Mpact Games LLC busca crear nuevas experiencias con su For Honor particular. Profundizaremos en sus características con este análisis de Hanako: Honor & Blade.
Desde poco después del año 2010, una vertiente competitiva de los videojuegos comenzó a engrandecerse y a conseguir cada vez más adeptos. Juegos como Chivalry: Medieval Warfare, War of the Roses o el queridísimo Mount & Blade nos ofrecían batallas multitudinarias online donde nos sentíamos como auténticos caballeros. No obstante, la fórmula fue refinándose y explorando nuevos campos. Así fue el caso de For Honor, el título de batallas feudales de Ubisoft combinaba batallas masivas donde pocos jugadores se enfrentaban, mientras los «minions» hacía tareas más superficiales. En el caso del análisis de Hanako: Honor & Blade que hoy os presento, volvemos a la raíces del género de la pasada década, con una propuesta que recuerda por momentos a Deadliest Warriors envuelta en un precinto feudalista japonés que le va de maravilla.
Bienvenido al periodo Sengoku, samurai
Hanako no es un título que se quiera engrandecer mediante grandes palabras. Su idea es básica y directa: enfrentarnos a otros jugadores, valiéndonos de las habilidades de nuestro personaje y ciertos elementos que se dispensan en los escenarios.
A nuestros mandos estaremos en posesión de 4 clases de guerreros: espadachines, arqueros, lanceros y ninjas. Cada uno es de su padre y de su madre, es decir, que presentan sendas diferencias jugables frente a sus compañeros. Dominarlos todos no será cosa de echar unas pocas partidas. Todo lo contrario; aunque tenemos un tutorial bien apañado, donde realmente nos forjaremos será en el fragor de las batallas multitudinarias contra otros jugadores.
Porque, de verdad o los digo, jugar con el espadachín no tiene absolutamente nada que ver con elegir, por ejemplo, al arquero. El primero apostará más por las habilidades de aguante y golpes contundentes, mientras que el segundo se centrará en salvar las distancias contra sus oponentes mediante ataques rápidos y en área.
Y es que el periplo de las habilidades es realmente el que macará las diferencias. Al iniciar cada batalla tendremos una serie de puntos, que podremos repartir entre las habilidades mostradas en una suerte de rueda. Deberemos formar nuestra «build» escogiendo entre habilidades pasivas, activas y técnicas de combate. Claro está, las de combate serán habilidades que podremos ejecutar pulsando un botón, soltando una suerte de animación épica que se encargará de hacer daño masivo a nuestros contrincantes.
Fluidez antes que hiperrealismo gráfico
Mpact Games LLC es un estudio humilde y, como tal, su propuesta también lo es. No estamos ante el vanguardismo gráfico, ni lo pretende tampoco. Hanako: Honor & Blade busca ser efectista, con un despliegue visual que hace sus papeles en cuanto a ambientación se refiere, pero nada más.
Su paleta de colores es muy apagada, y la misma oscila en demasía entre los rojos y los amarillos, empalagándonos las retinas con su gama cálida que puede llegar a cansar con el tiempo. Los modelos de los personajes poco se diferencian de los de un musou cualquiera, y las animaciones nos dejan en situaciones donde al arquero se le sale el hombro del sitio cada vez que dispara.
Lo mismo podríamos replicar para sus menús: son demasiado sencillos y austeros, y la navegación por los mismos puede volverse confusa. Por el contrario, si hablamos de HUD, podemos rebajarnos con un par de adulaciones. Personalmente, me parece que alcanza el equilibrio perfecto entre austeridad funcional y originalidad.
Mediante dos flores de loto -una blanca y otra rosa- tendremos nuestros indicadores de salud y estamina, respectivamente. Conforme nos vayamos quedando sin salud o energía, las flores irán perdiendo sus pétalos y así sabremos cómo de mal (o de bien) anda nuestro guerrero. Por otra parte, el juego nos ofrece en pantalla información sobre el daño que hacemos mediante dígitos que se desprenden del cuerpo de los enemigos golpeados. El color de los mismos va en consonancia con su tipología. Es decir, si hacemos daño, saldrán números rojos; si somos curados, saldrán de color verde.
¿Personalización? Bueno, sí
Copiando el sistema que ya pudimos experimentar en Chivalry: Medieval Warfare, Hanako: Honor & Blade nos deja trastocar algunos elementos de nuestros guerreros para diferenciarnos del resto de jugadores de la batalla. Son detalles algo ínfimos, como cambiar la forma de los yelmos o las armas que portamos, aunque también hay «skins» completas que suponen un soplo de aire fresco para nuestros campeones.
¿El problema? Ay, orgullosos, agarraos que ahora vienen las curvas. Todo elemento que altere el aspecto de los personajes es de pago. No hay una línea de progresión como sí tenemos en otros compañeros de su género, sino que si queremos tener un aliciente más allá de ser el mejor en las batallas, tendréis que crearlo con vuestra imaginación.
Por lo tanto, no, no hay una progresión definida por subidas de nivel y desbloqueos, como suele ser la tradición. Aquí no hay nada, solo batallas, una detrás de otra, donde las estadísticas son el resumen para ver cómo lo hemos hecho frente a otros jugadores. No hay más.
Mapas como el Shogun mandan
Sin embargo, creo que al jugador competitivo y dedicado le va gustar la experiencia que nos propone Hanako: Honor & Blade. Podéis confiar en mí cuando os digo que estamos ante un título cuyos mapas y micro-mecánicas intrínsecas a los mismos, son una genialidad.
Como no podía ser de otra forma dado el género que dispensa, sus modalidades de oro son las que versan en matar más enemigos del equipo contrario y las que atañen a cumplir pequeños objetivos en los mapas. En especial, la de sustracción de pergaminos es la que mejor funciona, dando lugar a vorágines de combates en los puntos calientes del mapa, mientras un reducido grupo de jugadores intentará colarse por los recovecos del mismo para robar los pergaminos del territorio del rival.
Y es que los mapas no son moco de pavo. Aparte de ser grandes, están formados por muchos senderos, desembocando en zonas amplías o reducidas e incluso formando mapas heterogéneos en términos de verticalidad. Ciertas clases, como el Ninja, pueden sacar partido de ella para emboscadas, o superar grandes distancias cómodamente.
Tampoco podemos olvidar la diseminación de lugares de culto por los mapas. Estos puntos son clave para generar ventajas para nuestro equipo o penalizadores para el rival. Conquistarlos lleva un tiempo y nos dejará indefensos, pero vale la pena el riesgo si somos pacientes.
Dedicación, la clave de Hanako: Honor & Blade
Este análisis de Hanako: Honor & Blade podemos concluirlo con que estamos ante un juego que sí, es innegable, «apesta» a indie en todas sus formas. Pero eso no es malo, en absoluto. Si vamos concienciados de que estamos ante un juego humilde y con las ideas claras, y nuestra intención es sumergirnos en lo que ofrece, sin más, entonces sí, entraréis en sintonía con él y os encantará.
Ahora, si venís con la pretensión de jugar a un NioH 3, un Devil May Cry o el «For Honor Killer» id dando media vuelta. El «feedback» a los mandos es bastante cuestionable y se echan en falta algunas mecánicas de apoyo que otros juegos ya incluyeron en su momento, como el autoapuntado o un «gamefeel» mejor estudiado para los combates. Aún con todo, Hanako ofrece combates intensos y divertidos, que sacarán lo mejor de nosotros como guerreros de la Era Edo.
A través del filo de mi espada, veré el mañana.
Esta clave ha sido proporcionada por +Mpact Games, LLC. para su análisis.
Director de Orgullogamers y el terror del SEO. Me flipan los JRPG, los Hack & Slash y los juegos con historias inusuales de esas que te dejan roto por dentro. Me encargo de que Orgullogamers no se hunda poniendo parches de cinta adhesiva.