Battle Royale

Un repaso a todo el revuelo que se está montando en torno a los Battle Royale desde hace ya casi 1 año. ¿Hemos llegado demasiado lejos con este género?



   Hola, colegas. Hoy vuelve el «Johnny Mal» y es que no quiero callarme ya más con este tema. Voy a soltar una cantidad indecente de bilis sobre muchas cosas en este artículo. Todas ellas tienen algo en común y es el género de videojuegos que tratan: el Battle Royale, mejor conocido como la nueva epidemia de plagios sobre plagios de los plagios en este nuestro mundillo videojueguil, que parece no mostrar signos de agotamiento aun habiendo pasado ya un año desde la salida de Playerunknowns Battlegrounds, el paciente 0 de esta enfermedad.

   Antes de PUBG, ya existía el género. Obviamente Bluehole, tú no inventaste nada, tan solo lo popularizaste y oye, yo que me alegro de ello. Me diste más de 600 horas de juego en Steam a tu título estrella y creaste una comunidad muy amplia e interesante en torno a Playerunknowns. Vamos, que empezaste por todo lo alto, para qué mentir. Todo estuvo muy, pero que muy bien durante más de medio año, pero luego… ay, luego… la gran hostia. Este tema será el primero que trataremos, pero antes os cuento alguna cosilla más.

«La cantidad de tráfico que ha generado esta nueva moda en
Twitch y Youtube es algo que no se había visto jamás»

   Estaba muy claro, que debido al rotundo éxito de Bluehole, más compañías se quisieron montar en el carrito de la gloria. Y vaya si alguna lo consiguió; Epic Games, con su recién estrenado Fortnite, quiso recrear el estilo de juego de PUBG a su manera. Diseñaron un colorido mapa, bastante más pequeño que el de su competidor, pero igualmente atractivo y, utilizando sus propias mecánicas características de un juego arcade, crearon su propio Battle Royale con signos de identidad propios, que nada tenía que ver con el juego de la compañía coreana. En el mercado de los móviles, también se lanzó la evidente copia de PUBG: Rules Of Survival, que se convirtió en otro gran fenómeno al ser al primer gran juego de este estilo en el mercado de los smartphones. Tras estos tres pesos pesados, un maldito millón y medio de otras compañías se lanzaron a probar suerte con los dichosos Battle Royale y la situación se nos fue de las manos. Pasamos de una situación favorable a una situación cansina; pero que muy cansina. Este será el segundo punto que abordaremos en el artículo.


   Debido al éxito de PUBG y Fortnite, Bluehole y Epic Games ampliaron sus horizontes a otros mercados. El que tenían más a mano era el de móvil, ya que las consolas de sobremesa habían sido despachadas con sus respectivas versiones de ambos videojuegos. Fortnite llegó a móviles; como era de esperar, fue otro bombazo… pero cometió el gran error de permitir en crossplay entre PC-Xbox-móviles. Permitirlo entre PC-Xbox ya fue una ida de olla, pues queda bastante claro que un mando no tiene absolutamente nada que hacer contra el teclado y el ratón… pero hacerlo entre estas dos plataformas y los móviles fue un experimento abominable. Experimento que aún sigue en funcionamiento y nadie sabe por qué.

«La eterna batalla. Esto es un Battle Royale de 1vs1»



   PUBG salió algunos días o semanas (no recuerdo) después de Fortnite y todo fue como la seda. Sí, ya sabéis: otro cataclismo de usuarios dándole cera a tope a su pantalla táctil. Durante estas últimas semanas se ha hablado mucho de él y de nuevo, hoy estalla la polémica al saberse que, en el contexto de los juegos para móviles, Bluehole ha demandado a NetEase, la desarrolladora de Rules of Survival y Knives Out, por plagio y competencia desleal. Parece ser que nuestro querido PUBG para móviles está viendo su éxito reducido por culpa de estas aplicaciones. Este mercado de móviles será el tercer punto que trataré.


   Saliendo de todo este rollo de versiones para IOS y Android, hemos sabido, también hoy, que los desarrolladores de Lawbreakers (proyecto que por todos es sabido, acabó en el fondo de una papelera llena de pañales usados), están creando un videojuego estilo Battle Royale basado en temática de los años 80. ¿Es necesario que me pronuncie al respecto o todos sabéis lo que voy a decir? Si pensáis que este es el apartado del artículo en el que más me voy a cagar en todo lo cagable, estáis en lo cierto. Lo que Boss Key (la compañía detrás de esto) supone para la industria de los videojuegos es peor que un cáncer incurable, pues representa al 100% la peor faceta de esta industria: la falta de originalidad. En la cuarta parte del artículo, tened por seguro que les van a caer de hostias hasta quedar sepultados en lo más profundo de esa papelera repleta de pañales en la que ellos mismos se han metido.


   Empecemos…


PARTE 1 – BLUEHOLE, DE REYES ABSOLUTOS A ACTORES SECUNDARIOS



   Lo de esta gente es algo que no tiene nombre. No existe palabra en ningún idioma mundial para describirlo. La pregunta clave es: ¿cómo leches una compañía crea un auténtico monstruo comercial como PUBG… y 6 meses más tarde lo abandona a su suerte para dejarlo morir lentamente? ¿Cómo se le pasa eso a alguien por la cabeza? ¿Por qué?


   Solo hay una respuesta correcta y congruente: los «dollars». ¿Los dollars? Sí, me explico: estos tíos popularizaron el Battle Royale vendiendo el Early Access de PUBG a 30 euros. En pocos meses, tenían una base de jugadores que muchos otros juegos ni soñaban con alcanzar. Esa base de jugadores suponía que habían tenido muchas ventas y por consiguiente, muchos dineritos. A los 6 meses de la salida del juego, esa fortuna se multiplicó por –inserte cifra descomunal–, ya que estos campeones (y lo digo sin ironías) se lo habían currado pero bien. Actualizaban el juego constantemente, corregían errores, metían armas, skins, balances, los nuevos movimientos, etc. Incluso tuvieron tiempo de lanzar el ansiado mapa del desierto. Y todo ello mientras cooperaban con Microsoft para sacar el juego en Xbox One.


«Los 6 primeros meses de PUBG en una imagen: un tío con
Helmet Lv.3 triunfante en lo alto de una colina, dominando el
mapa»

   Bluehole tuvo 6 meses de auténtica gloria merecida por el trabajo bien hecho. La de pasta gansa que debieron ganar en ese lapso de tiempo de medio año, no se la imagina ni Bill Gates (bueno, ese sí… pero ya me entendéis). Como dije cierto día: «En Bluehole podrían haber llenado una piscina olímpica de billetes de 500 y haber nadado en ella sin preocupaciones».


   Hasta aquí, maravilloso. De aquí en adelante; desde la salida de la 1.0… bienvenidos al infierno, señores. Playerunknowns Battlegrounds se mantuvo silenciado durante casi 4 meses. Es cierto; metían algún que otro skin de vez en cuando, balances varios, tocaban optimizaciones por aquí y por allá… pero nada más. Nada. Na-da. Ni un arma nueva, ni un movimiento nuevo, ni noticias de un próximo mapa, ni nuevos modos de juego, ni nuevos items, ni siquiera corregían errores que la comunidad estaba harta de mencionar. Bluehole dejó un basto desierto en PUBG durante 4 meses, desatendiendo de una forma ruin y descarada a su comunidad, como si se estuviesen burlando en nuestra jodida cara.


«Ya tengo vuestra pasta; me voy con mi moto a ver mundo.
Que os den»

   Esto supuso un acentuado descenso de jugadores activos a partir del segundo mes de silencio entre los cuales, muy orgullosamente, me incluyo. De forma muy resumida y directa, Bluehole nos estaba diciendo a todos: «Gracias, nos hemos forrado; ahora, que os den por el cu**, que nosotros nos vamos de vacaciones». Con este panorama, Fortnite, un juego que tiene detrás a un estudio con una marcada experiencia en el sector, empezó a comerle la tostada a PUBG. Y con razón. Mientras que en Bluehole estaban sentados en sus sillas contando los billetes y pasaban de nuestras caras, en Epic Games seguían al pie del cañón, proporcionando actualizaciones continuas (casi semanales) a la comunidad; manteniendo esa base de jugadores y haciéndola incrementar a base de curro incesante. Como debe ser.


   Actualmente, la balanza se ha posicionado del lado de Fortnite, dejando a PUBG en un descarado segundo plano. En Bluehole han querido reaccionar a esta usurpación del trono, comunicando que ya tienen listo un nuevo mapa y un nuevo modo de juego, así como muchas más novedades que llegarán este año. Pero ¿sabéis qué? Que para mí, y para muchos otros, llegáis tarde y mal. 4 meses de pasotismo le han dado a Bluehole la lección que se merecía y ahora, pese a no estar mal, su burbuja de felicidad empieza a deshincharse. Si os digo la verdad, un castigo más que merecido.


PARTE 2 – UNA EPIDEMIA DE PLAGIOS QUE ROZA LO INSOPORTABLE

   Dos; tres; incluso cinco juegos de un mismo género en un lapso de tiempo prudencial pueden tener cabida y ser entretenidos a la vez que se complementan. Si no te gusta uno, tienes el otro. Si no te gusta el otro, tienes 3 más. Y si no te gusta ninguno, sabes que los Battle Royale no son para ti. Es así de sencillo. Ocurre con los shooters, todos los años desde hace ya un buen tiempo. A finales de año nos encontramos, casi siempre, con el Call Of Duty, el Battlefield, el Titanfall, el Halo, y un juego nuevo llamado «X» de turno, que salen con pocas semanas o meses de diferencia. Todos son shooters, pero todos se juegan de forma distinta. Tienes donde elegir y eso está bien.


   El problema es cuando tienes demasiado donde elegir. Y eso es lo que ha pasado con los Battle Royale. Desde la salida de PUBG, cada maldito mes, cada maldita semana, sin margen de error, han salido a la venta dos juegos del mismo estilo. Y si no ha sido así, al menos un juego que ya existía se ha actualizado y ha introducido esta modalidad. Ya no se trata de que alguien haya tenido la misma idea y la haya sacado al mismo tiempo que tu juego, amigo. Ahora se trata de que te han copiado el sistema descaradamente.


«Fortnite supo ver antes que PUBG que la clave del éxito era
lanzar constantes actualizaciones que mantuviesen a la
comunidad enganchada»

   Se puede acusar a PUBG de haber hecho lo mismo, copiando a Arma 3 y H1Z1, pero este lo hizo con años de diferencia, por lo que tampoco sería lícito pensar que la idea surgió a raíz de estos juegos. Sin embargo, el aluvión de Battle Royale lanzados en la segunda mitad de 2017 fue apoteósico. Aquí no hay excusa. Aprovecharse del tirón de otra compañía para arañar ganancias en el mercado. Sí, es una táctica completamente legal y sí, eres una empresa y siempre debes enfocarte a lo que te proporcione más «dollars», pero colega… hay formas menos descaradas de hacerlo.


   Con tanto Battle Royale acaparando el mercado en tan poco tiempo, se creó una situación de colapso. La gente no tenía tanto dinero como para pillar todo lo que había disponible. Aparte, si tenías PUBG o Fortnite, ya lo tenías todo. En PUBG tenías la experiencia Battle Royale más realista y enfocada a la competición. En Fortnite, tenías la vertiente más loca y arcade para echarte unas risas. No había la más absoluta necesidad de adquirir un tercer juego de este estilo, ya que sabías que te ibas a encontrar con lo mismo o con algo mucho peor. ¿Resultado? Batacazo; hostión de la compañía de turno que optó por esta estrategia.


   Además… ¿en serio no os dais cuenta de que haciendo esto se os ve el plumero y quedáis mal delante de vuestro público? ¿O de que quizás al haber tanto Battle Royale en el mercado hacéis que la gente se baje del carro por puro agobio? Mirad, podemos comparar esto con un atasco en una carretera. Si hay poco tráfico, vas a velocidad normal, avanzas y no paras en ningún momento y si lo haces es tan solo para descansar unos minutos. En cambio, si hay un gran atasco, paras el coche, no avanzas y empiezas a cabrearte e incluso puedes llegar a bajarte del vehículo. ¿Sí? Pues eso. Parad ya de sacar Battle Royale. Agobiáis a la gente. Punto.

PARTE 3 – EL GRAN PASO HACIA EL MERCADO MÓVIL DE LOS DOS PESOS PESADOS




   Esta es, quizás, la parte más positiva del artículo, aunque también contiene un par de apuntes negativos, para qué os voy a mentir. Y es que, por supuesto, la llegada a móviles de Fortnite y PUBG no se puede ver con malos ojos y menos aún cuando ambos son completamente gratuitos.


   Empezando con Fortnite, es del que menos tengo que hablar, pues si os digo la verdad, no lo he jugado y bien poco he leído sobre él, pero todas las críticas que ha recibido su versión para móviles son positivas. Controles cómodos, rendimiento notable en toda clase de dispositivos de gamma medio-alta y microtransacciones que solo incluyen aspectos estéticos, por lo que no afectan a la jugabilidad. En definitiva, todo muy bien; excepto una cosilla, amigos de Epic Games. Vamos a ver, lo diré tan solo una vez y no más: ¿cómo leches se os ocurre abrir la opción de «crossplay» entre PC-Xbox-Móvil? Porque vamos, no creo ser ningún visionario al darme cuenta de que los usuarios de móvil, por muy pro-players que sean, van a recibir una somanta de palos por parte de los jugadores de Xbox y PC.

«Y es que no vamos a negar que se lo han currado, los tíos»




   Un «crossplay» entre PC y Xbox ya se ha visto en otros juegos y no es algo tan descabellado. Está claro que los de PC siempre tendrán ventaja al jugar con la precisión absoluta del teclado y ratón, pero aún con esas, un usuario de Xbox con destreza suficiente puede ganar la batalla, cosa que obviamente jamás ocurrirá con uno que juega desde su móvil. Esta es una decisión que puede afectar negativamente al juego. Sí, es cierto que abres las fronteras para que los «matchmaking» sean más rápidos y la población del juego sea uniforme, sin división por plataformas; pero haces esto a costa de la comodidad de los usuarios de móvil, que seguro estoy de que no deben estar muy contentos con esta decisión.


   Más grave aún es la polémica que se ha formado en torno a Playerunknowns Battlegrounds en los últimos días. No os equivoquéis; no vengo a hablar de la versión para móviles y de lo bien hecha o mal hecha que pueda estar. Os aseguro que PUBG Mobile es un juego exquisito de pies a cabeza. Controles, jugabilidad, rendimiento, sonido, gráficos, gratuito, sin microtransacciones que afecten a la jugabilidad y con un sistema de progresión mucho más elaborado incluso que el de su versión original. Y sin estupideces de «crossplay» como en Fortnite. Los de móvil solo se pegan contra los de móvil. Punto.


«Encuentra las 7 diferencias con la imagen de arriba»

   ¿Qué es lo malo pues? Fácil. Este titular es lo malo: Bluehole demanda a NetEase, creadores de Rules Of Survival y Knives Out por plagio y competencia desleal. Supimos de esta decisión hace más de dos semanas ya y ello fue lo que en principio me incitó a escribir este artículo. ¿De quien es la culpa? ¿De NetEase por sacar al mercado dos copias absolutamente descaradas de PUBG sin pedir ni siquiera permiso? ¿O lo es de Bluehole por ser unas ratas de cloaca que ven su imperio del dólar amenazado por dos juegos que ni siquiera le hacen sombra a PUBG? Es fácil responder a esto. La culpa es de los dos y punto. De unos por plagio descarado y de los otros por irle a tocar los huevos a una compañía que ni siquiera les hace competencia.


   Podría entender la posición de Bluehole en el contexto de que su PUBG para móviles no hubiese vendido a la altura de las expectativas. Pero amigos coreanos, vuestro jodido jueguecito lleva 10 MILLONES de descargas en la Play Store. No creo que los dos juegos de NetEase os vayan a perjudicar a nivel comercial. No creo que por culpa de NetEase os vayáis a arruinar, desde luego, así que ¿por qué no paráis de tocar la fibra sensible y os vais a vuestra casita? Como digo, NetEase no supone una amenaza contra vosotros y aunque lo que hayan hecho esté feo, más feo está demandarles para arañar una porción del pastel que no necesitáis.

PARTE 4 – BOSS KEY: LA MÁS PURA VERGÜENZA AJENA DE LA INDUSTRIA DEL VIDEOJUEGO


   Y es aquí, señores, cuando este artículo se vuelve completamente loco. Bueno, rectifico; es aquí, señores, cuando YO me vuelvo completamente loco, porque esto no lo había visto en mi vida entera. Bienvenidos a uno de los descaros más enormes que he tenido ocasión de ver en esta industria. Tiene nombre y apellidos: Radical Heights, de Boss Key Productions.


   Antes de comenzar con el aluvión de críticas negativas que va a salir de mi teclado, he de decir que ayer estuve viendo, en el canal de Eurogamer Spain, el ya clásico programa de Like&Dislike, en el cual Pep Sánchez, Javier Moya y Juan Puig sacan tarjetas positivas o negativas a determinados temas de actualidad en la industria del videojuego. El orden de las tarjetas es este:


   -Positivas: Bronce-Plata-Oro—Platino
   -Negativas: Amarillo-Naranja-Rojo—Negro


«Con todos los Battle Royale que han salido a la venta,
podríamos organizar un Battle Royale de Battle Royales»

   La de color Platino y la Negra solo se utilizan para decisiones jodidamente geniales o para atropellos indiscriminados contra la salud del jugador, respectivamente. El programa lleva emitiéndose semanalmente varios años y tan solo han salido un par de veces cada una. Bien, pues ayer, Pep Sánchez le sacó una merecida ROJA a Radical Heights, pero si os tengo que decir la verdad, chicos… para mí era claramente una NEGRA; pero muy, muy negra.


   Lo de Boss Key es algo tan repugnante que cuesta digerirlo y es que estos genios, estos visionarios de la vida, creadores de pepinazos tan grandes como Lawbreakers (y digo pepinazo, porque el pepinazo que se metió este juego fue gordo), han creado algo que no se había visto jamás en la vida: un Battle Royale Arcade. Y ahora me preguntaréis. ¿Y qué? Pues uno más.


   Pues no, Radical Heights no es uno más, sino que es el peor, pero hasta límites insospechados. El juego está en una edad tan temprana del desarrollo que jugarlo da verdadero asco y es por ello que a los desarrolladores se les ha visto el plumero a kilómetros. Esta compañía ya llevaba manchados los pantalones de mierda desde Lawbreakers y es que parece que en Boss Key solo saben hacer una cosa: PLAGIAR ideas ajenas.


   Recordaréis que hace unos 4-5 años, comenzó la moda de los shooters basados en héroes, con el gran Overwatch a los mandos del barco. Salieron mil y un juegos parecidos, como lo que está ocurriendo ahora con los Battle Royale. Bien, pues Boss Key no se quedó atrás y desarrolló Lawbreakers, que salió mucho tiempo después de Overwatch, cuando la moda ya empezaba a desinflarse. Resultado: por querer plagiar, llegaron tarde a la fiesta y no les compró el juego ni su tía la de Alcalá de Henares.


«¡Mirad! ¡Ahí! ¡Es una enorme explosión de originalidad!

   Pasó un buen tiempo antes de que esta compañía consiguiera recuperarse de la gran hostia, MERECIDA, que supuso Lawbreakers. El karma les devolvió la jugada de una forma magistral. Pero es que el chiste ya se está contando solo desde hace un buen rato: HAN VUELTO A REPETIR LA MISMA ESTRATEGIA. Cuando hace un año saltó la moda de los Battle Royale, a algún señor con serios problemas mentales dentro de la compañía se le ocurrió que sería muy buena idea repetir la jugada de hace 5 años con Lawbreakers, pero ahora con el género de los Battle Royale. Ya que es lo que está de moda, pues nos lanzamos. Y efectivamente, se han lanzado, al igual que con Lawbreakers, 1 año después del inicio del gran cataclismo con Radical Heights, un juego que han lanzado deprisa y corriendo en Early Acces (si se le puede llamar así al despropósito jugable que resulta ser) para evitar que la burbuja se deshinche antes de arañar 2 duros mal contados, que es lo único que van a conseguir.


   Estos señores, amigos del sector, es a lo que se le llama coloquialmente «Carroñeros». Son los energúmenos sin una pizca de originalidad que solo saben aprovecharse de las modas para sacar tajada; pero es que por encima de todo esto, en Boss Key lo hacen mal. Mirad que es fácil, pero que muy fácil, sacar a la venta un plagio de otro juego durante el gran «boom» y triunfar. Pues es que estos tíos no son capaces ni de eso, pues se les ocurre lanzar el juego cuando la burbuja ya ha reventado y evidentemente no les va a hacer caso ni el tato. Y por si fuese poco, deciden tomar esta decisión cuando vienen de un fracaso comercial titánico por tomar las mismas decisiones que están tomando ahora.


«Lo del símbolo del dólar con una corona es cuanto menos
una cruel ironía; esta gente no va a tardar mucho en
empezar a perder dinero por un tubo»

   Si lo cuento por ahí a alguien que aún no lo sepa, no se lo creen, os lo aseguro.


   Y con esto, queridos lectores, el Johnny Mal apaga sus motores y vuelve de nuevo el Johnny Bien, el de (casi) siempre.


   Espero que este largo, pero larguísimo artículo os haya gustado; espero que os haya hecho reflexionar sobre esta ya no tan nueva moda de los Battle Royale y sobretodo, espero que os lo hayáis pasado bien leyéndolo o al menos, os haya servido para algo.


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   -La Taberna del Grog


   Chicos y chicas, nos vemos pronto. ¡Disfrutad!


   John – Orgullogamer – ¡¡A ganar, a ganar, pollo para cenar!!

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