Cuando un videojuego no tiene nada que ofrecerte.

¿Quien habrá sido el afortunado que no se haya topado con esta cuestión, a lo largo de su amplio letargo, dentro de sus vivencias en el sector? Dudo mucho que cualquiera de vosotros respondáis que nunca habéis adquirido un titulo paupérrimo. A todos nos ha pasado basarnos en algo, sin haber investigado lo suficiente, que resulta ser un paso en falso, una estrepitosa cagada en su máximo esplendor.

Si, es cierto. Me baso en esas ofertas magnificas o emplazamientos publicitarios de videojuegos «top» vistos hasta la saciedad. Algo que te empuja sin previo aviso con una suntuosa exposición hasta dejarte prendado y meditativo.  La sensación de querer recrearse en el contexto que ofrece ese titulo en concreto con una ambientación que cause escalofríos nada mas divisarla.

Pues ya podéis prepararos por que la hostia va a ser bonita.
«Las expectativas son el mayor enemigo de un ludopata empedernido». Esta frase, creo que es una de las cuestiones que debemos abordar. Cada vez que absorbemos la información, puesta en disposición por las desarrolladoras, formamos una idea preconcebida basada en nuestras preferencias personales, lo que en inumerables ocasiones provoca una decepción debido a las expectativas. En otras palabras, el videojuego no se asemeja ni lo mas mínimo a nuestras pretensiones, y aunque en ocasiones solvente de manera insulsa las ansias de jugar, no llega ni mucho menos a la imagen que se tenia de él.

¿A que se debe eso? Hablando con franqueza, es comprensible que las empresas del sector expongan lo mejor de su producto, por que al fin y al cabo, su cometido es vendértelo. Probar las fases beta no siempre saca a relucir su monotonía, ni su diversidad, puesto que muchas de las opciones aun no son ejecutables y el periodo de testeo suele ser excesivamente corto. Por otra parte se puede percibir, sin nitidez, el hedor que desprende el apoquinar dinero para acometer una y otra vez las mismas competencias.

«Multijugador sin campaña, producto perecedero». Muchos podrán alegar el innumerable numero de horas que se pueden invertir en este tipo de títulos, sin embargo hay algo que no es discutible, estos videojuegos no estarán a pleno funcionamiento indefinidamente. Es más, si te quedas sin internet, el titulo quedara inservible hasta que se restablezca la conexión, pagando por un producto que no proporcionara ninguna alternativa para poder resarcirse. ¿Y si algún día quiero recordar esa época dorada? Pues a mirar la caratula y el disco, caballero, esbozando imágenes mentales sobre lo que fue en su día, por que de donde no hay no se puede sacar.
Sin embargo, las dudas y el contexto formado, crearan dos pequeños individuos que discutirán persistentemente sobre los posibles pros y contras. Habrá una encarnizada lucha interna para dilucidar si ese preciado dinero sera merecedor de nuestras horas de ocio y libertinaje. En ese punto cualquier pesquisa te hará caer. Con mano temblorosa dispondrás tu guita para adquirir un titulo al que has sobrestimado, ocultando las pequeñas «minucias» que no lograron convencerte.

Así que, aunque el videojuego sea una autentica bazofia inmunda, ya sea por «publicidad subliminal», presión social o ansias de encarnar al héroe en cuestión, tu persona cual ángel caído, se precipitara al abismo después de recrearse insistentemente y descubrir, que a pesar de todo, ese juego, no ha logrado satisfacer las pretensiones generadas. También puede suceder lo contrario, que su conjunto te lastre a un universo genuino del que no puedas escapar por mas que persistas, que estreche su manto sobre los problemas que puedan preocuparte, encauzando tus pasos a confines inimaginables. Me temo que esa no es la perspectiva de hoy.

La cuestión cambia si es un producto de oferta a un precio competitivo. Esa lucha interior que soterraba tu personalidad se disipara, dejando el criterio a un lado, y la colección se hará mas numerosa. De cualquiera de las dos formas pasara a formar parte de tus posesiones, claro que uno de los puntos de vista resulta notablemente mas económico aunque no se trate de una primicia.
Allí permanecerá olvidado, hasta que un día sin previo aviso, el ansia por recrearse arremeta duramente contra los designios, dispuestos en sus baldas, para dar asilo a una nueva opinión tras el paso del tiempo. Algo que ha sucedido a diario entre la hueste de @OrgulloGamer durante los 5 años de su existencia.

0 0 Votos
Article Rating
Subscribe
Notify of
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments
0
¡Dinos lo que piensas, comenta!x