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Platonbot y Aristógames miran con cierto recelo los precios en una tienda situada en algún punto de un gran centro comercial. El joven parece especialmente frustrado por lo que contemplan sus ojos:
-No mientas a los dioses mi joven amigo. Ellos pueden tener parte de la culpa de esto.
-Acaso no te parece una afrenta contra todos nosotros, !oh, Platonbot!
El anciano muestra una sonrisa irónica.
-Lo se, lo se. Me temo que la actual situación de nuestro medio nos ofrece hechos totalmente inaceptables.
-Debemos hacer algo.
-Sin duda. Nuestra labor está fundada, y vamos progresando. He pensado mucho en ello.
-Y yo. Ambos debemos redoblar esfuerzos para llegar a buen término.
-En efecto. Después de darle vueltas, creo que sé cual debe ser nuestro siguiente punto de debate.
-Dilo pues sin miramientos. Me hallo arduo en deseos de comenzar.
-Bien, bien. Ya establecimos con rigor una buena base; se trata, como no, del establecimiento de la naturaleza y el carácter propio de los videojuegos.
-Así es. Con grato rigor.
-Sin embargo, parémonos a pensar. ¿cual es el fin último de nuestra empresa?
-Hacer que el medio mejore en todos los sentidos posibles, y con ello mejorar a su vez los videojuegos futuros.
-Eso es así. Por tanto, se hace obvia otra necesidad imperativa para poder llevar a cabo nuestros objetivos.
-No estoy del todo seguro. Esclarece tus intenciones.
-Simple, querido amigo. Si queremos mejorar nuestro medio, tenemos que tener una referencia. Una imagen del estado que perseguimos. Un reflejo que sirva de guía.
-Creo entenderte bien. Lo que tu adviertes es que debemos plantear nuestra labor al contrario de lo que nos dictaría el sentido común. En lugar de detectar los problemas para después darles una solución, primero se ha de obtener la solución.
-!Ajam! Me has entendido. Si poseemos el conocimiento acerca de como debería ser el medio perfecto, o por defecto, el estado mas cercano a la perfección, pues la perfección es realmente imposible, podremos advertir con mas razón los problemas y defectos que aquejan a nuestro querido medio. Por motivos evidentes, también contribuirá a que les demos una solución mas acertada.
-Comparto en tal caso tu opinión. Empezaremos ahora mismo.
-Esa es la actitud, ja, ja. Pero no te lances a ciegas.
-Está bien. Dejo que seas tu el que establezca los términos de inicio.
-Hum, no es sencillo tratar este tema. Tal vez lo mejor sea ir por partes.
-Divide y vencerás. Así es el viejo dicho. Muy útil para la ocasión.
-Sin duda, si. Aristógames, está decidido. Para poder establecer el medio ideal que deseamos, hemos de tratar por separado cada una de sus partes.
-¿Y que partes son esas?
-Está bastante claro que hay dos muy concretas. Por un lado tenemos a los que suponen el origen de la industria, y por ende, del medio. Hablo por supuesto de los desarrolladores, vitales desde cualquier perspectiva posible.
-Coincido sobremanera. Son indispensables.
-Por otro lado tenemos a los jugadores, que son igual de indispensables como tu dices para nuestro medio. Ambas partes se relacionan y se necesitan mutuamente.
-¿Estas seguro de que esas son las partes que componen nuestro medio?
-Faltaría mas. No se que te hace creer que esto no es así. Ninguna de las dos partes puede faltar en un concepto tan concreto.
-Me temo que debo discrepar contigo en algo.
-¿El que? No rehúses de contradecirme. Sabes que a pesar de tu juventud e inexperiencia, has demostrado sobradamente que puedes encontrar trabas y detalles que yo me hala pasado por alto. Adelante, explícate.
-No seré yo el que niegue que las partes citadas estén mal escogidas, ya que eso sería contraproducente y un gesto de ignorancia. De hecho, la única pega que puedo usar como argumento de mi objeción es, por contra, que te ha faltado incluir una tercera parte.
-Una tercera dices. Admito que eso no me lo esperaba, !en absoluto!
-Vaya, veo que te he sorprendido.
-Sobremanera, además.
-Yo también me sorprendo, aunque suene paradójico. Y esto es así debido a que la tercera parte de la que hablo se me antoja muy obvia, y mas en los tiempos en los que nos hallamos.
-Pues no te explayes. ¿De que parte hablas?
-Es difícil definirla, pues no hay una expresión concreta, o al menos si la hay la desconozco, para referirla. Hablo del conjunto de personas, que al margen de pertenecer a la parte de los jugadores, o la parte incluso de los desarrolladores, guardan una estrecha relación con el medio.
-Hum…, lo mejor será que me pongas ejemplos de esas personas.
-Pues a saber, la prensa de videojuegos, los periodistas, los que crean contenido en torno a los videojuegos como pueden ser los tan conocidos y admirados «youtubers», entre otros…
-Ya veo a que te refieres. !Por los dioses! No me termino de creer que pasara por alto algo tan a tener en cuenta.
-Desde luego esta tercera parte cobra en la actualidad una especial relevancia. Estarás de acuerdo con ello.
-!Como no! Oh, mi joven amigo, que mal me está sentando la edad. Por mi culpa podríamos haber partido de supuestos erróneos.
-No pasa nada hombre.
-Si, si que pasa. La tarea que nos encomendamos es muy importante, y debemos tomárnoslo como algo serio. Un fallo puede ser fatal.
-Si cometemos un error no se acabará el mundo. Venga, vamos a seguir antes de que te pongas dramático.
-De acuerdo Aristógames. Prosigamos pues. Teniendo ya dividido el medio ideal cuyo estado perseguimos, lo siguiente será, como no, establecer cual de las partes debe ser la primera para proceder.
-Hum, difícil decisión es, sin duda. Debemos meditar la respuesta con cautela. Yo en mi opinión no veo una relevancia superior en ninguna de las partes, por lo que podríamos echarlo a suertes.
-¿!!A suertes!!? !A suertes dice! Que el espíritu de Miyazaki de buena cuenta de tus palabras algún día.
-¿Que sucede?
-Menuda pregunta. Hace un momento dejamos claro que hay que ir con pies de plomo en nuestros procedimientos, y tu encomiendas una decisión de valor a la suerte. !Pobre de ti!
-Acaso ves errónea mi opinión.
-Totalmente; de imperativo.
-Pues adelante con tu argumentación.
-Bien. Tu dices que ninguna de las partes en que hemos dividido el medio destaca o merece una mayor relevancia por nuestra parte.
-Así es.
-Sin embargo, te voy a hacer yo a ti unas preguntas.
-Comienza, comienza.
-Imagina que analizamos el funcionamiento de cualquier sistema similar o de naturaleza similar al medio de los videojuegos. Este sistema se caracterizaría sin duda, por tener un comienzo, que no es otro que el de la creación del producto; supongamos en este caso, un videojuego.
-Ajam. Prosigue.
-Después, tendríamos, como no, al otro extremo; el eslabón final del sistema, que no es otro que el consumidor.
-Así es.
-Entre ambas partes situaríamos sin duda a las que, perteneciendo a uno u otro extremo, posee características que le otorgan una posición en el sistema intermedia, ¿no es así?
-Bien de cierto.
-Y yo te pregunto, si quisiéramos analizar los procesos inherentes al sistema, ¿no empezaríamos acaso por el comienzo del sistema, en este caso, la creación del producto?
-!Por el dios Sony que si!
-Cuidado amigo, no mientas en vano a ese dios, que como sabrás por las leyendas traicionó vilmente al dios Nintendo, buscando con ello la gloria.
-Cierto es lo que dices, pero al fin y al cabo la consiguió, ¿no?
-Si, si, pero no te desvíes del tema. Creo que te he convencido de tu error, Aristógames. ¿Que tienes que decir?
-Que efectivamente la suerte no era la solución en este caso. Y teniendo a bien tu reflexión, queda patente que debemos elegir como parte de inicio la encargada en primera instancia de que el medio exista tal y como lo conocemos.
-Exacto. No hablaremos de otra cosa sino de los desarrolladores como concepto general. No olvides que todas las partes son necesarias, pero esta la establecemos a partir de ahora como la principal por necesidad categórica.
-Bueno Platonbot, ¿comenzamos ya por el punto que acabamos de establecer?
-No, mejor no. Creo que la tienda cierra en breve. Dejémoslo para otro día.
-De acuerdo, salgamos.
-Oye, ¿sabes quienes son esos dos? Han estado ahí un buen rato diciendo tonterías. Han mirado varios juegos pero no han comprado nada.
-No se, no me suenan sus caras. Yo solo estoy aquí durante unos días mientras Carlos tiene la semana libre.
Ambos se miran con rostro de resignación.
Mientras, en la calle…
-Bueno Platonbot, yo me voy a mi piso. Es tarde y mañana tengo que madrugar.
-Eso está bien. Yo voy a casa a reunirme con mi esposa. Vamos a ir al cine.
-Me alegra saberlo. ¿Que tenéis pensado ver?
-Pues la verdad es que es una película de la que he escuchado mucho. Ha recibido críticas muy malas, y no sé porque.
-¿Y eso?
-Todo el mundo dice que es muy corta. Pero por lo que sé, dicen que la película dura… !seis horas! Ni que fuera la versión extendida de Ben Hur.
-¿!Como!? ¿Existe una película tan larga?
-Eso parece. No entiendo como dicen entonces que es tan corta. Seguro que lo dicen con sarcasmo.
-Puede ser. Bueno, espero que os divirtáis viéndola.
-Gracias, me voy que llego tarde. Ya nos veremos.
Oye, antes de irnos, ¿como se llama la película?
-No estoy seguro. Creo que era The…, The Order, o algo así.
Cada uno se va en una dirección distinta. A los pocos segundos, cuando el joven ya ha dado la vuelta a una esquina, de repente se gira y pone cara de incredulidad.
-Un segundo. The Or… !Pero sera! !La madre que lo…!
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Parte siguiente: Próximamente…
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