¿He perdido el tiempo jugando al modo Balance del Alma de Soul Calibur VI?

Soul Calibur VI

Le he dado una oportunidad al Soul Calibur VI (y al modo Balance del alma) después de quince años sin jugar a la saga.

Balance del Alma de Soul Calibur VI. Últimamente, estoy jugando mucho. Estoy dando oportunidades a juegos que me voy encontrando en ofertas o bundles. Muchos de esos títulos son indies. Pero vi lo que pensaba que era una ganga por el Soul Calibur VI y aproveché para adquirirlo en Xbox Series S. Técnicamente, cumple todas mis expectativas y luce mejor que nunca. No obstante, no puedo hacer otra cosa que no sea sacarle pegas al modo Balance del alma, que reemplaza al mítico modo Maestro de armas.

Soul Calibur VI

La sombra del Soul Calibur II y el modo Maestro de armas

Soul Calibur VI me llamó bastante la atención, pero por un motivo tonto: me vino a la mente el Soul Calibur II que tuve para la Game Cube. Creo que todo el mundo con dicha consola lo compró, ya que, después de todo, ¡estaba Link! Y lo cierto es que me gustó bastante y en casa le dimos horas y horas. Especialmente al modo Maestro de Armas.

Para quien no conozca este modo, presentaba un modo historia con misiones, «mazmorras» y combates con condiciones especiales. Aunque al final fuese una sucesión de combates, porque, para qué engañarnos, es de lo que se trata un juego de peleas, lo aderezaban para que resultarse atractivo. Viajabas por el mundo yendo a diferentes localizaciones donde te encontrabas a los personajes del juego y te tropezabas con ellos por necesidades narrativas; estaban ahí para unirse en tu aventura. Había incluso mazmorras que debías completar abriéndote paso habitación a habitación.

Lo cierto es que estoy viendo ahora imágenes para escribir este artículo y, aunque en mi cabeza suena fenomenal, el mapa del Soul Calibur II era bastante deprimente en comparación a lo que cuento de él. Pero eh, nadie me quita el grandísimo recuerdo del juego.

Modo Balance del Alma

Es cierto que ahora el viaje es en un mapa mayor y con muchas más localizaciones, muchos más enemigos y tramas. Pero me resulta un viaje insulso, sin importancia. La trama principal te presenta la Organización Aval y el nuevo personaje, Grøh, con el que no he conectado. Parece un héroe shonen cuya única forma de mostrar su incremento de poder es cambiando su color de pelo. Incluso me parecería más lógico encontrarme a Geralt de Rivia por el mapa.

Es evidente que mi recuerdo sobre Soul Calibur II condicionó especialmente la forma en la que juego al último título de su saga. Pero no recordaba que hubiese tantos diálogos y tan pobremente desarrollados. Algunos de ellos están forzados para que cada punto del mapa con misión no resulte al mismo nivel que los encuentros aleatorios que surgen al viajar.

Mapa

Diferente peluca, mismos «putiasos»

A la larga, este modo llega a aburrir. Aburre encontrar la misma configuración de ataques una y otra vez, porque, si bien son un total de veintidós personajes, es cómo encontrar continuamente el mismo enemigo, pero de otro color, como sucede en los juegos RPG antiguos. Pueden cambiarle el color de pelo, la ropa o la estatura, pero tendrán una de esas veintidós configuraciones de ataque.

Aunque debo confesar que este modo no puede dar más de sí mismo. Lo he superado pulsando repetidas combinaciones de X+Y. La dificultad que pueda tener recae en sí tiene más vida o mucha más vida que tu personaje. Entiendo que, si lo hubiese jugado hace quince años, sí me hubiera marcado de alguna forma.

Soul Calibur VI

Balanza de nada

A pesar de todo lo que comento, es verdad que encuentro algo interesante en Soul Calibur VI, y esto es el poder cambiar el curso de la historia con tus decisiones. Y eso hasta donde tengo entendido, porque el nombre del modo viene dado porque tienes una balanza (el bien y el mal) que marca la moralidad de tu personaje.

Pero solo recuerdo tres o cuatro ocasiones de toda la trama donde implicase un cambio de balanza y el primero es básicamente este (no miento): ¿Prefieres la espada de color rojo o la azul? Como me gusta más el rojo, escogí la espada roja y… ¡Zas! ¡Al lado malo de la historia! Una elección entre la Soul Edge o la Soul Calibur presentado de la manera más torpe posible.

No creo que hayan jugado bien con este elemento, que parece más un añadido de última hora, siendo lo que da nombre a todo este modo. Igual, solo igual, debería volver a pasármelo por ese supuesto lado del mal y quedarme en la parte roja de la balanza. Pero mi tiempo vale más que lo que me costó este juego.

Soul Calibur VI

Conclusiones y reflexión final sobre el Balance del Alma de Soul Calibur VI

He pensado de qué forma mi recuerdo condiciona lo que espero de cada juego. Y, al final, cada título debe contextualizarse en cada generación: Soul Calibur II era una joya en la era de la Game Cube y, ahora, sería poco más que una piedra del horóscopo. En cambio, Soul Calibur VI está bien, técnicamente, y da lo que promete; pero no brilla tanto, ni parece una piedra tan bonita en ojos de una persona que, como yo, no lo sabe valorar.

Somos un puñado de gente que conocimos los juegos de lucha por diferentes circunstancias. Pero no es un género que nos guste especialmente, por lo que el único motivo por el que podríamos haber comprado Soul Calibur VI era porque estaba de oferta.

El modo Balance del Alma nunca va a sustituir el recuerdo que tengo del modo Maestro de Armas. Aun siendo superior en muchos aspectos, a pesar de sus diálogos y la triste mecánica de moralidad. No obstante, lo he terminado jugando por inercia, de segundo plano, mientras escuchaba streamings o hablaba con amigos en Discord. De haberlo jugado sin ese apoyo de estímulos, no creo que ni lo hubiese acabado y hubiese sido, por tanto, una completa pérdida de tiempo. Afortunadamente, esto no fue así. Pero no fue por méritos propios.

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