Danko Calor Rojo

Arnold Schwarzenegger y los videojuegos Parte V. Continuamos con el repaso de los videojuegos protagonizados
por el roble austríaco. En esta ocasión, nos vamos a detener en la adaptación
cinematográfica que tuvo Danko Calor Rojo al formato pixel.

«Calor o como lo llamaban algunos 
en el patio del recreo,
color rojo.»

Hacía mucho tiempo ya que no me acercaba al gimnasio
virtual, para rescatar y continuar la serie de Arnold y su legado en el mundo
de los videojuegos. He de confesar, que ésta, es una serie que me gusta, me
entretiene y me divierte sobremanera acercarme y dedicarle mi tiempo, por lo
tanto, es un gusto escribirla para ustedes, damas y caballeros. Espero que la
disfruten. Lo que en un principio iba a ser, una única entrada comentando los
videojuegos de Arnold, al final he acabado liándome y haciendo un buen puñado
de entradas sobre nuestro querido Chuache. Cuando me meta con Stallone, espero
que quede en perfecto equilibrio con las de Arnold, que por supuesto no
terminan con el juego de hoy. ¿Y que tenemos hoy? Pues ni más ni menos que la
adaptación de la peculiar Danko Calor Rojo.

«¿¿200 Euros por una MiniNes??

Como vengo acostumbrando en esta serie, primero un ligero
comentario de la peli y luego un ligero comentario del juego. Es posible que lo
haya señalado en el resto de entradas de la serie, pero como hace bastante
desde la última, creo que no está de más recordarlo. Tiempo habrá de entrar en
profundidades abismales, dentro de cada película o juego comentado. Sin otro
particular, empezamos


Película: Red Heat – Danko Calor Rojo
Estrenada en 1988 y dirigida por Walter Hill. Protagonizada
naturalmente por nuestro cachas favorito y por el gran James Belushi. Una pareja un tanto chirriante
para la pantalla, con cero química entre ellos en principio, no es que fueran precisamente Brad Pitt y
Angelina Jolie
,
pero al menos, en este caso funcionó, tal y como vamos a explicar a continuación.

A grandes
rasgos podemos destacar dos argumentos. El político y el de la película en sí.


Propaganda política y química entre los personajes
principales.

Con el primero de los argumentos, el político, se responden las preguntas
sobre la química entre estos dos actores que aludíamos antes, enfrentados y
obligados a ser compañeros en resolver el caso que los ocupa.
Belushi el perfecto arquetipo de poli americano. De poli americano de los 80 claro
está. Eso significa que dentro de su saco de personalidad, destaca lo
espontaneo, lo agresivo pero a la vez “tierno”, lo políticamente incorrecto
pero siempre respetando unas normas morales y éticas dentro de su entorno
profesional, lo cómico con lo serio, lo “fanfarronico” con el sentido del
deber…en fin, para que seguir, un cúmulo de contrariedades, un cóctel de lo que
entendíamos ser norte Americano en los 80, que a ojos del espectador lo hace
ser, fardón, molón, como quieras llamarlo, y tú querías ser así, tu querías ser
tan molón, como cualquier puto norteamericano (con lo de puto, estoy cumpliendo
un sueño de hablar como un auténtico norteamericano) En fin, que James Belushi,
representaba el Norteamericano medio.

Y Arnold, representaba al Ruso medio. Serio. Metódico.
Profesional. Comprometido con su deber. Patriótico. Alto. Fuerte. Guapo. ¿En
serio esto representa a un Ruso medio? Si nos fiamos en la imagen de hoy día
que dan los rusos en sus vídeos de youtube, quizás no. Pero para los guionistas
de antaño, sí. Para la conciencia social de antaño, también.

Ambos ciudadanos medios, el americano y el ruso, Arnold Belushi, o mejor dicho,
sus personajes, tenían algo en común frente al claro y evidente polo opuesto de
sus personalidades, que ambos se creían mejor que el otro o mejor dicho, que
sus respectivas naciones eran mejor las de uno, que las del otro, canalizadas en su personalidad las «esencias de las naciones» a través de
sus personajes constantemente en la película, se nota a cada instante en lo que podemos decir «el ambiente«.

Poco a poco, los
personajes y por ende las naciones, se daban cuenta que tenían más cosas en
común de lo que ellos o ellas mismas se pensaban. Tenían sus virtudes y sus
defectos, y ambas naciones o personajes, podían convivir e incluso colaborar
para el enriquecimiento mutuo de arcas y pueblos.

El ambiente, como decía. El ambiente político estaba
cambiando entre EEUU y la URSS. La guerra fría ya no estaba caliente, el cambio
de mentalidad entre la sociedad americana era necesario, y la propaganda
política
que destilaba la película le decía al americano medio que la madre
Rusia, no era tan mala como parecía
y que compartían dichas, alegrías, mierdas y virtudes, en definitiva, cosas en
común entre ciudadanos y naciones.

El Ruso, no es tan distinto de ti, querido americano.  Por eso, Arnold no arriesgó tanto en escoger
su papel como Ruso, del mismo modo que tampoco se equivocó en arriesgar al
coger un papel de villano en Terminator. La sociedad estadounidense respecto a
Rusia , estaba cambiando. Un paralelismo con su por aquel entonces rival en la
pantalla, Sylvester Stallone hizo un camino parecido en cuanto a propaganda política
respecto de Rusia con Rocky IV.  Ahí sí
que arriesgo el pobre Dolph Lundgren en su papel de Ivan Drago, que por cierto, Dolph tiene de
ruso lo que yo de noruego (esto no lo puede decir el rubius) y desde siempre ya,
lo vimos como un “villano rojo”, por mucho Masters del Universo que hiciera calzándose los gallumbos de He-Man y empuñando la espada de Grayskull.

Argumento de la película en si

Recuerdo que de niño, me hacia la polla un lió con el argumento de la película. Que si la llave de la taquilla, que si el medio billete de dólar, que si las bandas de los cabezas rapadas, que si las mafias rusas, que si las mafias americanas, que si las drogas…un puto lio. Nada más
lejos de la realidad.

Simplificando
diríamos:  El archienemigo del capitán
Ivan Danko, el señor del crimen Viktor Rocksta (luego fundó una compañía de
videojuegos que desarrollaría GTA o Red Dead Redemption entre otros) se dedica
a la venta de mierda de la buena, al polvo blanco, a la nieve, a la cocaína. Por
cuestiones empresariales (se carga a un poli y casualmente compañero de Ivan
Danko) tiene que irse de la madre Rusia y hacer negocios en Estados Unidos.

Arnold se presenta allí y junto con Belushi persiguen a
Viktor hasta capturarlo al estilo Arnold, es decir, dándole el pasaporte al
noveno infierno. Por el camino, nuestra ración de hostias, tiros y acción por
parte de Danko y las chuscadas y gracietas por parte del bueno de Belushi están
totalmente garantizadas. Y ya. Sin más, ese es el argumento.
Para ir terminando con la sección de la película, un aspecto
a destacar de la misma. Un aspecto que queda marcado a fuego la primera vez que
ves Danko Calor Rojo y no es otra cosa que la primera gran escena de la
película que tiene lugar en la sauna. La sauna…si…bandido…la sauna. Un fuerte
contraste entre el frío de Siberia y el calor de esa sauna de alguna forma queda para siempre
en tu retina y recuerdo.

Ivan Danko está investigando las actividades ilícitas de
Vickor. Sus investigaciones le han llevado a este particular escenario lleno de
fornidos rusos en pelotas, acompañados de damiselas rusas en pelotas también.

Arnold entra en escena. Desde los pies hasta las cejas, la
cámara sube y sube en un interminable viaje de carne y músculo, para presenciar
y mostrar el body en lo que podríamos denominar la obligatoria escena de
lucimiento de cuerpo de Arnold
. También él está completamente en pelotas, y sus
partes púdicas, son tímidamente tapadas por una minúscula toalla a modo de
taparrabos, o taparobles en este caso, que se abrocha por la espalda, pero que
lo deja con el culo al aire y dos tiras incomodas, «sobrante de la parte
abrochante», que se entrelaza y entremezcla incómodamente con el ojete  a cada paso que dá, en su incansable búsqueda de alguna
pista o confidente que lo conduzcan a su presa.

El ambiente de la sauna traspasa la cuarta pared en esta
escena, se siente el calor de los ojetes, el «ojetecalor» que diríamos aquí, se
siente el olor a tocino de los cuerpos, el sudor pringoso que cae desde las
pelotas hasta las rodillas. Una maravilla del séptimo arte. Es para verlo.

Arnold llega hasta su sospechoso, pero antes de empezar con
el interrogatorio  debe pasar una prueba
sólo realizable por auténticos machos alfa rusos: sostener una piedra al rojo
vivo en sus manos, sin que se le arrugue el escroto. De si se arruga o no su bolsa escrotal, no lo sabremos con certeza por culpa de su taparobles, pero al parecer, Arnold considera que
si ha superado la prueba y comienza su interrogatorio al estilo Arnold, es
decir, a base de hostias. Se lía parda y en un «si es no es«, tanto el capitán Danko
como algunos de los secuaces de Viktor, son «invitados» a salir cortésmente a través de
las cristaleras y ventanas al exterior del recinto, para continuar su
particular “charla-hostias”. 

Los efectos especiales aquí son brutales, nada de «cgis» ni mariconadas de esas, en vivo y en directo, el contraste entre el frió del
exterior «siberio» y el calor de los ojetes al viento, hace que los cuerpos exhalen vaho sin ayuda de técnicas infográficas.  Arnold acaba con todos y cada uno de los
asistentes despelotados con sus correspondientes taparobles poco a poco, hostia a hostia.

Sólo uno de los
secuaces queda en pie, a ese hay que preguntar dónde queda Viktor, Arnold lo prende
de su poblada barbería, lo interroga y le mete tal soberana hostia, que al
villano le faltan Urales para dar la voltereta, en ese momento entran los créditos acompañados con música coral Rusa, y solo queda esperar todo lo que nos queda por delante acompañando al capitán Ivan, durante el resto del metraje. Puta maravilla de
muestrario de testosterona ochentera.

Pero paremos de hablar ya de la película. Creo que ha quedado mi patente entusiasmo por la misma y por las saunas rusas. Vamos con el juego que si no me lió y me lió y es un no parar. No vuelvo a
decir nunca, eso de breve comentario de…lo que sea. (mentira, lo diré y lo incumpliré y lo señalaré de
nuevo).

Red Head – Danko Calor Rojo

Como de costumbre, mis palabras estarán dedicadas a la
versión de Spectrum del juego. Ingenuo de mí. Yo iba a comprarme este juego si
o si para mi Zx, pero mi ingenuidad volvía a manifestarse en mí. Una vez más,
creía que las imágenes del juego que mis infantes ojos veían en la Micromanía,
pertenecían a la versión general del juego, incluida la de Spectrum. Lo se…ya
dije que era un ingenuo. Y cuantas veces creía en eso, sin saber en ese
momento, que mi Spectrum jamás iba a soltar semejante despliegue de colores.
Pero así lo creía, y no sólo me paso con este juego. Cosas de la ilusión
supongo. Me consuela saber que no era el único al que le pasaba. Algunos amigos
me decían, “joder, este juego mira como
se ve en la revista y luego mira como se ve en la pantalla…faltan colores”
 Si. Se lo que estás pensando. Éramos unos “retarders”


Si hubiera tenido esos gráficos que lucía en amiga, hubiera
sido un triple si a mí compra, pero como dije, la compra era un sí o sí. Me daba
igual en ese momento como luciera el juego. De hecho, pese a todas las
posibilidades que brinda la emulación, que permiten jugarlo en Amiga y verlo
y disfrutarlo como sólo lo hacía en mis pensamientos en los ochenta, sigo
jugando cada vez que retomo el título, a la versión de Spectrum.

No se como se denomina este genero de videojuegos exactamente ¿»Avanza y ahostia»? para que me entendáis, el juego tiene la misma mecánica jugable que los clásicos Kung Fu Master o Vigilante. Una dirección hacia donde dirigirnos, los enemigos van llegando, cogen su papelito de turno, como en la pescadería del mercado, y reciben su ración de hostia en el hocico. Simple pero efectivo. A prueba de adicción. El juego logra su cometido y te invita a jugar y jugar, para recorrer las estancias y pantallas y recrear la película en tus carnes morenas.

Una duda que siempre me he planteado con este juego, y que lo diferencia de sus referentes como en Kung Fu Master o semejantes, es que en esta ocasión, al personaje lo han cortado por la mitad. No se presenta a Arnold en su totalidad corpórea. Por alguna razón, al personaje solo se le muestra durante todo el tiempo que dura la aventura, de cintura para arriba. Esto nos lleva a especular un por qué. Esto nos lleva de nuevo a la sauna. Supongo que los programadores vieron la película para tomar un referente y les bastaron con ver la escena de la sauna.

Para no escandalizar al personal, decidieron dejar que de cintura para abajo, corriera con los gastos de nuestra imaginación y dejaron a Arnold a medio hacer durante todo el juego. Lástima.Yo esperaba ver a Arnold al completo en la fase de la sauna y despejar mi duda de si efectivamente Arnold, hacía mancuernas con el rabo. Para otra ocasión. O no.

Por lo demás, el juego es bastante asequible o jugable a día de hoy. Si podéis, darle una vuelta y disfrutad repartiendo unas buenas hostias con el Chuache.

Os voy a dejar con el gameplay de rigor, que a falta de traerlo y recordarlo en nuestro canal, tiro de otras lindes.

Toca despedirse. Para la próxima entrega viajaremos a Marte y veremos como reparte hostias y amor a partes iguales nuestro querido Arnold, en una historia y película basada en un relato del mejor autor de ciencia ficción que ha parido madre, el señor Philip K Dick. Nos vemos, digo, Nos vamos!!


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