Cuarta entrega de la serie dedicada a los videojuegos que complementan la carrera cinematográfica de Arnold Schwarzenegger
«Si pones mi apellido en el scrabble, ganas la partida»
Hoy vamos a pillar el DeLorean y nos vamos a ir a 1987. La carrera de Arnold por aquel entonces, empezaba a subir como la espuma, como el nardo de un novio en su noche de bodas, gracias en parte al buen hacer de su, desde ese momento, mejor socio en el cine, James Cameron y su Terminator, luego no sólo repetiría éxito, si no que se vio ampliamente superado con su suculente secuela Terminator 2.
Su presencia en las pantallas creció exponencialmente con propuestas en el género de acción, que ya forman parte de la historia del cine, al menos en su género, casi creó un género en si mismo, un género propio dentro del género de la acción diría yo, el género de Arnold. Las siguientes películas y por ende videojuegos que vamos a tratar hoy, sirvieron para potenciar su carisma y llenar de «amor y hostias» los corazones de los padres y mancebos de la época, antes de la llegada de la citada Terminator 2.
Como en anteriores ocasiones de esta serie dedicada al musculoso actor, enlazamos esta cuarta parte de Arnold, con la pregunta o sugerencia que os puse al final de su tercera entrada. Os dije que para esta ocasión, nos íbamos a dar un buen paseo por la Jungla y nombraríamos de pasada la relación existente entre el señor Stephen King y Arnold. Ambas pistas, facilonas donde las haya, nos servirán para abordar, los dos siguientes juegos y películas, por lo tanto, cojan fusil y mancuerna que nos vamos de excursión a la Jungla.
Depredador
La película da comienzo mostrándonos cómo desde el espacio exterior, una nave se adentra en nuestro planeta tierra, y de momento ahí queda la cosa. Ajenos a los problemas que plantea el universo desconocido, los americanos, como de costumbre, van a lo suyo, a planear esas misiones en las que si te pillan, el gobierno va a demostrar que nada tienen que ver con esas reyertas armadas y va a negar rotundamente que existes, como si fueran auténticos eruditos de la filosofía griega.
la misión secreta en esta ocasión, es rescatar a un ministro del gabinete presidencial, secuestrado por la guerrilla de un pais de centro américa. Es por tanto, que el gobierno estadounidense, envía al emplazamiento a sus mejores muchachos, nada más y nada menos que al Delta Force, comandado por el ilustre Comandante Alan ‘Dutch’ Schaeffer, que como habrás podido deducir, es nuestro Arnold.
Al parecer, la misión, dentro de las posibilidades, debe ser de sigilo, infiltrarse en el campamento donde retienen al ministro y sacar su culo de allí. Pero a medida que nuestro comando, va adentrándose en la jungla y en su misión, van viendo cosas poco comunes, fuera de lo habitual, y eso que son hombres hechos y derechos y sus curtidos ojos han visto mucha guerra, pero aquello que presencian, se les antoja inquietante. Cuerpos pendidos y desmembrados, cabezas y espinas dorsales arrancadas…vamos, todo un festival de casquería humana! y para remate final, la sensación de que algo o alguien los vigila…no solo eso, los acecha…y no sólo eso…que los está dando caza, sin distinción de raza o nacionalidad. De hecho, los caza a todos. O a casi todos. Sin enrollarme más, ya que esto, como suelo decir en las entregas de esta serie, no es un análisis de la película, de modo que termino diciendo que al final, Arnold se impone, como sólo él sabe hacer…a base de hostias.
«Ahora, mi grupo y yo, os vamos a interpretar una jota aragonesa:
Esta nocheeeeeeee no habrá polloooooooooo…»
Depredador es casi como el primo lejano de Alien. Para mi es como su versión musculada. La premisa es casi idéntica a la del octavo pasajero, salvando las evidentes distancias, sólo que cambiamos la Nostromo por la jungla, y a Ripley por Arnold, esto a modo personal, que últimamente tal y como está el patio, miedo me da soltar mis impresiones, que a diferencia de los extremistas que se creen con la verdad absoluta y que su palabra es «verbo hecho carne», las mías sólo las suelto como curiosidad, sin ánimo de agitar los pendones y banderas de la verdad.
Videojuego de Depredador
«Como en incontables ocasiones en las que un videojuego adaptaba a una película, la premisa era ser lo más fiel posible a las escenas de la película que adaptaba y depredador no fue una excepción» Perogrullo, siempre presente en mis entradas ;).
Después de un espectacular «render» con la foto de Arnold (lo que nos gustaban esas muestras de poder en el Spectrum, eso de ver fotos bien definidas, nos volvía locos y acariciábamos nuestra máquina con orgullo, admirando su potencia), y el título «PREDATOR» bien grande, para apartar toda posible duda de qué juego habíamos cargado (que tiene gracia que después de esperar 20 minutos para cargar, te hubieras equivocado de cinta) la acción era inmediata una vez dábamos al botón de star. Del helicóptero empezaban a brotar marines, como si fuera la hora punta en el metro, brotaban como los ajos porros brotan de la tierra y en último lugar tú o Arnold, o al revés como quieras.
El juego, un shoot and run de toda la vida, con la peculiaridad que podías moverte no solo en la horizontal, si no también en la vertical. Armas de todo tipo, granadas de menos tipos y hostias como panes abundaban en este monótono juego. De vez en cuando, la pantalla se tornaba en colores cálidos y un triangulo apuntaba a nuestro personaje, haciendo las veces por intentar recrear la escena como en la película, de acecho y caza de nuestro enemigo final. El final, digamos que intentó ser épico, con hostias hacia el cazador Alien y la trampa del tronco del final de la «peli», incluido por supuesto en el juego…
«Es igualito a la peli!!!» decíamos convencidos…que ilusos…bueno, supongo que cuando le pones corazón y entusiasmo a algo que te gusta, y en las adaptaciones «peli-juego» se potencia el doble la ilusión y el disfrute, empaña la opinión o está por encima de lo puramente objetivo.
Un poco de gameplay de su versión en Amiga
«Versión Amiga, la envidia de mi época en los 80»
.
Demos paso a la seguiente película y videojuego:
Perseguido
Perseguido, o The Running man para círculos selectos. También obra del 87, ese año Arnold, lo tuvo movidito. En la tercera parte de las entradas dedicadas a Arnold y al comienzo de esta entrada, os dije que veríamos la relación entre el bueno de Stephen king y Arnold. Bien, ¿que tiene que ver el autor de El Resplandor, con las andanzas de Schwarzenegger? pues ni más ni menos, que la película que nos ocupa.
Os cuento. La película Perseguido, está basada en el relato de ciencia ficción del mismo nombre, bueno eso en su versión en Ingles, es decir, The Running man, la versión en español de la novela-relato es «El Fugitivo» que no hay que confundir con la serie de televisión de los 60 o con la película de mismo nombre protagonizada por Harrison Ford. Bueno, la cosa es que el relato en que se basa Perseguido, está escrito por un tal Richard Bachman…
¿Y quien es este hombre? pues en verdad no es nadie, bueno si que lo es, es un dos en uno. La verdad es que Richard Bachman, es un seudónimo que usaba Stephen king, en sus años mozos. De modo que el relato en el que se basa la película, es del señor Stephen king
El eje central de la película es un macabro programa de televisión, bueno, macabro para la época, ya que de sobra ha sido superado hoy en día por programas más crueles como Mujeres y hombres y viceversa o Gran Hermano.
«Cuñaaaaaaaaao»
El programa se llama Perseguido y se trata de un reality show, donde los concursantes son presidiarios que «voluntariamente» aceptan participar en el programa a cambio de su libertad con la sociedad. ¿Y que deben hacer? en principio la cosa es fácil, deben atravesar los más de 400 bloques de ruinas de la antigua ciudad, producto del terremoto del 97 en un determinado tiempo, porque…
-¿Quien va tras ellos?…
-Los perseguidores!! (clama el público ferviente)
-¿Quieeen? (repite con euforia el presentador)
-LOS PERSEGUIDORES!! (Clama el publico más ferviente aun)
-SIIIII dice el presentador.
¿Y que hacen los perseguidores? (digo yo ahora), pues fácil, perseguir a los presidiarios-concursantes y matarlos.
En este programa se ve envuelto «Perro Loco» Ben Richards, es decir, nuestro Arnold. Y como demuestran sus películas, ha venido a poner orden y acabar con semejante despropósito de falsa moral que impregna el programa que dicho sea de paso contagia a nivel nacional, la forma de pensar, actuar y creer de todo bicho viviente, en esta distópica sociedad que presenta la pelicula. Ha llegado el momento del cambio.
Como diría Arnold, Volveré…algún día sobre esta película. Me gustaría dedicarle una entrada para ella sola, porque pese a ser una de las pelis más flojas de la filmografía de Arnold, tiene un no se qué o un qué se yo, que yo qué se y quiero dedicarle el tiempo que me permita sentirme satisfecho. Al tiempo.
El videojuego The Running Man
La estructura de la película, el como nos la presenta el director, su historia, su narración, su argumento etc etc es perfecta para un videojuego. Con sus fases y sus jefes finales en forma de Subzero, Dynamo o cualquier otro personaje pintoresco que aparece en la cinta. Sólo debían haber seguido al pie de la letra el guión para realizar un buen juego. Y en vez de eso, la pifiaron a base de bien con un subproducto que apenas cubre el expediente. De ritmo lento y aburrido, y con un control de Richard al teclado algo ortopédico que en ocasiones lo vuelve injugable (o tal vez fuera yo y mis ortopédicos reflejos) lo que convirtió en olvidable este título. así fue parido este juego, mal parido diría, el que pudo haber sido, como diría El Fary, todo un melocotonazo.
«Elijo a Ben Richards.
Ese hijo de p*ta está hecho un cabr*n»
Y hasta aquí, la cuarta entrega de la serie de Arnold y los videojuegos. Como veis, la cosa se me está extendiendo un poco, pero no me importa, estoy disfrutando como un enano redactando y recordando estos juegos y estas pelis. Además que todo se retroalimenta, y viendo estos juegos, me dan ideas para próximas entradas, bien con sus análisis, bien en formato «regalo». Antes de irme, las pseudo-pistas de los dos próximos juegos que ocuparán la quinta entrega de esta serie: para la siguiente entrega nos iremos a Rusia y veremos que relación guarda Philip K Dick, el mejor autor de ciencia ficción, y Arnold.