Como Naughty Dog utiliza la mano de Ellie para narrar en The Last of Us: Parte II, dejándonos detalles nuevos sin descubrir.
El temblor de la mano de Ellie. En esta eterna espera que estoy sufriendo hasta el lanzamiento de la expansión de Elden Ring, Shadow of the Erdtree, me encuentro limpiando el ingente backlog de juegos que tengo pendientes y, por si fuera poco, rejugando a algunas de las cosillas que más me han gustado a lo largo de estos años. Es una práctica que realizo bastante, pues siempre me gusta tener en marcha algún juego que ya haya jugado, para aquellas sesiones en las que lo único que te apetece es jugar a algo sencillo, sin calentarte la cabeza y sabiendo a lo que te enfrentas.
Durante mucho tiempo reservo este espacio a los juegos de la saga Souls, pues muchísimas horas a los juegos de From Software han conseguido que estos juegos sean mi lugar seguro, a donde regreso cuando busco desconectar. No obstante, había un juego al que llevaba tiempo queriendo volver pues, aunque he jugado muchísimo (casi hasta lo enfermizo), hacía mucho tiempo que no tocaba el que considero, y más a día de hoy, uno de mis juegos favoritos de toda la vida. Sí, hablo de The Last of Us Parte II.
Después del genial estreno de la serie, rejugué al remake que tanta polvareda levantó pero tan genial me pareció en su día. Decidí dejar reposar la saga antes de lanzarme a su secuela, y Sony tuvo a bien (o a mal) anunciar un remaster para PlayStation 5 en el que se incluían unos extras menores. Total, que no necesitaba una excusa para volver a rejugar uno de mis juegos favoritos, pero Sony me lo puso en bandeja.
Pero hoy no he venido a hablaros de cómo me organizo para jugar, no. Hoy quiero hablaros de un detalle que me ha desvelado uno de esos extras de la versión de PS5. Algo menor que el equipo de desarrollo decidió eliminar del juego y que, a mi parecer, fue un error. Y digo que fue un error porque podemos ver los vestigios de ese pequeño detalle eliminado que, con el contexto adecuado, lanza un mensaje muy potente sobre la protagonista de la saga: Ellie.
The Last of Us Parte II es un videojuego que gira en torno a la violencia y a la venganza, pero también habla de la pérdida, el dolor, el duelo y cómo los sentimientos pueden sobrepasarnos en determinados momentos. Todo esto lo focaliza principalmente en Ellie pues, pese a que estamos ante una historia de dos, la pelirroja es la que más muestra su corazón abierto y sus heridas sangrantes.
En los extras de la versión remasterizada encontramos que Naughty Dog incluyó tres “niveles perdidos”, es decir, secciones de juego que fueron descartadas del producto final y, por tanto, están incompletas. Aquí podemos ver algunas de las ideas que tuvo el estudio y nos detallan las mismas, explicando qué querían y por qué se descartó la idea del juego final.
Pues bien, la primera de estas ideas descartadas sucede al principio del juego. Para situarnos, la historia del presente de The Last of Us Parte II comienza el día después de una fiesta que se organiza en Jackson, la colonia de supervivientes que han montado el hermano de Joel y su mujer. De dicho baile sólo sabemos dos cosas por los diálogos iniciales del juego. La primera es que Ellie pilló cacho y se besó con Dina, la que luego será uno de los personajes más importantes. La segunda cosa que sabemos es que hubo algún tipo de problema con Joel y la cosa anda regular entre ellos dos. Este segundo detalle, los problemas entre Joel y Ellie, es algo que se sigue explorando a lo largo de todo el juego.
Pero vayamos con el primer detalle, el beso con Dina. Por el contexto y por las anotaciones del diario de Ellie, sabemos que Ellie siente algo por ella mucho más allá de la amistad. Esto, en el juego, lo vemos… de pasada. Hacen menciones que dejan entrever el flirteo que siempre ha habido entre ellas, pero nunca lo muestran explícitamente. Y es aquí dónde entra el primer contenido recortado del juego.
Como ya he dicho, este contenido sucede durante la fiesta en la que ocurre el beso con Dina. El estudio nos explica que el juego comenzaría aquí y que serviría para ver cómo era la vida de Ellie en el asentamiento. El ambiente es festivo y hay distintos juegos con los que el estudio pretendía que el jugador se familiarizase con los elementos principales de la jugabilidad. También nos sirve para ver cómo Ellie se relaciona con la gente, ya que podemos jugar con niños, sentarnos en una hoguera a charlar con los aldeanos e, incluso, conocer a la ex y autora del tatuaje que lleva Ellie. Pero esta sección nos muestra algo mucho más importante: el temblor de la mano de Ellie.
Este contenido eliminado comienza con un primer plano de la mano de Ellie. La mano está inanimada, pero la voz en off nos dice que se encuentra temblando por los nervios que siente Ellie ante lo que se viene. El plano sube y podemos ver a la protagonista apurando una cerveza mientras dice no saber qué le pasa ni entender por qué está tan nerviosa. La respuesta a esto la encontraremos en el futuro, cuando leamos el diario de Ellie y veamos que fue Dina quien la invitó a ir al baile.
Pues bien, este primer plano a la mano temblorosa de Ellie lo veremos repetido en dos ocasiones más durante el juego. La segunda ocasión es cuando Ellie, tras despedirse de Joel en su tumba antes de escapar de Jackson en busca de su venganza, va hasta la casa de la que fue su figura paterna y se para un segundo en la puerta antes de entrar. Aquí el plano se vuelve a centrar en su mano y en el temblor de una chica que no supera una pérdida tan dura y cruel para ella. Un temblor de miedo hacia un abismo que le parece insondable.
La tercera vez que vemos este mismo plano es al final del Día 2 en Seattle. Ellie, empeñada en su búsqueda de Abby, pone rumbo hacia el hospital de la ciudad, pues ha escuchado que allí se encuentra una persona que le puede dar información sobre su objetivo. Nora, la persona a la que está buscando, estuvo presente durante el asesinato a Joel, lo cual motiva aún más a Ellie, pues puede despejar alguna de las dudas que corroen su mente.
Ni harta ni perezosa se dirige hacia allí, completamente sola, a meterse en la boca del lobo. Consigue traspasar las defensas enemigas y dar con Nora, a la persigue durante todo el hospital hasta arrinconarla en un callejón sin salida en una de las escenas más brutales del juego.
Aquí Ellie se encuentra cara a cara con uno de los asesinos de Joel. Nora, que está en sus últimos momentos de vida debido a la respiración de esporas, lucha inútilmente por sobrevivir. Ellie, que se sabe vencedora debido a su inmunidad, disfruta de cada segundo acercándose, con muy malas intenciones, a su objetivo. Tras un intercambio de palabras en el que Nora descubre que está ante la chica inmune que durante tanto tiempo buscaron los suyos, los Luciérnagas, ésta le dice que Joel bien muerto está y que no pretende decirle a Ellie dónde se encuentra su amiga Abby.
Ellie no está dispuesta a ceder ni un palmo y, tubería de hierro en mano, le dice que puede hacer que su muerte sea rápida o lenta y muy, muy dolorosa. Aquí Nora se planta. El juego cambia a un primer plano de la cara de Ellie, la cual tiembla de rabia y de ira, mientras indican al jugador que debemos pulsar el cuadrado para asestar el primer golpe. El segundo. El tercero. Fundido a negro tras escuchar los gritos de rabia y ver la cara de Ellie totalmente desfigurada por la rabia.
El siguiente plano que vemos es, una vez más, de la mano temblorosa de Ellie. Esta vez la mano está ensangrentada. Una vez más, Ellie tiembla. Tiembla de rabia y de horror por lo que acaba de hacer. Tiembla porque ha visto lo que la ira es capaz de hacer con su cuerpo, con sus sentimientos. Tiembla, en definitiva, porque ya no es aquella chica que estaba nerviosa ante la expectativa de un beso añorado.
Nervios, miedo y rabia son los sentimientos que vemos reflejados en la mano temblorosa de Ellie. Unos sentimientos que nos indican la evolución del personaje a lo largo del juego y cómo éste lidia con las diferentes situaciones. Los nervios previos a un beso reflejan la tranquilidad en la que vive Ellie en una etapa de su vida en la que parece no importarle demasiado la situación global porque está a gusto. Luego el miedo ante lo desconocido, ante la pérdida y cómo afrontar un mundo en el que has perdido aquello que te ha dado todo. Y finalmente temblores de rabia. Una rabia incontrolable ante la que ha sucumbido toda tu personalidad. Una rabia que te ciega y que no te permite ser tú.
Mientras estaba rematando este texto he recordado una escena más en la que se repite este mismo plano de la mano de Ellie. Dicha escena sucede al final de la aventura cuando Ellie, tras tener una lucha encarnizada a vida o muerte contra Abby, regresa a la granja dónde en tiempos pasados fue feliz con Dina. Este regreso supone los últimos momentos jugables de The Last of Us Parte II, y lo primero que vemos antes de coger el mando de nuevo es el mismo plano de la mano de Ellie, pero ahora todo ha cambiado.
Dicha mano está mutilada por la falta de las falanges de dos dedos, los cuales perdió en su vorágine de venganza cuando Abby se los arrancó de un mordisco. En este plano, además de la mano destrozada de Ellie, vemos la granja al fondo; abandonada, sin vida ni alegría. Como Ellie. La mano aquí ya no tiembla. Ni por nervios, ni por miedo ni por rabia. Es una mano en calma, en paz, pero que, a su vez, ha perdido algo. O lo ha perdido todo.
Esta sensación de pérdida, que el juego pretende mostrar con el plano, se hace evidente cuando Ellie coge la guitarra por última vez e intenta tocar los acordes de Future Days, de Pearl Jam. Estos acordes son los primeros que tocamos en el juego, y los tocamos con Joel la misma noche en la que en un intento por volver a acercar posturas con Ellie, le dice que a partir del día siguiente le enseñará a tocar la guitarra.
Ellie ya no puede tocar la guitarra más. Su venganza por Joel la ha llevado a perderlo todo, incluso aquel legado que más profundamente le dejó. Su mano está mutilada, como la propia Ellie, y podrá volver a sentir nervios, miedo o rabia, pero siempre lo hará con el vacío inllenable que dejó Joel.
He escrito dos libros con mis desgracias. Soy sociólogo y redactor a tiempo parcial. Miyazaki y Kojima os como los huevos. También soy un borrachuzo.