Gris. El viaje que no deberías perderte.

Gris es la mejor experiencia que unifica artes sin importar barrera alguna

Muy buenas a todos y todas, gentecillas de Orgulloland. Es muy difícil llegar a jugar a todos los juegos que salen en un año y más si tienes varias plataformas por las que hacer frente al famoso y caótico "diógenes digital" pero hay joyas, hay experiencias inmersivas y únicas que nadie debería de perderse en todo un año y 2019 tiene las suyas.
Claramente una de esas experiencias únicas de las que hablo ha sido Gris, videojuego español que llega de la mano de Conrad Roset y Nomada Studio. Estamos ante una obra que unifica artes como lo son la pintura y el videojuego (unión fácil dirán algunos) y las fusiona con un acierto que llega al corazón. El impacto que genera en ti una combinación tan bella de trazados tan sutiles, colores tan vivos y músicas es muy fuerte, consigue dejarte "patidifuso" en más de una ocasión. Aclarar que Gris llegó al mercado el pasado diciembre de 2018 pero, sin duda alguna, este ha sido su año. Ha sido el año más grande que podría haber tenido este juego por la gran acogida en todo el mundo.

{Gris es el juego que más fondos de pantalla va a crear en la historia}

No sé cómo afrontar este análisis porque lo que me gustaría es intentar reflejar que es lo que a mi me ha hecho sentir ya que, a parte de ser un juego de plataformas, Gris es otro tipo de experiencia. En lo jugable está bien llevado y abrir caminos nuevos se va sucediendo como algo orgánico, natural y siempre tendrás la sensación de que todo pasa cuando tiene que pasar. Nada se fuerza en Gris porque la propia experiencia te lleva de la mano y te mete en este mundo tan fascinante creado por Nomada Studio.
El impacto visual está asegurado a cada paso que das.
La mano de Conrad Roset no hace falta ya alabarla a estas alturas de la vida. Se ve de lejos que el dibujo es algo que le apasiona, su forma de vida y que, llevado al videojuego, es algo sencillamente maravilloso. Unos trazados tan finos, con tanta personalidad no se pueden obviar y es lógico que llame la atención a toda persona viviente (hasta calendarios de 2020 podreis encontrar con los dibujos de Conrad Roset, en concreto de Gris). La fusión del videojuego y la pintura llega a su máximo exponente en Gris porque es como vivir dentro de esos lienzos tan mágicos y enigmáticos, tener un mayor contacto con ellos por ser nosotros quienes les van dando vida.
Para poder avanzar y "recuperar" la voz de nuestra protagonista llamada Gris tendremos que ir recuperando colores, colores que darán vida a un maravilloso mundo mágico, emotivo y lleno de matices tanto visuales como sonoros porque la banda sonora creada por Berlinist (aquí la podéis escuchar y comprar en su Bandcamp) es una parte muy importante de Gris. En lo técnico Gris te llega a volar la cabeza por un apartado tan bien pulido que es imposible encontrar fisuras. Muchos también dirán que es un juego "pequeño" pero justamente ahí radica su grandeza. Un mundo interconectado que carece de carga alguna. Una vez arrancas Gris el juego dejará que toda la historia fluya, sin decir una sola palabra y te verás atrapado sin poder dejar de moverte. Gris consigue que quieras incluso explorar más de la cuenta para conseguir algunos extras que están repartidos por el mapa.
Sobran las palabras.
Las  habilidades que va consiguiendo Gris son variadas. El poder hacerte un duro bloque con el que evitar grandes rachas de viento que te empujan hacia el abismo del que vienes es una representación brutal de la fortaleza interior de uno mismo. El ser consciente de algo y luchar por ello a toda costa, crear esa dura coraza para poder afrontar un desafío que parece imposible. Como paso a paso, en esta vida y en cualquier otra, queriendo superar algo por duro que sea, se puede superar. Todas las habilidades que va aprendiendo Gris le dan un poco más de libertad para salir de esa derrota tan dura, de ese hecho tan aplastante como el de haber perdido su voz. 
No estamos tampoco ante un juego de plataformas muy difícil y no es algo que necesite porque Gris tiene sus puzzles de entorno bien definidos, logrados con el fin de que todo el mundo los complete con algo de esfuerzo. Puzzles que te harán usar las nuevas habilidades y que te dejarán un poso de satisfacción absoluto. La belleza de un simple salto hace que toda la experiencia te embelese desde el primer minuto y, sin duda alguna, Gris debería de poder jugarse hasta en smartphones y tablets porque es una experiencia que nadie en este mundo debería de perderse.
El ir añadiendo colores a su mundo hace de Gris una experiencia visual apasionante.
Algo que me ha impactado mucho de Gris es su intensidad. Algunos momentos son muy duros, reflejan un dolor o un miedo gigantescos que te llega a cada poro de la piel y, en cambio, otros momentos muy dulces te hacen estremecerte. Es sin duda una experiencia que destaca también por esa intensidad tan humana, tan orgánica en todos sus apartados. Si lo jugais, como último apunte, jugarlo con cascos y con un volumen alto porque vais a disfrutar de cada nota como nunca antes lo habréis hecho. Quizás Gris refleje la pérdida de su voz a través de un viaje de encuentro con uno mismo pero, a mi forma de ver, refleja algo mucho más duro. Esa sensación de pérdida tan brutal, tan suave y a la vez intensa, me recuerda a algunas personas que ya no están, a una pérdida muy grande que seguro cada uno de nosotros hemos sufrido por desgracia. Quizás mi representación no sea la correcta pero me ha llegado de una manera muy personal. 
Sin duda alguna, Gris es un viaje que todo el mundo debería de hacer al menos una vez en su vida. 
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