profundizaremos sobre los personajes de una forma más detenida, al menos sobre aquellos más importantes, naturalmente.

El primerísimo y más importante, ¿adivinas? el que da nombre a la película, la estrella, el protagonista, el héroe, el potro italiano:


¡¡Sylvester Stallone!! en el papel de Marion Cobretti alias «Cobra» 
Brigitte Nielsen interpretando a Ingrid.
Reni Santoni – Es Gonzales, el compañero inseparable de Cobra.
– Andrew Robinson como el detective Monte.
– Brian Thompson interpreta al malo malisismo, apodado y llamado, ya que no le conozco otro nombre, «El carnicero nocturno» ya sólo el nombre acojona.
LeeGarlington como Nancy Stalk, compañera de Gonzalez y Cobra y pluriempleada, ya que pertenece en secreto a La nueva Orden, nombre de la banda o secta de El carnicero nocturno»

La producción estaba a cargo de Menahem Golan y de Yoram Globus, pero este dato, si sois como yo, os importará más bien una mierda, pero esto es una ficha técnica como dios manda y deben estar.

La película estaba ligeramente basada en la novela Fair Game de Paula Gosling que también participó como coguionista junto con Stallone. Luego volveremos sobre Paula y su novela al final del artículo en la sección de Bonus track para contaros un par de anécdotas sobre esta novela y las ideas, borradores y anotaciones que Stallone hizo sobre ella.

Había dicho que sería breve con la ficha técnica de modo que rematamos con la música, compuesta por Sylvester Levay y por la fotografía a cargo de  Ric Waite. Gracias wikipedia por recordarme estas cosas.

Con esto, queda cerrada la dichosa ficha técnica. Me he portado bien ¿eh? no se me ha ido mucho de las manos y he sido breve.

Argumento

El argumento de Cobra es sencillo y simple, más que el asa un cubo. La chicha está en los personajes, es sus matices es donde he encontrado más historia que en el pilar argumental base. Aun con esas, se hace necesario contaros de qué va Cobra.

El comienzo no puede ser más contundente. De repente, así sin anestesia, aparecen dos hachas que chocan de forma rítmica una contra otra en tus mismísimas narices. La cámara se aleja y vemos al sujeto que las porta, y no solo eso, si no que comprobamos que no es solo uno, si no una jauría de gentes que también blanden sus hachas en una especie de ritual macabro tomando el sonido del chocar de sus hachas como particular banda sonora de la fiesta. Parecen hinchas ingleses antes de un partido.

Nos llama la atención como van vestidos, no parecen llevar el típico «uniforme oficial» que te identifica como miembro de una banda o secta. Aquí cada uno va vestido con su fondo de armario y si señalo este aspecto es porque nos encontramos o deducimos por sus ropas que los miembros de la secta lo forman o participan diversos tipos de estratos sociales. Una forma de «democratizar» el crimen ya que no solo afecta a las clases sociales más bajas y con familias desestructuradas como acostumbran los psicópatas. Aquí nos encontramos bailando sus hachas desde obreros de la construcción hasta tíos trajeados que sugieren bufetes de abogados o agentes de bolsa o incluso políticos. A cualquiera se le puede meter gilipolleces en la cabeza como mecanismos de control y sirviendo a un fin, nadie está a salvo de las gilipolleces. La gilipollez y la muerte son de las cosas más democráticas que existen.

¿Y quienes son estos que se nos presentan con tan particular performance? Pues ni más ni menos que «La Nueva Orden» y no, me temo que Kylo Ren esta vez aquí no tiene nada que ver. Naturalmente que todos estos energúmenos de las hachas tienen a un líder, o al menos eso es lo que parece, ya que del equipo original de sectarios que se nos presenta, luego irán apareciendo a modo de comando random con un elemento común en sus salidas: «El carnicero nocturno»

El supuesto líder de la banda, el loco-alfa. Un villano plano, de manual. no recuerdo si tiene más de dos o tres líneas de diálogo, esta programado para afilar cuchillos, matar y para poner cara de malo de forma perenne durante todos sus planos, que se note que es el malo, ¿la misma cara que se te queda cuando te vienen los ardores de estómago cuando comes salmorejo y torreznos? pues esa cara. Plano, solo mata y por la noche, de ahí su original mote. «El carnicero nocturno» no se rompen mucho la cabeza en el departamento de policía para asignar alias, no. Yo le hubiera puesto de mote, con esa bocaza que tiene que parece un capacho: «El bocas»…bueno…tampoco es muy original la verdad. Sigamos.

¿Y Cuales son las intenciones de La nueva orden? pues suponemos que alguna tendrá, pero no queda muy claro o no me ha quedado muy claro a mi en mi revisionado. Ellos solo salen por la noche y matan a unos cuantos ciudadanos randoms y después de matar se van de fiesta en su guarida con las hachas, sus canciones y sus tontunas. Supongo que querrán hacer una limpia humana e instaurar sus genes, su orden y sus hachas, que no falten las hachas por dios, sólo cuando toda la humanidad de la vieja orden sea aniquilada o sean todos «La nueva orden», pasarán a llamarse «La orden» nada más y reinará la paz. Y las hachas.

Con esto la película ha presentado a los malos. Con semejante escenario os podéis imaginar como están las cosas en Los Ángeles ¿no? un dos por uno se marcan aquí, presentación de los malos por un lado y el clima que se respira en las calles de la ciudad por el otro. Sería el marco perfecto para un juego de hostias o «Yo contra el barrio» . Ese futuro presente decadente. Las calles peligrosas, sobre todo cuando el sol se oculta, la secta de la nueva orden, punkis y bidones con fuego, El vigilante, Final Fight o Double Dragon bebieron de estos ambientes y argumentos de fijo: los malos, la chica y el héroe que arregla las cosas con el diálogo de la hostia y/o el silbar de las balas.

Ahora a la peli le toca presentarnos a los buenos, a los polis naturalmente, por si lo dudabas y  naturalmente también le toca presentar al ¡¡héroe!! faltaría más. ¿Y qué escenario van a usar para presentarlo? ¿Alguno épico?…en un Supermercado, con dos cojones ¡¡ochenta total power!!  un jodido supermercado.

La escena es la siguiente. Marc Anthony (aquí todos los segundones randoms son Marc Anthony) entra en el supermercado con una recortada, hasta las cejas de yeyo y un manojo de bombas alrededor de su cuerpo, vamos, lo normal cuando vas al Super para que no se te cuelen las viejas en la cola de la caja «sólo llevo una barra pan, me dejas pasar» y entonces Marc la lía parda.
Enseguida llega la policía, unos seiscientos o setecientos agentes, rodean el edificio pero no se atreven a intervenir. El tío está muy cabreado y «tiene C4 como para poner en órbita a Arnold Schwarzenegger» (gallifante si adivinas la cita cinéfila) La situación está jodida. Entonces el capitán se gira a su sargento y le dice, en lo que es una «frasaca» del cine poco reconocida: «Llamad a cobra»

«No siento la Cobra, dios mioooo»

Y entonces aparece Cobra en el coche de Colombo pero en nuevo y sin pensárselo dos veces se mete de lleno en el Super para dar caza a Marc, con un par, se la suda los explosivos. Hablábamos antes del clima que se respira en la ciudad, un contexto violento, deprimente y sin esperanza en el que el crimen es la enfermedad, pues ha llegado su remedio: Cobra. Cuando entra en escena, el espectador y los buenos pueden respirar tranquilos, es la misma sensación que sientes cuando entras en la habitación del baúl de Resident evil 2, no así para los malos que si o si probarán el veneno de sus balas.

Bien, pues ya tenemos a Cobra dentro del Super. Va ocultándose, agazapado como Solid Snake entre las estanterías de los yogures y la charcutería, la de los fiambres dentro de poco va a tener nuevo cliente. Llega hasta un altavoz y le suelta una perla al malo, más o menos una especie de cuenta atrás de lo que le queda de su «puta bida» pero en plan ochentero.

Evidentemete Cobra siempre cumple sus promesas, sobre todo aquellas que tienen que ver con matar a los criminales que han cometido el error de cruzar la línea, aparece por sorpresa y de forma random frente a Marc Anthony y lo cose a balazos con su Colt 45 con las cachas estampadas con ¿adivinas? efectivamente, con Cobras, de ahí su mote (amén de su apellido).

La cobra su pistola, las balas su veneno, o según el subtitulo de la película, el remedio contra el crimen. Particular ibuprofeno desde luego. Sin tan siquiera pestañear por haber despachado a esa escoria humana, un soplido a la pistola, unas vueltas en el dedo y se la enfunda en la cintura, en esa parte comprendida entre el ombligo y la peluca del payaso, es decir, el matojo de pelo púbico. Esas cachas con la cobra deben de oler a cobra.

Y ya lo tenemos montado, los malos y los buenos se han presentado ante nosotros. ¿Y cual es el nexo de unión que va a hacer que estas dos fuerzas, el bien y el mal, choquen entre si? pues la dama en apuros.

Una modelo-cantante-actriz que una noche después de una sesión de fotos, va a ver como «La nueva orden actúa» y desde ese momento estará en el punto de mira de «El carnicero Nocturno». Toda la nueva orden irá tras ella y Cobra será su zapata de freno. Ya está, todo lo demás serán cadenas de escenas de acción, persecuciones en coche y tiroteos al mas puro estilo 80, es decir, muchas veces sin venir a cuento, en el que la nueva orden siempre estará pisando los talones y apunto de matar a los buenos, pero fracasan una y otra vez ante el veneno de la Cobra.

Escena final enlatada para el Boss Final alias «Bocapozo», es decir, debe morir de la forma más horrorosa posible, llegan los refuerzos policiales como siempre, al final y cuando todo el pescado está vendido,  frase recurrente del héroe que toma a la chica y la monta en su moto/coche, moto en este caso y se  alejan de la cámara en un precioso atardecer con la música cien por cien ochentera «in cresendo» despidiendo así al héroe y a su chica para dejarlos en la intimidad de su casa donde posiblemente le enseñe «la cobra».

Hasta aquí el argumento e historia de Cobra, no es el Lore de Kingdom Hearts, pero tampoco nos hacía falta complicarnos la existencia para pasar una buena tarde de cine de palomitas. Para ir concluyendo el apartado de la película del artículo, voy a rematar la faena comentando algunas particularidades de algunos de los personajes, incluido el héroe. Como señalaba al principio, la historia de Cobra es sencilla, pero en sus personajes está la chicha.

Personajes relevantes
Marion Cobretti, el Atuendo y el alma del guerrero.

Atuendo: Creo que Stallone consultó el manual del buen cine ochentero para construir su personaje.
Gafas de espejos para ocultar la mirada del tigre, pantalones vaqueros de cintura sobaquera y extremadamente ajustados, que se noten bien los huevos y la cobra, pero que se noten bien, al punto de que te pregunten por la calle ¿eres de correos? ¿no? ¿y ese paquete?, insisto, muy muy muy ajustados de esos que te tiras un pedo y no sale de allí hasta que te los quitas por la noche, de esos que tienes un euro en el bolsillo y se sabe desde fuera si está en cara o en cruz, de esos pantalones que para quitártelos necesitas unas tijeras, de esos pantalones…¿ta claro no?

Botas molonas de vaquero malote del palo «chúpame la punta tronco», y arriba, de camisa o camiseta también ajustadita pero menos que el palacio del «hamor», lo suficiente para certificar las horas de gimnasio y se le noten los brazacos. ¿El peinado?…bueno, no le conozco otro peinado a Stallone, pero si es importante una Gabardina larga (lo mejor para el clima de Los Angeles) de uso random, para esos momentos de cinemáticas antes de la acción y sobre todo y muy importante, una cerilla perenne en la boca.
¿Por qué una cerilla en la boca? nunca sabes cuando te va a hacer falta una cerilla, es como el pollo de goma, al final acabas usándolo.

Ni que decir tiene que «Cobra», su mote, lo toma del animal, un animal muy peligroso y mortal del que no te puedes fiar si le tocas los cascabeles, y naturalemente por su apellido ilalianini: Cobretti. Y ya sabemos que si eres italiano (o irlandés) y vives en EEUU eres chungo de la hostia por naturaleza. Los malos lo tienen muy jodido.

«Acabo de bufarme encima del guante. Siente el aroma de Avon»

Alma: No sabemos nada de Marion Cobretti, sobre el personaje y ni falta que nos hacía porque inconscientemente lo sabíamos todo sobre él, era Stallone, punto.

 Y esto ocurre bastante en el cine de acción de los 80. Conocíamos al actor y sus anteriores papeles, no te importaba una mierda su pasado o sus motivaciones, sabías que cuando tu héroe estaba en pantalla, todo iba a salir bien. Jugaban un poco con la filmografía que llevaras a las costillas del actor en si.
Es como Arnold, son sus personajes, que si, que de acuerdo, pero también es Arnold y eso se añade a su personaje, a la personalidad de su personaje.
De Stallone sabemos que reparte buenas hostias por Rocky y que maneja bien las armas por Rambo. No hacía falta que nos lo volvieran a contar, ya lo sabíamos, lo dábamos por hecho. No se si me explico. Por eso no busquéis demasiada profundidad en Cobretti. Es Stallone, punto, va a repartir hostias como panes y plomo como si no hubiera un dios. Suficiente.
Aunque durante esta película se añaden pequeños matices que perfilan y diferencian a Cobretti del resto de los personajes de Stallone, como por ejemplo:

Sabemos que le hicieron Bullying en el colegio debido a su nombre y apellidos.
Sabemos que le gusta la comida italiana, como buen italiano, en especial las pizzas.
Sabemos que corta las pizzas con una tijera (y supongo que luego las usara para quitarse los pantalones en casa).
Sabemos que es un poco adicto al trabajo, este tío se lleva el archivo policial a casa o se crea sus propios archivos en casa, si el crimen no descansa, él tampoco.
Y por último, que le huele el aliento a fósforo y madera.

Ingrid, la dama en apuros.
Siempre he pensado, que Ingrid es la representación del espectador. Representa lo cotidiano, la vida en si. Pero «ojo cuidao», es la representación del ciudadano medio estadounidense. Alguien ajeno a todo y a nada a la vez, esa levedad del ciudadano en la que cree y de hecho lo está, estar a salvo y seguro de las miserias del mundo. A fin de cuentas, las desgracias son una especie de lotería. Ingrid es una persona que vive feliz, se siente realizada con su trabajo, recibe buena paga, tiene su coche, su piso, su círculo de amistades, sus tiempos de ocio y esparcimiento, es joven, bella, vital y en fin, vive entusiasmada con un futuro brillante y esperanzador por delante. 
Pero una noche después de una sesión de fotos, en la que es la escena más memorable y bizzarra y me atrevería a decir, que de las escenas más prescindibles de la historia del cine de los 80, esa escena en la que está ahí posando en un infinito fondo blanco, con una docena de «roboces» modernicos y en trajes de baño tan ajustados como los pantalones de Cobra, solo que esta vez toca marcar sapo, al salir, como decía, de esa sesión de fotos de camino a casa se topa con la Nueva Orden haciendo de las suyas y quedará marcada por ellos para buscarla, encontrarla y acabar con ella. Loteria macabra y todo a la mierda. Un paréntesis en su feliz vida hasta que se arreglen las cosas, cosas que arreglará Cobra cerrando el paréntesis y acabando con La Nueva Orden.
Gonzales, el segundón. 

Es el compañero inseparable de Cobra, el compañero segundón, un poco el que canaliza mediante ¿humor? las alteraciones de la bestia Cobra. Un personaje vacío y que si tenía algo de fuelle, poco, lo pierde totalmente a partir de la mitad de la película. Se lo podrían haber ahorrado perfectamente.
El detective Monte, el tocapelotas

El compañero policial al otro lado del espejo. El típico personaje que cuestiona los métodos trogloditas de Cobretti. Monte representa la nueva policía de Los Ángeles, las nuevas políticas en las que se tienen en cuenta los derechos de los criminales, es la antítesis de Cobra 
A través de este personaje vemos las intenciones de moraleja de la película, una especie de crítica hacia esas políticas que favorecen a los criminales. Naturalmente que llevadas a ejemplos extremos. Aquí los malos son muy malos, para que no quepa el más mínimo atisbo de duda que son escoria y por lo tanto, las razones que pueda argumentar el detective Monte sobre sus derechos, quedan del todo ridiculizadas, absurdas o inválidas, porque el espectador, desde el minuto uno, va a estar del lado de Cobra, de sus métodos, de su rol de justiciero, del «el que la hace la paga» y Cobra es el recaudador de impuestos. La película apuesta por los tonos «o todo es blanco o todo es negro», sin cuestionarse en ningún momento la variedad y riqueza de las tonalidades intermedias. Clara propaganda demagógica por ambos lados, de unos y de otros, de la cara y la cruz de la justicia. 
Volviendo al personaje recurrente, con semejante discurso es carne de cañón para que más tarde o más temprano reciba una buena hostia del protagonista para el goce y disfrute del espectador, basado en una manipulación, ya que radicalizan ambos extremos de la opinión, esto empaña la verdad.
No fallan estos personajes en estas películas, un cliché viejo como el sol. Durante toda la película andan tocando las pelotas al héroe y son especialmente oportunos para hacerlo justo en el momento en el que el «prota» ha escapado de la muerte por poco por dar caza al criminal cabrón de turno. Eso hace diluir o ridiculizar aún más su discurso, porque llegados a este punto extremo, la huevera del héroe y del público empieza a bullir hasta que ¡¡zasca!! hostia al canto. Aplausos del público.

«Cobra leyendo Twitter»

Bueno, hasta aquí casi todo lo que os tengo que contar sobre la película. Cobra es de esas películas que encuadran bien en un determinado espacio de tiempo. Stallone estaba en la cresta de la ola en aquel momento y la cinta se recibió de mil amores porque todo lo que tocara Stallone o Arnold era entretenimiento asegurado al cien por cien. Si la disfrutaste en su contexto puede que la recuerdes con intensidad y de forma positiva. Objetivamente, cosa que no me gusta emplear, tengo que decir que a día de hoy el tiempo le ha pasado factura y no barata precisamente. Tiene unos huecos argumentales y unas tramas muy obsoletas, pero son reflejo de un tipo de cine que gustaba muy mucho en su época y como testimonio de esto mismo, encierra mucho valor la película en este aspecto.
Cine y esencia de los 80 embotellado, aunque hay botellas que mejor no abrir. ¿O si?

Ahora vamos con la segunda parte del artículo. El videojuego de Spectrum basado en Cobra. Lo bueno de estas tremendas chapas que os doy, es que me ahorra trabajo a la hora de hablar del juego. 

El videojuego de Cobra
Para seguir en equilibrio con el comentario de la película, empezaré por su ficha técnica, ficha que he tomado prestada de World of Spectrum.
Cobra
Año de publicación 1986
Por Ocean Software Ltd y distribuido por Erbe Software S.A. en España
Autores Jonathan M. Smith, Steve Cain, Martin Galway

Había algo que me ocurría a menudo cuando me enfrentaba a un videojuego de Spectrum: la exploración y el descubrimiento en su estado más puro. Llegaba al juego en completa tabula rasa. Primero había que descubrir que teclas movían aquello. Iba pulsando una a una alternando mirada entre el teclado y la pantalla para ver si había alguna respuesta (esto cuando no había el clasico «define keys» naturalmente). Con las teclas aprendidas había que descubrir el movimiento del personaje y por último, ver que había que hacer en en entorno del juego. Estarás pensando que era un piratilla y que bastaba con mirar las instrucciones, bueno…pues va a ser que no. 
No creáis que piratee mucho en Spectrum, pero tampoco creáis que aclaraban mucho las instrucciones más allá de las teclas de control y una ligera información de lo que trataba la aventura. El resto, exploración y descubrimiento. Han pasado más de treinta años y sigo sin saber que cojones hacer o como coño se juega al Pyjamarama …y eso que me encanta el juego.





Con Cobra también salpicó la exploración y descubrimiento, aunque infinitamente más fácil de deducir que Pyjamarama, desde luego.
Hoy en día te enfrentas a un determinado género y mas o menos sabes lo que tienes que hacer, sabes que hay una historia que va de A a B, con tantos caminos intermedios que quieran meternos, pero tienes un camino marcado en la «brújula». Pero el saber en qué género me encontraba no ayudaba mucho, la verdad. Es un arcade puro y duro…pero…  «¿Qué tengo que hacer? ¿cómo me paso esto? ¿quienes son esos? ¿Por qué me ataca un carrito de bebe? ¡¡Ah vale!!, hay que hacer esto y lo otro y lo de más allá…» a esto me refiero con el estado puro del descubrimiento. 
Un vez descifrado que hay que hacer, vamos a ver qué es lo que nos ofrecía este juego:


A estas alturas no os voy a contar la trama o la historia del juego ¿no?. Jonathan ‘Joffa’ Smith fue el encargado de convertir la película a juego de Spectrum y para realizarlo se basó en el género que mejor le sienta a la película: Un frenético arcade, un «corre y dispara» en el que el ritmo de la acción no para ni un segundo. Y lo hizo a la perfección. Casi un milagro para tu Spectrum, la esencia de los juegos de los salones recreativos en apenas 48k de memoria. 
Jonathan ‘Joffa’ Smith ya había trabajado en otras adaptaciones de recreativa para el Spectrum y se nota, vaya que si se nota. La experiencia es un grado y Cobra es un buen ejemplo. Antes de convertir al ZX las aventuras de Cobretti ya había trabajado para Spectrum en Mikie, Green Beret e Hyper Sports, ahí es nada, auténticos pesos pesados del 48k de Sinclair. Todo el conocimiento adquirido se empleó para traernos uno de los arcades más brillantes al Spectrum. 

El juego se desarrolla en tres fases: Un polígono industrial, una especie de bosque y un almacén donde está el jefe final, es decir, el Carnicero Nocturno. Una vez acabado con él, de vuelta a empezar. ya saben, uno de esos tantos juegos de bucle infinito.
La jugabilidad, me repito, es frenética. Puro arcade en el que no pararás de correr, saltar, disparar acuchillar, trepar, cabezonear, esquivar etc etc. Nuestra misión es acabar, aniquilar, matar, en definitiva, borrar del mapa a todo enemigo, a todo bicho viviente de cada sector o fase. Una vez limpio de escoria humana la fase, pasamos a la siguiente. Pero «ojocuidao», hay un requisito imprescindible para pasar a la fase siguiente, no basta con acabar con todos tus enemigos. Es necesario que lo hagas en compañía de Ingrid. La dama en apuros estará por algún lugar random del mapa. Debes encontrarla y desde ese momento se quedará pegada a ti como una lapa. Esto has de repetirlo en todas las fases y de vuelta a empezar. 
Para acabar con nuestros enemigos contamos con varias armas que facilitarán la tarea. Al principio se hace duro y difícil ya que saltamos a la arena de juego «desnudos» Deberemos esquivar a los enemigos, esquivar los «cobetes» que lanzan las mozas con sus «bazocas», esquivar los carritos de bebes como en el Acorazado Potemkin, estos no nos matan pero nos frenan la carrera, esquivaar y esquivar, en este punto el único arma de destrucción masiva con el que contamos para acabar con la fauna es nuestra testa. Nos abriremos paso en los primeros compases de la fase a cabezazo limpio hasta que alcancemos la primera hamburguesa. ¿Os acordáis de lo de la exploración o descubrimiento? una hamburguesa o cualquier tipo de carne en los juegos es salud, repone la vida. Pues aquí no, aquí son las armas del juego. Cada hamburguesa que sumemos nos dará el «armerio» necesario para acabar con los enemigos: cuchillos, pistolas, metralletas y hasta un puto laser. Las vidas vienen representadas con guantes de boxeo. ¿¿?? 
Una clarísima referencia a Rocky Balboa y no es la única que nos encontramos en el juego. Entre fase y fase se puede escuchar la melodía, la musiquita de Gonna fly precisamente de Rocky. Os acordáis (seguro que si porque lo he escrito por arriba) de lo que os decía de los actores-personajes. Stallone es Rambo y Rocky y cualquier cosa que consumamos de Sylvestre lo lleva cargado en su ADN, se da por hecho. Nosotros lo sabíamos y Jonathan Smith también.  
Perderemos una vida guante cuando nos alcance un enemigo con una serie de matices. Si tenemos el kit completo de Cobra, es decir, vamos con la chica y con arma en ristre, si el enemigo nos alcanza perderemos el arma, si nos vuelve a alcanzar perderemos a la chica y si vuelve a hacerlo, perderemos un guante y/o vida. 
En cuanto al apartado técnico he de decir que sorprendente. Un scroll muy suave, plagado de color y plagado de Sprites en pantalla. Toda una proeza gráfica para el spectrum. Además, que el tono o toque caricaturesco que J.Smith le otorgó al juego, le siente de maravilla. Un claro ejemplo este Cobra de que un videojuego puede igualar o superar en experiencia de entretenimiento a la película. ¿Y la música? bien gracias. 
Despedida y cierre
Para terminar, dejaré un misterio. A día de hoy no se qué hacen o para que sirven los iconos que salen en la interfaz del juego del pato de goma y la Cobra. Os dejo a vosotros descubrirlo. 
Cobra es un caramelito para el Spectrum. No importa si no te gustó la película, si te gusta esto del retro, no dejes pasar la oportunidad de jugarlo.

Y llega el momento del final, de ir haciendo las maletas y abandonar el país de Cobra para emprender viaje hacia nuevos horizontes, nuevas películas y videojuegos que traer a la sección de «El cine de los 80 a través del Spectrum». Es posible que toque viajar a una Galaxia muy muy lejana…ya veremos.

Como viene siendo costumbre desde hace poco, quiero brindar y dedicar la entrada a unos amigos en especial. Esta vez no he dudado ni un segundo al respecto sobre a quién debía dedicar el artículo sobre Cobra. 
Quiero dedicarles la entrada a los amigos de Espartanos del Cine. Se que van a disfrutar de lo lindo con este homenaje que le he hecho a Cobra y al cine de los 80.
También quiero recomendaros que los sigáis por Twitter y que escuchéis su excelente podcast. Si os apasiona el cine, Espartanos del Cine es de visita obligada. 
¡¡ESPARTANOOOOS, esto va por ustedes!!! Au Au Au
>> Twitter: Espartanos del Cine <<



No se vayan todavía, aún hay más.


  No hay capítulo de el cine de los 80 a través del Spectrum completo si no dejo para el final los descartes y las curiosidades que no han cabido en el artículo pero que no quiero que se queden en el olvido. Por lo que os dejo el clásico Bonus Track de la sección. 
Bonus Track

-La película Costó (no confundir con costo marroquí) $25 millones USD de los que 10 millonazos fueron para el sueldo de Sly…casi la mitad del presupuesto de la peli, pero así funciona esto. Cuando atraes gentío a las butacas del cine te pones el sueldo que te sale de la cobra. Tu como productor o director puedes contratar a un protagonista más barato, que se yo, a Cañita Brava, pero luego vas a recaudar dos mierdas (o no), así funcionaba esto y así funciona ahora
-Y recaudó 160 millones de pavos, amen de lo sacado en videoclubes y esas cosas.
– El guión lo escribieron Stallone y Paula Gosling que estaba basado en la novela de esta última, Fair Game. De la novela salieron ideas para dos películas. Salieron ideas para el guión de Super Detective en Hollywood, pero Stallone no quería risas y comedias, queria repartir hostias como panes y lucir cobra en los pantalones y cerilla en la boca. 

-De la novela de Fair Game surgió otra peli en 1995 esta vez sin recortes y basada directamente en la novela y protagonizada por  William Baldwin y Cindy Crawford y más mala que la carne de pescuezo.

-El mítico coche que Cobra usa en la película es un Mercury Monterrey con un nuevo diseño creado especialmente para el largometraje. En la película, por los acontecimientos a los que se ve sometido Cobretti, queda destrozado. Un par de chapuzas y se lo vendió a Colombo.
-En verdad el coche de Colombo es un Peugeot 403 de finales de los 50
-La primera película de Torrente tomó prestado a forma de homenaje irónico el subtitulo de la película. Si en Cobra era «El brazo fuerte de la ley» en Torrente quedó como «El brazo tonto de la ley.
……
Si conocen algún dato o curiosidad que merezca ser contado, os invito a dejarlo en la caja de comentarios. 
Hasta aquí el artículo sobre Cobra y su videojuego. Espero y deseo que hayáis disfrutado y entretenido a partes iguales. Nos vemos en las siguientes entregas de la serie: El Cine de los 80 a través del Spectrum. Si te ha gustado el artículo, compártelo por tus redes sociales y grupos de whatsapp o Telegram, con eso, ayudas más de lo que piensas. 
¡¡¡Nos vemos!!!






-Mario Landflyer para Orgullogamer-
Mario, el brazo dormido de la ley

Créditos de las imágenes.
Las imágenes han sido tomadas de Google imagenes. Los derechos pertenecen a sus correspondientes autores.
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