Volvemos al pasado, pero las reglas del juego han cambiado. El juego del calamar se convierte en la nueva serie coreana de éxito de Netflix y descubrimos a qué se debe.
‘Hwang Dong-hyuk‘. Este es el nombre que deberemos recordar siempre, pues fue quien dio vida a ‘El juego del calamar‘, la nueva serie coreana de éxito también conocida como ‘Squid Game‘ o ‘Cuttlefish Game‘. Después de 10 años de duro trabajo, Dong-hyuk fue no tan solo el creador, sino también quien ejerció como director y guionista de esta nueva fábula de Netflix.
“456 jugadores. 45.600 millones de wones. 1 superviviente.”
Focalizándonos en el argumento, el juego del calamar nos relata la historia de 456 jugadores que viven sumidos en la precariedad y la continua desesperación. Por suerte o por desgracia, se topan con una pequeña y misteriosa tarjeta que les da la oportunidad de ganar el botín más grande jamás soñado. Los jugadores, cegados por la avaricia, caen en la tentación y deciden aceptar el desafío sin tener en cuenta que en la vida todo tiene un precio.
Son 45.600 millones de wones, que se traducen en 33 millones de euros, lo que está al alcance de sus manos. Sin embargo, para lograr esa gran fortuna tendrán que derrotar a los jugadores restantes. Tan solo una persona podrá ganar y, por tanto, sobrevivir.
Los juegos para niños… no tan niños
Los juegos que deben superar y que presenta el líder (también denominado ‘Front Man’) de la serie no son como esperábamos. Jamás podríamos imaginar que aquellos juegos que han marcado nuestra felicidad e infancia acabarían convirtiéndose en una auténtica pesadilla. Escondite inglés, galletas dalgona, canicas, cuerdas, cristales y el calamar. Estos son los elementos que conforman los seis macabros juegos, los cuales son culpables de acabar con la vida de 455 personas y sembrar el caos.
Cabe mencionar que este mismo patrón lo siguen películas y series como ‘Los juegos del hambre‘ de Suzanne Collins, o ‘Alice in Borderland‘ de Shinsuke Sato. A través de juegos, todas hablan sobre personas con bajo estatus social que necesitan una ayuda económica para poder solventar problemas personales. Sin embargo, pese a las semejanzas que detectamos en otras piezas cinematográficas, el creador de este drama ha negado haberse basado en ellas. Su mayor fuente de inspiración se debe a dos mangas titulados ‘Liar Game‘ de Shinobu Kaitani, y ‘As the Gods Will‘ de Muneyuki Kaneshiro, los cuales están basados en la supervivencia y juegos retorcidos.
Tras haber mencionado a lo que se enfrentan los participantes, ¿a qué se debe que el juego del calamar se corone como el título de la serie? Aunque no nos hayamos percatado, siempre ha estado ahí, en todo momento.
En el inicio del primer episodio, nos explican cómo se juega y cómo fue galardonado como uno de los juegos de éxito en Corea a lo largo de los años 70. Por tanto, la serie nos está advirtiendo de su importancia desde un inicio para crear en el público expectación y cierto misterio. Después de este hecho, es curioso ver cómo no se vuelve a mencionar pero, aún así, sabemos que está presente. Esto se debe a los símbolos que llevan los soldados en sus máscaras y que conforman el juego del calamar (círculo, triángulo y cuadrado), de los cuales se hablará más adelante. Finalmente, en el último episodio es cuando reaparece en forma de juego determinante y sanguinario para alcanzar la victoria y, por ende, los millones de wones.
Estética y simbología
“Máscaras. Trajes. Puro color.”
Uno de los elementos que ha convertido a ‘El juego del calamar‘ en una serie de éxito ha sido, sin lugar a duda, la peculiar estética que han empleado para explicar la historia.
En primer lugar, hablemos de la gama cromática empleada. Jugadores, soldados y espacios se rigen por colores vivos y tonalidades pasteles. Además, todo está compuesto por estructuras geométricamente perfectas: los juegos, pasillos y hasta las mismas máscaras de los soldados. Estos dos elementos nos hacen recordar, durante un corto período de tiempo, la infancia, la tranquilidad y seguridad. Por tanto, la historia nos presenta una estética que, en un primer momento, va al compás con el hilo argumental de la serie.
A medida que la trama avanza y evoluciona, nuestra inocente percepción también lo hace. Averiguamos que la estructura lineal se ve corrompida por el desorden, y aquella estética que nos proporcionaba seguridad, ahora nos proporciona control y poder.
La autoridad y el dominio son otros de los elementos destacados que se barajan dentro de la estética de la serie surcoreana. Podemos ver cómo los rangos se rigen bajo las máscaras y los trajes de aquellos que están involucrados en el juego.
Empezando por lo más bajo de la cúspide de poder, encontramos a los soldados vestidos de rosa. Vemos que las formas geométricas de sus máscaras (círculo, triángulo y cuadrado) simbolizan el famoso juego del calamar, como bien he comentado con anterioridad. No obstante, conforme avanzamos capítulo a capítulo, observamos que tienen impuesta una jerarquía a través de estas. El círculo, que simboliza monotonía y constancia, es el que recibe las órdenes del triángulo. El cuadrado es un triángulo duplicado y, por tanto, los que lo poseen son los más poderosos dentro de este ejército. Además, se encargan de la supervisión de los demás soldados y son los que tienen un contacto directo con el ‘Front Man‘.
La jerarquía, pero, no termina aquí. El ‘Front Man’ es el primer personaje enmascarado que vemos que no sigue el mismo patrón de vestuario que los soldados. Representa el líder del ejército y viste completamente de negro para generar misterio. Además, vemos que su máscara está exageradamente repleta de formas geométricas, algo que nos reafirma su papel como líder en la serie.
Más adelante, aparecen los VIPs que, con sus máscaras de oro reluciente y con formas de animales salvajes, representan aquellas personas con gran estatus social y poder que van a disfrutar de los juegos como si de un show se tratase. De nuevo, este hecho nos hace recordar a ‘Los juegos del hambre‘, en donde los ricos se aprovechaban de los más pobres para su propio consumo y disfrute.
Finalmente, en los últimos episodios, descubrimos que quien está detrás de todo no es el ‘Front Man‘ como bien pensábamos. Detrás de una máscara dorada y cristalina, todavía más agresiva por los pinchos que sobresalen de ella, se esconde la persona que realmente lo ha maquinado todo. Esta máscara resulta ser la más atractiva a nivel visual pero, a la vez, la que nos genera más inseguridad y peligro.
La crítica que se esconde bajo las máscaras
Son muchos los elementos que vemos en la serie que nos generan ciertas emociones. Pero ¿a dónde quería llegar Hwang Dong-hyuk con todos ellos?
‘El juego del calamar‘ es una serie de éxito que hace una crítica social sobre la desigualdad económica. Nos habla sobre cómo la baja clase social aprovecha ciegamente cualquier oportunidad para conseguir dinero, y de cómo la alta sociedad los trata como insignificantes carroñeros. Además, no debemos olvidar que las mujeres sufren por partida doble. Son constantemente discriminadas en todos los juegos por parte de los hombres y las tratan como débiles e incompetentes.
‘Squid Game‘ es una constante lucha por la supervivencia a falta de oportunidades en la vida. Hwang nos muestra una historia que irradia luz e inocencia pero que, tras las máscaras, todo cambia. El egoísmo, la avaricia, el poder y la crueldad se apoderan del campo de batalla dejando consigo un desfile ensangrentado.
A nivel mundial, el juego del calamar se ha convertido en la serie más vista de toda la plataforma Netflix, superando los 110 millones de visualizaciones. Fans de todo el mundo están expectantes con la confirmación de una segunda temporada. Sin embargo, por el momento solo nos queda admirar esta maravillosa pieza audiovisual mientras esperamos una respuesta oficial que podrá determinar el rumbo de la serie.
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