Bank Panic (Arcade)

En la parte superior de la pantalla veremos si han depositado dinero o no en cada puerta, de hecho se puede dar el caso que nos roben el dinero en alguna de las mismas. Pero además en determinadas ocasiones, los malvados nos dejarán una bomba en una puerta, lo que tendremos que ir rápidamente para destruirla. 


Los clientes satisfechos al irse, podremos ver en sus espaldas que nos pueden indicar por donde puede aparecer el siguiente bandido. Además tendremos bonificaciones, en ocasiones aparece un niño (¿o será un enano?) que porta varios sombreros apilados y si somos lo suficientemente rápido de quitarle todos con nuestro revolver, obtendremos una puntuación extra.

Nos desplazaremos lateralmente, en pantalla veremos tres puertas donde esperaremos a que se abran y tendremos que decidir si desenfundar o no para abatir a nuestros enemigos. Un consejo, es mejor tener una buena vista que disparar a lo loco. Además en la mencionada parte de la pantalla donde nos dan la información de las puertas vemos el tiempo que tardarán en volver abrirse con lo que nos interesa que el banco tenga sus 12 puertas con dinero, ya que otro de nuestros enemigos es la barra de tiempo que disponemos abajo de la pantalla.

Pero a diferencia de títulos más modernos como Time Crisis o Virtua Cop, no contábamos con una pistola como solía ser habitual y nos teníamos que conformar con tres botones para cada una de las puertas y un botón para el desplazamiento, con lo cual se perdía cierta emoción de empuñar un arma pero por otro no tendríamos problemas de puntería.

Técnicamente nos encontramos con unos gráficos sencillos, pero con unos sprites de los personajes bastante grandes. Las animaciones están en lo justito, los gráficos son coloridos pero es una pena que no haya diferencia de un nivel a otro para no hacerlo repetitivo.


En cuanto a los sonidos de disparos y melodías son las típicas de la época, que nos mete de lleno en la acción. Con todo esto, nos encontramos con un juego muy sencillo pero que a la vez se puede convertir en algo adictivo o ideal también para una partida rápida.