Lydia – Análisis y reflexión

Portada del videojuego Lydia, en blanco y negro, donde vemos el logo y varias sombras en el fondo.

Lydia: ¿Habéis tenido alguna vez miedo del monstruo del armario?

Nos quejamos de la vida siendo adultos, pero ser niño tampoco es fácil.

Hola, querid@s orgullogamers. Hoy os hablo de Lydia, un juego cortito pero muy grande; de esos que empiezas cuando no tienes tiempo y, al acabarlo, te parece redondo, porque no tiene nada más que contar: en dos horas se ha contado todo.

  • Desarrollador: Platonic Partnership Ltd.
  • Editor: Platonic Partnership Ltd.
  • Lanzamiento: junio de 2017
  • Precio: 4,95 € (a mí me vino en un Humble Bundle)

Lydia

Este juego nos cuenta la historia de una niña en un mundo de adultos que no entiende. ¿Quiénes son los monstruos? ¿Quiénes son los caballeros salvadores? Viviremos la vida de Lydia en apenas dos horas, desde su niñez hasta la adultez. Conoceremos su entorno familiar y a sus amigos, y tendremos que tomar decisiones. El juego se presenta como una “novela visual” en la que interactuamos con los diálogos y el entorno para “ver” al monstruo —o monstruos— de Lydia.

Todo puede cambiar en una noche; en unas horas, una vida puede torcerse para siempre. Esa es la premisa del juego, y se presenta a la perfección. Una noche, siendo Lydia muy pequeña, su padre le cuenta un cuento, pero lo deja a medias porque su madre ha preparado una fiesta y tiene invitados. Así que: pis, dientes y a la cama.

La fiesta se las trae y la pobre niña no puede dormir. Buscando a su osito, ve una luz en el armario. ¿Será el mundo de princesas y monstruos del que le hablaba su padre?

El mundo de los monstruos

Teddy, su osito (¿no habrá más nombres para un oso? ¬¬ Llevo 4 o 5 juegos con ese mismo nombre para un juguete. ¡VARIEDAD, SEÑORES, VA-RI-E-DAD!), la toma de la manita y la acompaña por un mundo muy extraño, en el que la gente habla raro (recomiendo jugarlo con auriculares). Aunque los entendamos, los vemos como monstruos horribles…

Lydia está asustada. No entiende nada: los monstruos quieren ayudarla y, en cambio, los caballeros van “bebidos” y le hacen dudar de su caballerosidad. Visto el percal, sale corriendo del armario. Intenta dormirse, pero es imposible. ¿Por qué hacen tanto ruido los adultos? Teddy le promete que los monstruos de su armario no le harán daño… no más que sus propios monstruos.

Había una vez una niña…

La vida de Lydia es, en apariencia, la de cualquier otra niña de su edad, pero todo está a punto de cambiar. La noche de la fiesta todo se desmorona. Sus estudios empiezan a ir mal; no se concentra y solo sueña despierta. En la adolescencia, las drogas y el alcohol la tientan (más monstruos). Sus amigos de toda la vida han cambiado… ¿madurado? ¿Pero por qué, si los adultos solo hacen cosas malas, cosas que hacen daño a otros y a sí mismos?

No es que los adultos la hayan tratado mal; pero tampoco la han tratado bien (no todos, claro, pero la pobre se cruza con cada pieza…). Su madre es una alcohólica festera que tontea con las drogas, demasiado.

Reflexiones de una vida complicada

Una noche de acampada con su padre y unos amigos, Lydia se entera —desde la tienda— de que su “padre” no es tal: se casó con su madre por pena, y está harto de pañales, mocos y deberes. A la mañana siguiente, su padre ya no está.

De adolescente apenas tiene amigos; se ha cerrado en sí misma y sale con los vecinos de toda la vida, que beben y consumen drogas, demasiadas… incluso conduciendo. Su amiga es una celosa peligrosa: no confía en Lydia ni en su novio. La discusión se calienta más de la cuenta y termina en un brutal accidente de coche. ¿Se podría haber evitado? Posiblemente, si Lydia no hubiera llevado el alcohol robado a su padrastro ni la droga de su madre (cuando saca el bolso en el coche flipé: cucharillas, papelinas, pastillas…). Pero el mal ya está hecho.

Entonces todo vuelve a cambiar. Regresa a ser una niña de apenas cuatro años, buscando a su osito, en una noche de tormenta y con una fiesta que no la deja dormir.

La imagen de la fiesta es lo más horroroso para una niña: “los monstruos existen”. Sexo, drogas, alcohol, violencia… todo a plena vista. Sí, son sombras difusas, monstruos grises, pero no sé qué clase de padres hacen eso. Una orgía de desenfreno con una niña arriba. Por ese motivo, la niña “busca a sus caballeros blancos” para enfrentarse al monstruo más peligroso de todos: su propia adultez, que la atenaza y se asoma; y ella no quiere, bajo ningún concepto, que sea igual de horrible que la que ha vivido en su entorno.

Y todo esto, en menos de dos horas.

¿Y cómo sabremos que lo hemos hecho bien?

Cuando salte el único logro de Steam.

La vida es un camino de rosas, pero con espinas. Solo hay que cuidarse de no pincharse en exceso y conseguir, al menos, una rosita…

Lydia transmite: te hace llorar, sonreír, cabrearte… Es enorme y, a la vez, pequeñito. Como juego, Lydia es único.

@IstharVegaLunaMi misión es llevar la Cuquimonosidad por el universo

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