«Halo 4»
343 industries retoma la saga Halo y nos pone de nuevo a los mandos del Jefe Maestro “tras incontables peligros e innumerables fatigas que nos ha llevado al castillo de los Goblins”.
En su cuarta entrega, tras la marcha de Bungie del dominio de Microsoft dejando una estela de cuatro títulos del universo Halo, en la consola Xbox 360; a saber Halo 3, Halo ODST, Halo Wars y el fabuloso Halo REACH, 343 retoma las riendas del asunto para iniciar su visión espartana de las aventuras del soldado 117, a la par que el inicio de una nueva trilogía.
¿Donde se desarrolla la Historia?
Aproximadamente cuatro años después de los acontecimientos sufridos en la tercera parte en la que nuestro espartano John, en estado Criogénico, queda a la deriva junto con su inseparable Cortana, a bordo de la Forward Unto Dawn.
La fortuna o la mala suerte hace que la maltrecha nave se aproxime a un planeta llamado Requiem que precipita su “despertar” y posterior abandono de la nave.
Los años no pasan en balde y pronto nos damos cuenta que la débil línea de alianza de los humanos con los Élites ha pasado a mejor vida y serán ellos, precisamente, los primeros enemigos a los que nos enfrentemos a bordo de la cada vez más destruida nave, destrucción del casco debido al campo gravitatorio del planeta que irremediablemente va a ser nuestro próximo destino: Requiem. Desde luego, todo un despertar!.
Nuestro deambular por la nave será nuestro “tutorial”, nuestra toma de contacto, o por lo menos nuestra “re-toma” de contacto, para desoxidarnos un poco desde Reach, aniquilando a unos pocos Élites, no tan en forma como antes, junto a su pandilla de canijos que nos tocarán como siempre un poco la moral, más molestos que desafiantes, sin olvidarnos de los escudos más pesados de la galaxia, los que portan los Chacales. Todos en conjunto como banda triunfal, para hacernos sentir de nuevo como en casa, como seña de identidad.
«El Jefe Maestro: He vuelto…»
Nuestra nave se precipita a la superficie de Requiem y los angostos pasillos de la primera misión se abren ante nuestros ojos en lo que reconocemos al instante, por sus escenarios ya más abiertos, por el warthog los ghost o las Banshees de que esto ya si empieza a tomar forma de todo un señor Halo. Una leve pincelada, un pequeño codazo en el costado que nos da 343 para decirnos: “ves chaval…también se hacer esto de los Halo´s…ahora espera que te enseño lo que sigue”
Comparado este servidor que os escribe, con la sabiduría de los fans más encarnecidos del universo Halo, con sus series de animación, sus novelas y sus incontables foros dedicados a escudriñar cada rincón de la galaxia en su haber, hace que me sienta muy pequeño. Hace que mi conocimiento sobre su historia sea casi la de un novato, sin el casi he de confesaros. La religión que profesan millones de usuarios de la franquicia, hace ridículo cualquier esfuerzo por profundizar en su leyenda. Abarcarlo todo en una triste entrada de un humilde blog es un “esfuerzo de futilidad” en lo concerniente a su historia. Todo este intento de disculpa no es más que para cerrar esta sección de “donde se desarrolla la historia” y continuar con la siguiente, ya que a fin de cuentas no estamos analizando toda la saga de Halo, nos centramos únicamente en su cuarta entrega.
Héroes y villanos
Desde finales del 2007 no habíamos vuelto a encarnar al mejor de todos los Spartans, al ilustre, fabuloso, carismático, poderoso y todos los adjetivos positivos que se te ocurran terminados en “oso”, serán meros intentos de piropos para el “grandioso” Jefe Maestro. Y no ha sido por falta de entregas, como decíamos al principio de la entrada, ya que hemos tenido nuestras buenas raciones de Halo que llevar a la boca de entrada de discos de la 360. Pero no era lo mismo que manejar al de la armadura verde, por mucho comando Spartan que se tratara o tropas de la ODST.
En cuanto a los villanos, ya os hemos hablado de la plantilla titular de todo Halo, el Covenant vuelve para alegrarnos las tardes, pero donde verdaderamente está la novedad, tal como nos decía antes 343, es en los Prometeos.
«Prometeo o Scorpion en su Faltality»
Una broma de mal gusto para el “Jefe” por parte de los Forerunner, aunque toda una brisa de aire fresco y fuerte para nosotros que estamos al otro lado de la pantalla tras los mandos. Los Prometeos, sin nada que ver con Ridley Scott y sí mucho con la que va a ser la nueva trilogía de Halo.
Una nueva fauna con forma de energía que viene a “sustituir” tus viejas pesadillas, mientras te encuentras parapetado o buscando la mejor de las coberturas para no morder el polvo.
El Covenant a su lado parecen meros “cartones de entrenamiento” de un campo de tiro. Aunque se organizan de forma muy parecida. Un caballero a modo de élite acompañado por sus fieles “perros” que aparecen a hordas por doquier, con una precisión y carencia de disparo que al menor descuido, te verás cargando de nuevo tu partida. Para colmo están los tediosos “pajaros” volantes que aparte de dispararte, regeneran los escudos de los caballeros o incluso los devolverán a la vida para continuar amenizando tu fiesta.
Amén de la capacidad de teletransporte que hace que las fintas de los élites parezcan un baile de fin de curso de párvulos. Es increíble comprobar cómo funciona su IA, al menor descuido, si te encuentras en algún momento distraído, recargando o retrocediendo posición, puede aparecerse delante de ti y arrebatarte la vida de un caponazo en todo el colodrillo o al contrario, perderse en la lejanía si le has cosido el pecho a balazos y has tomado la delantera.
«Cortana…ponme un woper con extra de queso…»
Pero no nos adelantemos a la
Jugabilidad y Sensaciones
De la misma forma que me ocurre en lo referente a la “Historia” en el universo de Halo, la jugabilidad podría ser un apéndice de lo mencionado. Que decir sobre una de las mejores propuestas de Microsoft en cuanto a Shooters se refiere y no solo en esta generación de consolas, si no como base en su anterior máquina. Simplemente perfecta. El camino a seguir, más que eso, la puerta o la señal de ese camino.
Siempre he pensado que lo original y nota de distinción de Halo sobre el resto de Shooters era que la campaña para un jugador acercaba al usuario la experiencia, la acción y el desenfreno de las partidas multijugador pero condensado de forma magistral en una campaña en solitario (o acompañado por otro jugador en posteriores entregas) con la ventaja del orden y disciplina que ofrece una IA casi perfecta.
Podemos describir y clasificar a grandes rasgos el perfil de pantallas en este Halo 4 en dos secciones bien diferenciadas. Pasillo y campo de batalla. Es decir, pseudo pasillo para armarnos hasta los dientes y campo de batalla extenso (no tanto como en anteriores entregas) donde los enemigos se dispondrán de forma estratégica para hacértelas ver y desear para recibirte. A tu espera, a tu llegada. Siempre me ha recordado a las campañas de un juego de rol tipo War Hammer.
Una vez accedes a la zona de combate, es necesario tener presente el mapeado, no voy a decir memorizarlo pero si diferenciar sus pautas, sus puntos de cobertura, sus diferentes niveles en ocasiones, es decir que en ocasiones un campo abierto tiene secciones subterráneas o zonas por las que acceder a una plataforma superior, para trazar tu estrategia y acabar o barrer la zona hasta la siguiente acometida.
«Cada vez es más difícil colocar una toalla, en la primera linea de playa»
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Es en estos campos de batalla donde siempre, en cada uno de los Halos, se han visto auténticas orgias de proezas, estrategias, machadas, granadas, ráfagas de fusil, malabarismos por abordar un Ghost cuando tu barra de energía apenas llega para un sprint o cualquier cosa que se te pase por tu cabeza como general al mando del Spartan. Glorioso es el momento, que de seguro todos hemos experimentado, cuando vacías tu cargador sobre un Élite y tan solo rompes sus escudos, ambos os habéis quedado sin munición y ambos avanzáis el uno contra el otro para finalmente abatirlo con un golpe de culata sobre su cuerpo ahora inerte.
Es en estos campos de batalla, donde puedes organizar tu estrategia basándote en la distancia con tu rifle de francotirador como un corderito cauto y cobarde, o tomar conciencia de que eres un Spartan, armarte con fusiles de media y corta distancia para lanzarte directamente hacia tu enemigo cara a cara, sin esconderte, directo a por él…o infinitas combinaciones de combate que solo los que han experimentado el juego en cada una de sus entregas sabrán reconocer y apreciar.
Y así, con infinitas combinaciones de estrategias, podríamos estar hablando durante horas!. A grandísimos rasgos se puede definir así su jugabilidad.
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De lo hablado y experimentado en otras entregas, referente a la jugabilidad ¿se reproduce en este Halo 4?
Sin miedo al equivoco, diríamos un sí rotundo aunque con final abierto. Es decir, con ligeros matices que lo diferencian un poco del resto, sin que sea necesariamente un elemento de juicio negativo al título que nos ocupa. Hablamos de las sensaciones con esta cuarta entrega. Preguntas con respuestas en tiempo real, prejuicios que debemos no tener en consideración para disfrutar al cien por cien del juego y lo que es más importante, de un Halo.
A la hora de jugarlo sin más, es un Halo más. Un excelente Halo diría. A la hora de jugarlo y analizarlo, los condicionantes de la formación en videojuego, el peso de su estancia en nuestra memoria, entran en escena irremediablemente ya que la dirección de la película ha cambiado de manos y aunque poco…algo se nota. Valiendo la redundancia, la nota, su notoriedad por fortuna es de las buenas.
El condicionante puede resultar injusto al tratarse de 343 y no de Bungie para el título, ya que podemos plantearnos el dilema final de ¿Qué se juzga, el juego o la compañía que lo ha desarrollado?
Siguiendo con la vertiente condicionante, diría que nuestro subconsciente nos dice que aunque parecida la forma de juego con el resto de entregas de Halo, la ejecución del mismo no lo abordo de igual forma. Parece ser que en algo he acertado, ya que en este Halo 4 he jugado de una manera distinta a como lo he estado haciendo hasta ahora.
Pocas veces, aquí muy repetidas, he tenido que acabar con la mayoría de los enemigos desde la distancia. Las citadas “machadas” han quedado racionadas en esta cuarta entrega, haciendo que la sensación de combate en algunos momentos, fuera más parecido a otros Shooter, que a la esencia de lo que se supone un Halo.
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La Sensación de poder o superioridad ha dado paso a un Spartan más reservado, más atento a la estrategia que a la improvisación, esta última como nota distintiva de otros juegos con el mismo pedigree.
Menos mal que toda esa sensación se recupera un poco cuando aparecen los nuevos enemigos. Los citados Prometeos. Un suspiro de alivio, una oportunidad que siempre se le debe dar a un juego, más aun si se trata de una saga como la que nos ocupa, que hace que las conclusiones de tus reflexiones finales tengan una gran luz de esperanza: Que la saga Halo está más que en buenas manos con 343 Industries y esto es sólo el principio. Aún nos queda Halo 5 (por el cul***) y Halo 6!!
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Gráficos. El Niño ha crecido
2001. Esa fue la fecha de publicación del primer Halo y han pasado más de 12 años. Los primeros jugadores han ido de la mano en cuanto a evolución (no solo de combate) de añada. Por lo tanto y tras el paso del testigo en cuanto a desarrolladores es lógica una evolución en cuanto al trato del aspecto técnico.
Los colores pasteles propios de un aspecto que nos acercaba al comic o a una serie cinéfila de Ciencia Ficción de serie B, con mayúsculas eso sí de las anteriores entregas, han dado paso a un aspecto más maduro, más serio, más acorde con el incremento de edad de sus usuarios. Ambos, han ido a la par. Aunque la edad no tenga límites ni nada que ver en esta apreciación naturalmente cuando de videojuegos se refiere, sino que se lo pregunten a las entregas de Mario, tan jugable y apetecible gráficamente ahora y siempre en cada infinito juego, tanto para uno de 10 como para uno de 48 años en adelante. Pero no cabe duda que 343 ha querido lavar la cara en ese aspecto y nosotros que se lo agradecemos.
En una palabra, la factura técnica, los gráficos de este Halo 4, son: Increíbles. Literalmente. Parece mentira que una consola del 2005 sea capaz de presentarnos tal magnitud de escenarios, resolución o detalle.
El anterior año creí que la consola había alcanzado su máximo con Rage o Crysis 2…me equivocaba sin duda…digno de verse.
Y el multijugador?
Bien gracias.
Aunque una colleja si les voy a dar a esta gente. Y no por la fantástica idea de sustituir el modo Tiroteo por las “minicampañas” de los “Spartans Ops”, sino porque para disfrutar de ellas necesitas una cuenta Gold en Xbox Live…tironcillo de orejillas…
Para ir terminando
Y lo que importa, ¿debo comprarme este juego?
Si no conoces la saga Halo, cosa que teniendo una Xbox debería ser penado por ley, te diría que sería una buena adquisición para iniciarte y engancharte a la saga, aparte de ser uno de los mejores juegos de esta consola en su conjunto que puedes llevarte a los mandos.
Si conoces la saga Halo y eres portador a la par que poseedor de las anteriores entregas te diría: ¿Vas a perderte esta continuación insensato!!?
Sea como sea, un SI como una catedral. Merece cada uno de los euros invertidos. Que como los inviertes en diversión, siempre es un buen negocio.
PD: Empieza a jugarlo siempre, este y los demás, en dificultad Heroica como mínimo, No me seas un corderito cobarde.
PD2: Sé que las ediciones especialísimas del juego vienen hasta con un análisis de orina del Jefe Maestro, pero para los mortales con hipoteca como yo, que tenemos que comprar la edición normal…se han fumado hasta las tristes instrucciones!!
NOTA: 8.5
By Mario Landflyer para Orgullogamer…El Hijo Pródigo ha regresado…y me refiero a John.
Doctor en Filosofía. Campeón del mundo de futbolín. Mira la magia de mi melena. Practico el deporte y la cultura. Rey Emérito de Orgullogamers.
Información Bitacoras.com…
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