Ralph Baer: el padre de todos los “gamers”

Los del "mundillo" ya os habréis enterado, y los que no los sois pues seguro que también ya que se ha hecho una gran difusión de la muerte de Ralph Baer en los medios de "incomunicación".

El bueno de Ralph murió el pasado 6 de Diciembre a la edad de 92 años. Eso nos hace recordar que nuestra industria preferida se hace mayor -y nosotros también-

Ralph Baer nació en 1922 en Alemania y en el 38 huyó de los nazis a E.E.U.U. dónde pasó el resto de su vida. A parte de enrolarse en el ejército en inteligencia militar, se hizo ingeniero televisivo y creó varios equipamientos médicos, radares y televisores. Hasta que fichó por Sanders y se encargó de su I+D.

Fue en el 66 cuando arrancó con los primeros experimentos en videojuegos y su "Brown box" de 1969.

Aquí lo vemos en una demostración:

Pero es la evolución de esa Brown Box, la Magnavox Odissey 1972, el que lo convierte en el "padre" de todo nuestro mundo "gamer". A parte de ser el primero en crear una consola que se enchufaba a un televisor y de inventar la primera pistola de luz para los videojuegos, su mayor logro es el de perseverar en la idea de mostrar al mundo que este ocio y esta industria podían generar negocio y ser rentables ¡Ser una mina de oro!. Y vaya si los consiguió...

Ojo que Ralph no inventó el Pong o el Ping-Pong videogame. Había juegos de "tennis" des del 1958 y ese mítico Tennis for Two.


A parte de crear la Magnavox Odissey, la que está considerada la primera videoconsola de la historia, creó otra cosa que los nacidos antes de los 90 seguro recordareis y mucho. No es otra cosa que Simon, el brutal juego de colores y sonidos que tenias que memorizar.

Ralph se jubiló con más de 150 patentes y estuvo involucrado en la investigación de otras muchas como en el campo de la simulación, el CD-ROM o televisores avanzados.

Para los nostálgicos que siempre quieren catar esas maquinitas, adquirir una Magnavox será complicado y caro, así que lo mejor es su emulador para MS-DOS: Odyemu

Aquí os dejo el link de descarga: http://www.pong-story.com/odyemu.htm

Ralph se fue y es que, queramos o no, pasan los años para todos y para todo. El legado que deja es inmenso e incalculable y el valor de su labor a nuestro mundo más querido es astronómico.

Adiós Ralph estés donde estés y sobretodo sigue inventando, que venimos después y queremos seguir jugando.

 

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