Retro – Análisis: Horacio Esquiador

Más que Retro-análisis Prehisto-análisis...

 El primer personaje de videojuegos que recuerdo, fue el Horacio de Spectrum. Antes conocí otros, en los salones recreativos por supuesto, pero me estoy refiriendo al primer personaje fuera de los árcades de bar o salón,  del que fue mi primer ordenador, que como ya dije fue el 48k de Sinclair.

Aparte de surgir de la caja de embalaje, el pequeño monstruo del entretenimiento lúdico, aquella media cuartilla con las teclas azulonas de esponjoso tacto, el genial Spectrum, también aparecieron unas cuantas cintas de Cassette, en un principio pensé:

-Anda mira que majos estos de Sinclair!, nos dan unas cintas para que mientras nos viciemos a los juegos, podamos escuchar a…a ver, “Chequered Flag”, “Chess”, “Pssss”  pues no, no conozco a los grupos, debe ser música genérica para ambientar… espera!, aquí hay uno que parece un cantautor de esos…a ver…si, “Horacio el Esquiador”, mmm tampoco lo conozco, debe ser algún conocido de Javier Krahe…

Lleno de incertidumbre, puse el Horatio en mi cadena musical JVC de 500 mil vatios…subí el volumen al 6 de las 10 posiciones que tenía y para entendernos, aquella cadena al 6, cada vez que ponía música, la tarareaban mis vecinos del bajo aún yo viviendo en un quinto, presione el Play y…no dejé un cristal vivo en casa…aquello no era música, o por lo menos no me lo parecía a mí, salvo que fuese alguna mierda moderna de esas del tecnomix…más bien era como si estuvieran matando a un cochino. Para tristeza de mis tímpanos, descubrí que aquella cosa no era música ambiental, si no los juegos en sí.

Porque efectivamente, el cacharro funcionaba con cintas, en ellas residía la fuente de la diversión.

Después de agenciarme un radio-cassette para enchufarlo al ordenador, esta vez sí, metí la cinta en el lugar correcto y solo tuve que poner Load “” enter y darle al play para volver a escuchar al cochino, esta vez de forma menos dolorosa para las orejas, pero igual de molesto.

Después de unos minutillos de carga, ahí estaba él:

Hablemos de Horacio, intentar describir la constitución del personaje es un poco complicado. Fijaos en la imagen de la portada de esta entrada, ¿veis ese pegote azul?, pues no es un anuncio de La Caixa, eso es Horacio, como comprenderéis cualquier descripción nace de la libre interpretación. Es una especie de humanoide antropomorfo eso sí, con un par de piernas y dos orificios en el pecho a modo de ojos o lo que yo creía, brazos en perspectiva que simulaban las stick de los esquís o un hombre rechoncho primo lejano de Sonic, con chaqué y dos medallas del congreso, por mérito al valor. En fin, de libre descripción, todo un chollo, ya que el personaje encaja en un sinfín de géneros.

Sabemos que le gusta comer césped con forma estrellada, como la sopa, que le gusta esquiar y que tiene miedo a las arañas.

Su padre es William Tang, sí como el zumo en polvo, y concibió a este “cuasimodo” electrónico allá por los años 80. Tang, pretendía que su Horacio fuera una especie de mascota oficial de Sinclair, o más bien de Spectrum, para lo cual desarrolló para el mismo una trilogía de juegos para el ordenador del tío Clive. Ya sabéis que si en los 80 no tenías una trilogía o una mascota eras una mierda.

De modo que realizó:

Horacio el Glotón, un pseudo Pacman pero en plan cutre, que tratándose de los juegos de Horacio lo cutre era su marca de identidad, y Horacio y las arañas.

"Horacio el Glotón"

"Horacio y las Arañas"

Horacio esquiador

El juego consta de dos pantallas, una en la que aparece una carretera de doble sentido con un tráfico digno de un puente de Semana Santa, por el que concurren, coches, motos, camiones, (atención al detalle de los camiones con su transporte de “hardware” que a juzgar por su ir y venir, intuimos que estos de Apple ya están preparando otra buena), y... la jodida ambulancia.

Nos situamos en el lado superior de la pantalla, a un extremo de la calzada, nuestra misión es atravesar la carretera infernal hasta llegar a la tienda de esquís de una pieza, sorteando y esquivando el tráfico, en este sentido, el juego es un clon de Frogger, pero esta vez y sin que sirva de precedente me quedo con Horacio. Una vez conseguido los esquís, de vuelta a cruzar otra vez la calle, si llegamos sanos y salvo premio…

Esto nos llevara a la segunda y última pantalla del juego, a la zona para esquiar. Un Slam de toda la vida con sus pinos donde dejarte los piños (recuerda, que Horacio tiene mil formas y ahora esos medallones se nos antojan piñata), unos montículos o repechos donde poder hacer cucamonas y el típico circuito de banderitas, que al recorrerlo nos darán puntitos. Porque esa es la única finalidad del juego, y no sólo este, las primeras hornadas de juegos de la era Spectrum (y antes con Atari naturalmente) eran un cúmulo de repeticiones para amasar más y más puntos. Los diálogos, los guiones, las historias complejas, vendrían años más tarde.

Una vez llegabas a la meta, otra vez de vuelta a la carretera, así hasta que reseteabas el ordenador, o se te acababa la pasta. ¿Pasta? Si amigos, el cruel y vil metal. Comenzamos nuestras andanzas con 40 pavos en el bolsillo. Los esquís nos costarán 10, teniendo en cuenta que si nos pilla un coche en la carretera la ambulancia nos cobra 10 pavos, (a este juego, jugó de pequeña Esperanza Aguirre seguro…) eso hace un total de 3 vidas…

Horacio Vive

En 1985, el señor Tang, preparaba otra entrega de Horacio: Horacio al rescate, pero nada más se supo de él.

A parte de los remakes, en 1995, un fan (debemos ser dos, el señor Bob Smith y yo) realizo un pequeño homenaje al personaje desarrollando una nueva entrega de Horacio, para Spectrum el cual lo podéis disfrutar para vuestros emuladores El título “Horace in the Mystic” unas imagencillas del bicho:





Conclusiones:

"Remake"
 Estando tremendamente condicionado por mis recuerdos, y siendo totalmente subjetivo, debo admitir que este Horacio fue uno de mis juegos, no diré preferidos de aquella generación pero si de los más jugados, tardaba poco en cargar y daba diversión inmediata, suficiente para pasar una, de las cientos de tardes que compartí con él, mi Spectrum y  mi bocadillo de Nocilla.

Nota: 5.5

Por El Abuelo Cebolleta para Orgullogamer


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sone

Horacio… el parche para cualquier género. Mucho escrito has sacado para tan poca cosa, en términos simplistas XD. No conozco de nada al personaje, no es de mi época. Más que nada porque todavía era un proyecto en proceso de gestación, o ni eso. Está claro que tuvo su lugar. Siempre es bueno conocer un pedacito de historia videogueguil.

Eso sí, vaya tela meter el cassette donde no tocaba XDD. El coro de los cochinillos descuartizados

baito100

Era lo peor de la era spectrum, las cargas, si todo iba bien (casi siempre daba error de lectura del cabezal del casette y tenias que andar limpiando con un bastoncillo de las orejas con alcohol) esperabas en torno a los 10 o 15 minutos de carga. Como mínimo!! jeje, Ahora cuando leo que gente se rasga las vestiduras porque tienen que esperar 5 minutos para que se instalen los juegos en sus ps3 o xbox 360…me descojono!!! XDD

317words

Singular personaje este. Jamás había oído hablar de él. Me llama la atención que tenga nombre propio y todo, porque de lo poco que conozco de ordenadores de 8 bits, eran todo juegos simplones sin argumento ni protagonista estelar.

El Horace in the Mystic Woods tiene buena pinta. 🙂

Abuelo Cebolleta

Lo que si eran, para la época claro, a pesar de su austeridad por ser de los primeros de spectrum, era puro vicio. Tardaban poco en cargar, y siempre eran buenos para cargar un último juego y echar el rato al acabar la jornada videojueguil.

Un saludo!

Luján

Sin duda, los juegos de aquella época marcaron un hito en la historia.

Si no fuera por aquellos juegos que algunos que no vivieron esa época llaman simplistas, no habría hoy videoconsolas como las que están en el mercado.

Es más, es impresionante cómo conseguían meter todo ese juego en "tan sólo" 16K

Abuelo Cebolleta

Lo del spectrum y su memoria es de traca! a eso llamo yo optimizar los recursos!! 🙂
Un saludo y bienvenido Sr Luján!

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