Amor «Indie» a primera vista – Oxenfree

Cinco jóvenes se van de vacaciones a una isla (Sale mal – Gone wrong)


   Hola, ¿qué tal? Voy a tener la cara dura de reaparecer por estas tierras sin disculparme ni dar explicaciones de por qué no he escrito en 6 meses. Es más, voy a ser tan honesto que os diré que he querido escribir en muchas ocasiones sobre muchos temas y nunca he encontrado el momento. Sobre Juego de Tronos, sobre experiencias con algunos juegos, sobre seguir las secciones que tengo abiertas… en fin sobre muchas cosas y al final nada. Y ahora para rematar la jugada, abro una nueva sección. La sección de «indies» molones que vaya descubriendo (si me dejo esto también a medias, os doy permiso para venir a buscarme y ahorcarme públicamente).

   El asunto es que durante el mes y medio que he estado sin una buena conexión a Internet le he dado caña a varios juegos independientes y dos de ellos me han conquistado el corazón. Y como veo que esto de jugar a «indies» se va a convertir en costumbre y voy a descubrir muchas joyas ocultas, pues eso, que nueva sección al canto. Hoy os hablaré de Oxenfree, un juego que tenía en mi biblioteca de Steam desde hacía más de 2 años y no había probado aún porque (literalmente hablando) creía que iba a ser un coñazo. Ahora puedo decir que menos mal que decidí darle una oportunidad. Menuda maravilla.

Al menos tenemos algo que hacer, ¿verdad?
   Y es que será porque soy joven o porque me gusta vivir aventuras en la vida real (ya sabéis que soy un hombre de acción) o porque vivo en mi mundo del «yupi», pero Oxenfree ha conseguido que me sienta identificado con sus sucesos y con su mecánica de juego.

   Os explicaré por encima de qué trata esta loca aventura. Cinco buenos amigos (tres chicas y dos chicos) deciden ir a pasar una semana a una isla misteriosa y parcialmente deshabitada, algo que a decir verdad me encantaría hacer con mis colegas en algún momento de mi vida. En dicha isla hay un distrito comercial, una mansión, una torre de comunicaciones gigante y varios campamentos militares deshabitados de la época de la Segunda Guerra Mundial. Vamos, un paraíso para los amantes de la aventura y un buen sitio para ir de exploración con los colegas.


   El asunto se tuerce cuando el personaje que controlamos, una chica llamada Alex, entra en una cueva junto a su hermanastro y, gracias a su radio de onda corta abre una brecha espacio-temporal, dejando que los antiguos y malignos espíritus de la isla entren al mundo de los vivos. Oye, le puede pasar a cualquiera. Hasta ahí puedo leer sin entrar en spoilers. Desde luego una premisa para una trama realmente interesante.





El mapa de la isla. El mapa de la isla. El mapa de la isla. El
mapa de la isla. ¿No hemos dicho esto ya antes?
   Lo que me cautivó de este título es que mediante un sencillo sistema de elección de diálogos, construye una de las experiencias más impactantes que he visto jamás en un videojuego. Nuestra única tarea será mover a Alex de aquí para allá en entornos de «falso 2D» y hacer que diga cosas y responda a sus compañeros de la forma que nosotros creamos correcta con los botones del mando. Parece sencillo. De hecho es sencillo. Donde está la «chicha» es en la historia que se irá construyendo a medida que respondamos a los diálogos. Pronto nos daremos cuenta de que son conversaciones que ocurren a menudo en la mismísima vida real y (salvando lo de los fantasmas y las radios que abren brechas temporales) sucesos que te podrían pasar cualquier día de fiesta cuando sales con tu colega el «intensito», con tu amiga tímida peliazul que nunca dice nada y con tu amiga pija que se cree la mejor y habla mal de todo el mundo.


   ¿Quien no se ha sentado tranquilamente en una hoguera en la playa a jugar a «verdad o atrevimiento»? ¿O quién no ha ido a hacer senderismo con los amigos y ha querido explorar esa cueva o esa cabaña en mitad del bosque? ¿O quién no la ha cagado diciendo algo que no debería haber dicho y luego se le ha vuelto en su contra? Pues de eso va Oxenfree. Me atrevería a decir que, más que de fantasmas y sucesos paranormales, de «relaciones», de «experiencias compartidas», de cómo un grupo de cinco amigos, a raíz de un problema base y ajeno a ellos, puede acabar rompiéndose o puede terminar más unido aún. Oxenfree se ve desde los ojos de una chica que, según cuales sean nuestras respuestas, mantendrá a sus amigos a su lado o hará que todos se acaben odiando entre sí.

Hoy, en la 88.3 un aviso de que no vayas a la Isla Edwards




   Los cinco personajes (Alex, la protagonista que tendrá la personalidad que nosotros decidamos; Ren, adicto a la marihuana e intensito donde los haya; Jonas, el hermanastro centrado y el único que parece tener dos dedos de frente; Clarissa, la pija irritable con la que no querrías irte de fiesta; y Nona, la calladita que no habla pero que es objetivo de ligue de todos los tíos), tienen una personalidad única y es muy fácil encariñarse de ellos en los primeros minutos de la historia (de Clarissa un poco menos), así que cuando todo empiece a irse a pique o cuando toméis malas decisiones y vuestros colegas os miren mal, vuestro corazoncito se romperá en mil pedazos y no podréis hacer nada por evitarlo. Y la razón es que, como he dicho, las situaciones que plantea Oxenfree podrían perfectamente pasaros a vosotros mañana mismo (repito, lo de los fantasmas y las radios no, eso dejadlo para Iker Jimenez).

   Esta maravilla narrativa se forma gracias a una historia que no deja de meternos en situaciones comprometidas. A veces será por culpa de los fantasmas, otras por no saber a quien apoyar, otras porque salen a la luz conversaciones de esas que tienes que coger con pinzas. Sí, esas que cuando salen en la vida real intentas evitar. Sea por lo que sea, lo de elegir los diálogos no es nada fácil. Todo esto lo haremos mientras recorremos los 13 escenarios que tiene la Isla Edwards (algunos de ellos más de una vez… y más de dos… ya me entenderéis…)





Tres opciones, siempre, como las tres puntas de un
triángulo. No os fiéis de los triángulos, nunca…
   Aparte de invocar fantasmas, nuestra radio también es una radio normal y corriente. Podremos escuchar música o sintonizar las emisoras de mensajes pregrabados para conocer la historia de la isla y el por qué esos fantasmas han venido a tocarnos los cataplines y a romper nuestro bonito grupo de amigos en mil pedazos (aunque la cosa ya estaba en ascuas antes de que empezasen a pasar cosas raras).



   Como he dicho, el juego se desarrolla en un «falso 2D», esto quiere decir que nos moveremos lateralmente, pero los escenarios tienen profundidad, un estilo que le viene de perlas a una aventura conversacional como esta. Aparte de esto, podríamos incluso clasificar a Oxenfree dentro de la categoría de juegos de terror, pues en ciertas partes llega a transmitir un mal rollo importante. Esto lo logra gracias a que introduce sucesos paranormales en una situación que podría ser real. No se exactamente cómo lo hace, pero consigue que te llegues a creer que todo eso de los fantasmas, la radio interdimensional y las posesiones te pueda llegar a pasar a ti. Suena raro, pero probad el juego y me entenderéis.

   En definitiva y para ir terminando, simplemente decir lo que ya sabéis: Oxenfree tiene su punto fuerte en la narrativa y más concretamente en esa narrativa que incluye situaciones de la vida cotidiana, conversaciones y actos que podrías tener y hacer tú mismo en cualquier momento. Ahí es donde te atrapa y consigue que te metas de lleno en su historia. Estoy seguro de que sea cual sea vuestra preferencia a la hora de elegir tal o cual videojuego, este os encantará. Os lo dice alguien que no es muy fan de las aventuras conversacionales y está ahora mismo escribiendo un artículo sobre una.


   Podéis encontrar Oxenfree a un precio de risa en cualquier tienda digital, si no es que lo tenéis ya porque lo han regalado varias veces. Se puede pasar en un par de tardes y de verdad os digo que es una experiencia que vale la pena vivir… una vez… o varias… o infinitas…




Y para terminar, una buena foto. ¡Cheeeeeese!




   John – Orgullogamer – «Cuando era joven, podía recordar todo, hubiera sucedido o no. Dentro de poco ya no voy a poder recordar nada… salvo las cosas que nunca han pasado»


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Me gustan estos juegos "indies" tienen ese "algo" que los juegos triple A de ahora no tienen. Se nota mucho el empeño y el cariño que le ponen a sus títulos. Muy interesante este juego. Saludos.

¡Gracias por comentar! Sí que es cierto que muchas veces vale la pena jugar indies porque tienen historias o detalles novedosos que no encuentras en los triple A de hoy en día. Quizás por eso me estoy aficionando a los indies ultimamente 😅

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